El padre llevó a su hijo a pasar unos días con una familia campesina para que experimentara la pobreza. Al regresar, el hijo le dijo que aunque ellos tienen más cosas materiales, la familia campesina es más rica espiritualmente porque viven conectados a la naturaleza, a su familia y a su comunidad, mientras que ellos solo viven conectados a la tecnología. El padre quedó impactado por la profunda lección que su hijo había aprendido.