La planificación de la iglesia bíblica - Lección 2
¿Qué es el Reino?
1.
2. Tema: ¿Qué es el Reino?
Autor: Christian Alexander Reyes Letona
Cita Bíblica: “Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así
también en la tierra” Mateo 6:10
Una de las preguntas que siempre nos hemos hecho es: ¿En verdad Dios
existe? Me propondré pues a hablar tomando por sentado que los lectores
creen que él existe. De lo contrario, describiré como es que él puede ser
observado y comprobado en nuestra vivencia personal. Es decir, compro-
bar su existencia por medio de nuestras acciones personales en el diario
vivir. Esto a través del “Reino” El cual, es la muestra palpable de la realidad
de Dios y también el propósito de toda su obra. El Reino ha iniciado clara-
mente en la predicación de Jesucristo. ¿Qué es el Reino? La respuesta a esta
pregunta la desarrollaremos a continuación.
El Reino ya ha dado inicio y ya está funcionando, esta afirmación es la más
“poderosa” por no decir, es la más gratificante, para todos los que creemos
en Dios. Esto por motivo que hemos creído a Dios como nuestro Salvador
y también porque confiamos en él para qué guie de nuestras vidas de una
forma diferente a la vida de perdición que vive el mundo, también porque
hemos creído en él para que tenga el control de nuestro futuro personal.
Por estas y más razones, a los creyentes, nos llena de alegría el saber que
el Reino de Dios ya está actuando sobre nosotros y también el que este, ya
esté funcionando sobre el ir y devenir histórico del mundo, por lo cual, y
con motivo de esto: caminamos confiadamente en nuestro diario vivir. La
veracidad de esto es innegable ya que Jesús mismo afirma lo siguiente: Lu-
cas 17:20-21; “Preguntado por los fariseos, cuándo había de venir el reino
de Dios, les respondió y dijo: El reino de Dios no vendrá con advertencia,
ni dirán: Helo aquí, o helo allí; porque he aquí el reino de Dios está entre
vosotros.” Es innegable que el Reino de Dios ya está funcionando entre no-
sotros. Ya que, el inicio del Reino de Dios fue en el instante que Jesús inicio
su predicación.
3. En el evangelio de Marcos se asegura: “Después que Juan fue encarcelado,
Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios, diciendo: El
tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y
creed en el evangelio.” Marcos 1:14-15. Es decir: que el propósito de Dios
para con los hombres ya ha dado inicio, dicho de otra manera, todo aquello
que el hombre por su incapacidad no puede lograr, ahora ya está a dis-
posición de toda la humanidad, la cual, lo puede obtener solamente, y de
manera simple, a través de su arrepentimiento, esto será a través de las
mismas acciones personales de cada ser humano, quienes son a su vez,
por las cuales, indudablemente este se ve beneficiado. Pues son nuestros
actos los que nos benefician o desfavorecen, por ello, es más que claro;
que lo mejor para nosotros es tratar de mantener un estilo de vida que
se desarrolle de acorde a los mandamientos de Dios. Para que de parte
suya obtengamos beneficios que sean producto de la realización de buenas
acciones que estén de acorde a los parámetros morales y espirituales del
Reino de Dios, que por ahora ya está presente en la historia de los hombres
y mujeres. En otras palabras: Ya Jesús cumplió su ministerio, ya dio inicio
el Reino de Dios.
¿Por qué es necesario prestarle atención al reino de Dios? Es necesario ya
que el mensaje central del evangelio predicado por Jesús durante su minis-
terio en la tierra se centraba en este tema en particular y, es de este tema,
que se desprenden los demás tópicos de la enseñanza cristiana (vida en
comunidad, amor al prójimo, arrepentimiento, la segunda venida de Cristo
a la tierra, la resurrección…) Esto hace del mensaje del Reino de Dios un
mensaje importante y transcendental en toda la doctrina cristiana, pero
este ha sido opacado, ya que históricamente la iglesia le ha dado más im-
portancia a otros temas y se ha olvidado del mensaje inicial, esto no es algo
de extrañarse pues sin duda el desarrollo del pensamiento cristiano a ido
en mejora y cada vez descubrimos mucho más lo que Dios desea trasmitir-
nos en su palabra. Sin embargo, este desarrollo lento, (el cual era necesario
se desarrollase de esta forma) de la priorización dentro de la doctrina cris-
tiana ha provocado cierta incredulidad en muchas personas, pues, no se
tiene un consenso general en la mayoría de los creyentes, acerca de ¿Cuál
4. es el mensaje principal del evangelio predicado por Jesucristo el Señor? Y,
para ello, somos los predicadores los que debemos de tomar las riendas
que nos encaminen nuevamente a la senda de la verdad, iniciada con el
ministerio de Jesús y la predicación del reino celestial.
Ahora bien, también hay otro factor muy propio del reino que ha causado
incredulidad en el corazón de las personas y, esto no por causa del él mis-
mo, sino por causa de la finitud humana y de la poca paciencia que hay en
todas las personas. Aquello que ha causado la incredulidad de la gente; es
el hecho de que el Reino de Dios consiste en un proceso, que culminara con
una específica consumación posterior, es decir, un suceso en particular que
marcara el fin.
Como todos los demás procesos de los sucesos de la historia, así el Reino
de Dios también tiene un proceso de gestación. Una alegoría muy adecua-
da acerca de esto es el desarrollo de un feto en el vientre de una mujer;
será hasta el momento en el que el niño salga del vientre materno, en el
que este evento será considerado como un nacimiento. Igual ocurre con el
proceso de desarrollo del Reino de Dios, ya que será hasta el momento en
que Jesús regrese nuevamente a la tierra, en donde, él finalizará el proceso
de gestación del Reino y dará inicio su pleno desarrollo como tal. Por esto,
el reino es un deseo de Dios que se mantiene en desarrollo pero que está
por cumplirse definitivamente. Esto es un caminar continúo de cambios
que terminaran con un reinado de parte de Dios sobre los hombres. Por
ello, la biblia registra muchas veces que el momento en que ocurrirá esto
será el día de la segunda venida de Jesús y, que será él quien reinara sobre
el reino futuro, que por ahora, indudablemente se encuentra en un proceso
de gestación. Mateo 26:29; “Y os digo que desde ahora no beberé más de
este fruto de la vid, hasta aquel día en que lo beba nuevo con vosotros en
el reino de mi Padre.”
Por dicho motivo, nos es de extrañarse, que ahora en día, se nos vuelva di-
fícil, tanto a creyentes como no creyentes, el considerar la realidad y obje-
tividad de un reinado de Dios sobre la humanidad y también el considerar
5. que Dios sea quien que tenga el control de todas los sucesos históricos,
a pesar de todas las circunstancias adversas y del sufrimiento presentes
en el mundo, (aunque nosotros los creyentes estamos seguros de la ob-
jetividad de estas realidades). Pero esto es debido, al proceso que se está
llevando a cabo. El reino ya está funcionando y si bien su culminación total
es en el futuro, ahora lo más importante es tener en cuenta: que es nuestra
actitud, el factor que más influye en la expansión del reino. Por motivo de
esto, tenemos que procurar cambiar nuestra actitud, si esta, no es la co-
rrecta y, también es necesario sojuzgarla todo el tiempo en provecho de la
realización de los planes de Dios.
Otro punto a tener en cuenta, en cuanto a la naturaleza futura del Reino de
Dios, es: que El Reino de Dios es logística espiritual. ¿Qué significa esto?
Esto significa que ahora tenemos a la vista, una logística humana que ac-
tualmente dirige el mundo, más en el futuro será una logística espiritual, la
cual viene directamente de la voluntad de Dios. Ahora, todo lo relacionado
al mundo: las leyes, los criterios y paradigmas son puramente humanos y,
con ello, me refiero a que no comparten nada de los valores propios del
carácter de Dios, sino que persiguen intereses particulares y egoístas con
beneficios reducidos a muy pocos y, los demás restantes a estos, se ven
envueltos en los resultados de una mala administración. Esto nos lleva a
la necesidad de comprender el Reino de Dios como un sistema: democráti-
co-teocrático. Democrático porque en el presente somos nosotros quienes
de manera personal decidimos si obedecer o no, y Teocrático porque es
la voluntad de Dios la que nos traerá la respuesta, a cada una de las de-
cisiones que deba tomar la raza humana; cuando el Reino este en pleno
desarrollo. En esta voluntad de Dios, es en la que el Reino está basado, una
soberanía absoluta, en bien de toda la humanidad. El reino es un sistema
basado en los criterios de Dios pero sin duda actualmente es una decisión
nuestra el obedecer o no a Dios pero, en un futuro será diferente, ya que
en ese instante será la decisión divina la que tomara todas las decisiones
transcendentales sobre toda la raza humana. Mateo 24:40 nos dice: “…el
uno será tomado, y el otro será dejado.” Esto, es una muestra de que los
designios de Dios son puramente divinos, en ellos no interviene la
6. voluntad humana. Con lo anterior, vemos que Dios ha acercado su reino
a nosotros, Mateo 6:10 dice: “…Hágase tu voluntad, como en el cielo, así
también en la tierra.” Es decir: el cielo un lugar espiritual en donde gobier-
na la voluntad de Dios, es entonces un modelo futuro, para que luego ser
establecido aquí en la tierra. Lo dicho hasta aquí, pone de manifiesto una
realidad presente en la actualidad, de la cual podemos echar mano y de la
cual también tenemos que dar gracias a Dios, en que esta también es una
realidad futura, de la cual hacemos bien en estar esperanzados ya que será
a través de ella que Dios traerá el cumplimiento de todas sus promesas
hechas a todas las personas que hemos creído y estamos esperando en su
redención.
Ahora bien, sin duda el Reino de Dios también tiene un lugar específico
de realización, esto se identifica con el hecho de que una nueva creación
ha dado inicio, la cual comenzó apenas Cristo resucito. Por lo que ahora,
ya pasados muchos años del ministerio terrenal de Cristo sobre la tierra,
con alegría podemos decir: ¡Qué bueno que ahora ya estamos muy avan-
zados de tiempo y cada vez más cerca de ver concretado el plan de Dios!
Ya que cada día que pasa, nos acercamos cada vez más hacia ver concreta
la voluntad de Dios sobre la creación, alojada sobre el planeta tierra. Pues
bien, esta nueva creación intuye que el reino de Dios se llevara a cabo en
un lugar físico, pero al presente es difícil de explicar esto, debido a la poca
revelación bíblica, en cuanto a este tema, ya que en datos particulares no
profundiza. Pues siendo honestos, estos no son muy necesarios para la vi-
vencia de una verdadera fe, pero, si sabemos que será en “un cielo y tierra
nueva” ¿Cómo será este misterio? Pues la mejor respuesta a esta pregunta
es el esperar a observarlo. De lo que si podemos estar seguros es que este
lugar tendrá la dirección de Dios, será teocrático en su proceder.
Deseo recalcar que: El reino de Dios tiene muchas caras, que estas a su vez
son una especie de muestra de las facetas de la voluntad de Dios. Por esto:
en el reino hay comprensión, existe amor, reina la justicia, en fin todas las
acciones que son parte de Dios. Para conocer más acerca del tema en curso,
demos respuesta a la siguiente pregunta: ¿Qué es el Reino?
7. Definición: El Reino de Dios es la consumación del mensaje predicado por
Jesucristo en sus años de ministerio terrenal, este consiste en: El perdón
de pecados obtenidos por la fe puesta en Jesús como Hijo de Dios y camino
hacia Dios, y en la vida que conlleva el ser un seguidor de Jesús, que por
lo consiguiente, lleva a la resurrección del creyente el día de la parusía de
Cristo y luego a la vida eterna. Este acto de fe conlleva el arrepentimiento
de los pecados personales y con esto el reconocimiento de parte de Dios,
como un Padre sobre los creyentes. El mensaje principal del Reino de Dios
es que nos amemos los unos a los otros. (Juan 13:35: “En esto conocerán
todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.”, 1ª
Juan 4:16; “Y nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene
para con nosotros. Dios es amor; y el que permanece en amor, permanece
en Dios, y Dios en él.”) En el reino de Dios, para esto somos llamados: para
el Amor. Colosenses 3:14-15; “Por encima de esta vestidura pondrán como
cinturón el amor, para que el conjunto sea perfecto. Así la paz de Cristo
reinará en sus corazones, pues para esto fueron llamados y reunidos...”
Este tipo de vida es lo que Pablo, el cual es un prominente autor bíblico
cristiano, llamó: las cosas de arriba. Este es el estilo vida o forma de vivir
la vida cristiana, que se describe en Colosenses. 3: 4-6. (Col. 3:4-6; “Cuando
Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis mani-
festados con él en gloria. Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: forni-
cación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es
idolatría; cosas por las cuales la ira de Dios viene sobre los hijos de des-
obediencia”) Lo cual finalmente nos lleva a hacernos la siguiente pregunta:
¿Reino de Dios o reino de los hombres? Me queda claro decir, que para
nosotros, lo más conveniente es que nos dejemos llevar por la voluntad de
Dios, para vivir en un reinado de Dios que no sea teñido por las manos de
hombres, pero es necesario hacer esto de una manera racional, para así ver
concreta la realidad de Dios sobre nuestras vidas. Es necesaria la distin-
ción entre los reinados dirigidos por seres humanos y el reinado divino, ya
que hasta ahora los gobiernos seculares y religiosos, literalmente: no nos
han hecho ningún bien. Y por ello, Dios nos ha dado su Espíritu, para que
juzguemos por nosotros mismos que es lo correcto delante de su voluntad.
8. Me detengo a decir: Tenemos que tomar la decisión ¿Cómo seres humanos,
iremos hacia donde Dios desea que estemos? o ¿Seguiremos nuestro rum-
bo alejados de sus caminos, los cuales, ahora ya están accesibles a través
de la búsqueda del Reino?
¿Cómo podemos comenzar a ver concreta la voluntad de Dios y a sen-
tirla en nuestras vidas?
La respuesta es a través de acciones pequeñas que hacen grandes cambios:
Actuemos bien, tanto como se nos sea posible, Jesús dijo: que no habría
ninguno que no quedaría sin recompensa. Por lo cual, comencemos a hacer
buenas acciones: Amar, perdonar, compartir, hacer justicia, todas estas ac-
titudes son las que existen en el reino de Dios y, es cierto que son actos pe-
queños, pero influyen grandemente. Contrario a lo anterior, cualquier otra
actitud diferente a estas, se convertirá en un mal para resultado nuestro.
Esto significa actuar con acciones pequeñas dentro de nuestra familia, ami-
gos o comunidad, procurando el bien y el cambio de situaciones adversas
y difíciles. Esto significa que en el Reino de Dios son acciones pequeñas las
que dirigen pero, estas afectan grandemente, para el cambio del mundo o
para que no haya un cambio en este.
Sumemos a esto, el hecho que también el Reino se puede ver en los que
están a nuestro alrededor y, con ello, se nos hace fácil la posibilidad de
actuar sobre este. Jesús dijo que el Reino de Dios estaba en nosotros: Lucas
17:20-21. “Prójimo” es todo ser humano, el que esté más cerca de nosotros;
este es un máximo candidato a ser parte del Reino de Dios. Nuestro próji-
mo son las personas con las que podemos comenzar a actuar conforme al
reino de Dios, entre ellos: compañeros de trabajo, compañeros de estudio,
amigos personales, nuestra familia, los que viven a nuestro alrededor ya
sean vecinos o simplemente personas desconocidas como por ejemplo:
los miembros nuevos del vecindario, un vendedor ambulante, un pasajero
contiguo dentro del autobús, en fin: los que están con nosotros en nuestras
actividades cotidianas.
9. Es necesario, comenzar a buscar el Reino de Dios, debido a la situación de
caos en la que se encuentra el mundo, de lo contrario, cuando nos demos
cuenta acerca del reino, quizás ya sea demasiado tarde para nosotros, pues
ya nos habremos destruido con tanto sufrimiento causado por nosotros
mismos. Si vemos la situación del mundo actual, tendremos una vista total,
de lo que la mayoría de personas percibimos (sino digamos al menos una
vista panorámica), la cual nos arroja una mala impresión de la situación
del mundo entero, que desde mi óptica, sé que es el común denominador
en todos nosotros, al momento de resolver el echar una mirada a nuestro
alrededor.
Preguntaran los lectores ¿Cómo puedo participar del Reino de Dios? Esta
pregunta evidencia lo que es una decisión muy importante y muy nece-
saria. La respuesta es: Hacer la voluntad de Dios y todo lo relacionado, al
sentido común, acerca del bien para todas las personas. También podemos
participar trabajando todos los días para que el Reino de Dios camine; los
deseos que deben existir en nuestro corazón tendrían que ser: uno, bus-
car el amor de Dios y segundo, buscar el amor entre nuestros prójimos.
Queda más claro lo anterior si nos preguntamos ¿Por qué es necesario el
Reino de Dios? La respuesta: ya bien sabemos, que si obedecemos al plan
de Dios de amarnos mutuamente seremos beneficiarios de las bendiciones
de Dios. Pero, también existe otra opción y es la de seguir en nuestra mala
condición actual, en la cual gobierna la zozobra y la muerte. ¡Solamente
contamos de estas dos opciones! Personalmente optaría por la primera.
Para mí, creo que el error del ser humano en conjunto, fue que creímos
que sería innecesaria la intervención de Dios sobre nosotros, cuando a vivo
color se observa que necesitamos de su ayuda divina en todas direcciones
y a cada momento.
Ciertamente el Reino de Dios es una utopía que es posible; es muy impor-
tante comprender: Que ya Jesús predico el Reino, ya entonces comenzó el
Reino de Dios. Probablemente una de las malas actitudes, y una de las más
devastadoras, en los no creyentes (cuyas actitudes también fueron parte
de nosotros los ahora creyentes), es negar la posibilidad de un sistema de
10. acorde a la voluntad de Dios. Ahora más que nunca es necesario un sistema
así: dependiente completamente de Dios.
Nuevamente quiero recalcar que: Jesús dijo que su reino será una futu-
ra realidad. Pero al presente tenemos que actuar de manera correcta y de
acorde a los valores del reino, para que este funcione. Digamos pues, el Rei-
no de Dios, ahora para nosotros tiene que funcionar así: Escucho y observo
(acerca de lo que está a mi alrededor), seguidamente razono (¿cómo actuar
de acorde a la voluntad de Dios?), y luego vivo la voluntad de Dios (actuó
procurando el bien de los demás), o sea, los tres pasos lógicos en el Reino
de Dios. Estos sirven para actuar conforme a la realidad, de manera objeti-
va y de acorde a las necesidades más apremiantes entre aquellos que han
decido vivir conforme a la voluntad de Dios (constituyendo así la iglesia o
la comunidad que vive de acorde al Reino). Deseo recalcar que no usar la
simple razón en el Reino de Dios es estar fuera del mensaje del evangelio
y aún de la voluntad de Dios. Un ejemplo de la necesidad de usar nues-
tra razón es: Si yo no pienso en mi futuro, claro que no alcanzare nada en
este, por lo que sería llevado por dondequiera, (Salmo 1:4), personalmente
siempre he creído que ese es el error de la religión: quiere apartar la razón
de la fe, lo cual, para mi es imposible porque en nuestra vida, la una y la
otra se complementan. Digo esto, ya que algunos dicen vivir conforme a los
valores del reino, pero cometen atropellos en la vida de los demás, por vi-
vir de una forma desordenada y desacorde al verdadero orden que conlle-
va el ser un hijo de Dios, que también participa de la formación de su Reino.
Es que no puedo creer sin pensar, es decir, pienso luego creo. Todo nuestro
ser esta hecho conforme a como Dios en su soberana voluntad le creo, por
esta razón, es necio pensar que una de las cualidades que tenemos como
seres humanos, no debería ser parte nuestra y por lo mismo despreciarla.
En el Reino de Dios, la razón nos sirve para pensar en nuestras acciones
y en los resultados de ellas, y es que es menester preguntarnos: ¿Somos
seres humanos u otros de los demás seres creados por Dios en la creación?
Pues bien, la humanidad toda, somos seres racionales y no solo eso, pues
también somos seres emocionales, tenemos sentimientos, poseemos