2. Al despertar por la mañana, por la tarde, por la noche y
antes de irme a descansar a mi lecho, me hago siempre la
misma pregunta: -¿Quién soy?... No importa cuántas veces
me lo pregunte, el oráculo es siempre el mismo: -¡Sólo soy
un cúmulo de experiencias y emociones! Me detengo y
pienso en mi respuesta y acto seguido me siento satisfecho
de la misma, sencillamente es la respuesta más exacta,
perfecta e idílica que se puede tener a tan excelente y
ninfómana pregunta.
4. Bueno, te respondo a continuación: diariamente nos vemos
sujetos a experimentar una serie infinita de emociones que
pronto se tornan parte de la rutina y por consiguiente no nos
percatamos de las mismas. Por ejemplo diariamente
amamos, lloramos, sonreímos, odiamos, nos sentimos felices,
nos desanimamos y nos sentimos solos, perdidos,
abandonados y así un sinfín de sentimientos y emociones que
forman parte de nuestras experiencias habituales como ir a
trabajar, salir de paseo, conocer individuos nuevos y demás.
Pero aun con todas estás emociones y experiencias
acumuladas no nos sentimos seres completos.
6. Porque el amar también conlleva odiar y el odiar es un
sentimiento incompleto, porque el llorar intenta
purificar el alma, pero aun así no existe alma pura, el
sonreír muchas veces forma parte de una felicidad
fingida y la felicidad es un concepto no una realidad y
está a su vez es relativa, es decir, no existe nada
absoluto. Así como cada emoción, sentimiento, huella,
efecto, conmoción e impresión tiene su reciprocidad, así
cada experiencia tendrá un renglón diferente a
destacar, por ello será una nueva historia a redactar.
7.
8. El mejor libro a escribir, será aquel que hable de
nuestra historia. Nuestras crónicas son el cementerio
de nuestras experiencias vividas, nuestros más
temibles secretos, son las que nos definen, y por ello
serán las que darán respuesta a la interrogativa
¿Quién soy?... esperaré con ansias el día en que calle el
silencio, enmudezca la guerra y la vida nos sonría.
…Lo mejor de todo es que aun amanece gratis…