Según el documento, la fe sostiene que después de la muerte el alma y el espíritu son juzgados por un juzgador y pueden enfrentar tres destinos posibles: el cielo, el purgatorio o el infierno. Sin embargo, se trata de creencias religiosas sobre lo que le sucede al alma después de la muerte, por lo que lo único que se puede afirmar es que las almas serán juzgadas.