1. Maduro
emprende
el
camino
por
el
que
Mao
Tse-­‐tung
hundió
a
China
“SACRIFICIOS
PARA
QUE
LA
REVOLUCIÓN
NO
SE
PIERDA”
Por:
Vanessa
Rangel
vanessa_rangel@yahoo.com
“SACRIFICIOS
PARA
QUE
LA
REVOLUCIÓN
NO
SE
PIERDA”,
esas
fueron
las
palabras
del
Presidente
de
la
República
Bolivariana
de
Venezuela
Nicolás
Maduro
Moro
el
día
miércoles
17
de
febrero
tras
anunciar,
en
una
maratónica
cadena
de
radio
y
televisión
(de
cinco
horas),
distintas
medidas
para
salvar
al
país
de
una
catástrofe
que
será
imparable.
Maduro
emprende
el
camino
por
el
que
Mao
Tse-­‐tung
hundió
a
China,
cuando
entre
1958
y
1961
ordenó
el
Gran
Salto
Adelante,
el
cual
fue
una
campaña
de
medidas
económicas,
sociales
y
políticas
para
aumentar
la
producción
agrícola
e
industrial,
que
culminó
con
la
anarquía
económica
y
una
hambruna
que
mató
a
más
de
30
millones
de
chinos
según
algunos
historiadores
entre
los
que
se
encuentran
John
King
Fairbank.
Al
igual
que
Mao,
Maduro
le
quitara
al
pueblo
del
bolsillo
el
poco
dinero
que
percibe
y
no
le
alcanzará
para
responder
a
la
escasez
de
alimento
y
medicina
en
el
país.
A
pesar
del
aumento
del
salario
mínimo
que
fue
de
un
20%
(en
un
país
donde
existe
una
devaluación
de
más
del
400%),
y
aumento
del
bono
de
alimentación
en
un
2,5%
quedando
el
total
del
salario
mínimo
de
24.853
bolívares,
este
ingreso
todavía
no
alcanza
para
comprar
los
productos
de
la
cesta
alimentaria
y
mucho
menos
para
medicinas.
Dicho
salario
corresponde
a
2.485
dólares,
según
los
cálculos
de
otra
de
las
nuevas
medidas
anunciadas
por
el
presidente
donde
devaluó
la
moneda
de
6,30
a
10
bolívares
por
dólar
para
solo
alimento
y
salud
(lo
obtienen
solo
sus
séquitos).
Si
se
calculase
a
través
de
la
tasa
del
Sistema
Marginal
de
Divisas
(SIMADI),
que
rige
las
operaciones
de
divisas
en
el
sistema
financiero
para
personas
naturales
y
controladas
por
el
gobierno,
estaríamos
hablando
de
una
base
de
200
bolívares
fluctuando,
el
salario
mínimo
rondaría
los
124,27
dólares
(si
tiene
usted
suerte
de
conseguirlo),
o
finalmente
puede
calcularse
dicho
salario
con
un
un
dólar
negro
e
innombrable
en
Venezuela
de
1.000
bolívares
quedando
en
24,85
dólares,
siendo
el
mismo
en
uno
de
los
más
bajos
del
mundo,
quizá
solo
superado
por
Cuba,
el
súper-­‐
paraíso
de
referencia.
La
crisis
ha
sumido
al
país
en
la
más
profunda
debacle
debido
a
que
ésta
es
primeramente
moral,
social,
seguida
de
política
aunada
con
la
económica.

2. El
bachaqueo
ha
sido
el
peor
flagelo
que
el
mismo
pueblo
venezolano
le
ha
dado
al
país.
Debido
a
la
búsqueda
de
mayores
ingresos
el
venezolano
ha
decidido
vender
los
productos
que
obtiene
en
los
automercados
a
precios
cuidados
y
los
rematan
en
la
calle
por
sumas
que
alcanzan
más
del
400%
de
su
costo
original,
haciendo
de
cada
esquina
un
mercado
negro
de
productos
de
primera
necesidad.
Maduro
y
su
equipo
han
tratado
por
todos
los
medios
de
implementar
planes
y
medidas
para
solventar
la
crisis
económica
y
por
supuesto
“Salvar
la
Revolución”,
sin
importar
castigar
al
pueblo
con
éstas
y,
pidiendo
apoyo
del
mismo
en
una
crisis
generada
por
la
corrupción
y
el
mal
desempeño
de
la
administración
chavista.
Otro
de
los
duros
golpes,
y
por
el
cual
el
Presidente
Carlos
Andrés
Pérez
recibió
un
fallido
golpe
de
Estado
en
1992,
ha
sido
el
anuncio
del
aumento
de
la
gasolina
a
un
6.000%,
que
todavía
quedaría
en
uno
de
los
precios
más
bajos
del
mundo,
pero
que
según
la
opositora
María
Corina
Machado
del
partido
Vente
Venezuela,
el
pueblo
no
tendría
porque
pagarlo.
El
motivo
es
claro,
Venezuela
recibió
más
de
800.000
millones
de
dólares
en
renta
petrolera
solo
en
el
2015
y
ahora
todos
se
pregunta
con
la
frase
famosa
del
Presidente
Luis
Herrera
Campins
“¿Y
donde
están
los
reales?”
(Refiriéndose
a
la
moneda
venezolana).
Todos
saben
dónde
están,
pero
es
tema
es
harina
de
otro
costal.
Maduro
probablemente
no
padecerá
un
golpe
de
estado
en
lo
inmediato
debido
a
que
las
fuerzas
militares
encabezadas
por
el
General
Padrino
López,
todavía
respaldan
su
gobierno.
Sin
embargo,
dentro
de
la
cúpula
del
Partido
Socialista
Unidos
por
Venezuela
(PSUV)
si
se
ha
planeado
sacrificar
la
cabeza
de
Maduro
para
no
llegar
a
la
tan
esperada
destitución
por
medio
del
referéndum
revocatorio
que
según
la
Constitución
venezolana
tocaría
a
la
mitad
del
mandato
de
seis
años.
Analizando
el
Art.
233
de
la
Constitución,
reza:
“Serán
faltas
absolutas
del
Presidente
o
Presidenta
de
la
República:
su
muerte
su
renuncia,
o
su
destitución
decretada
por
El
Tribunal
Supremo
de
Justicia...”.
No
existe
la
posibilidad
que
Maduro
(a
menos
que
lo
presione
el
pueblo)
renuncie,
las
razones
estarán
explicadas
a
lo
largo
de
éste
análisis;
en
cuanto
a
la
destitución
no
sería
posible,
ya
que
el
chavismo
logró
tener
en
su
equipo
a
13
de
los
32
Magistrados
del
Tribunal
Supremo
Poder
Judicial,
por
lo
que
éstos
no
aprobarían
la
destitución
presidencial.
Continúa
el
Art.
233
“...
Si
la
falta
absoluta
del
Presidente
o
Presidenta
de
la
República
se
produce
durante
los
primeros
cuatro
años
del
periodo
constitucional,
se
procederá
a
una
nueva
elección
universal...”.
Esto
sería
lo
más
conveniente
para
la
bancada
opositora,
debido
a
que
están
seguros
que
si
convocan
a
elecciones
universales,
directas
y
secretas
enseguida
el
pueblo
pacífico
acudiría
a
las
urnas
electorales
y
destituirían
a
todos
los
chavistas
de
sus
cargos,
pero
para
ello
se
necesitaría
un
año
más
y
ninguno
de
los
dos
bandos
esta
dispuesto
a
esperar
tanto.
Si
continuamos
analizando
el
Art.
233
dispone:
“Si
la
falta
absoluta
se
produce
durante
los
últimos
dos
años
del
período
constitucional,
el
Vicepresidente
Ejecutivo
o
Vicepresidenta
Ejecutiva
asumirá
la
Presidencia
de
la
República
hasta
completar
dicho
período.”
Esta
sería
una
maravillosa
oportunidad
para
el
oficialismo,

3. pero
como
sabemos
el
pasado
19
de
abril
Maduro
acabó
de
cumplir
tres
años
en
el
cargo,
por
lo
que
dicha
consigna
constitucional
no
se
puede
cumplir.
La
estrategia
del
gobierno
está
más
allá
de
los
artículos
constitucionales.
Su
estrategia
es
colmar
al
pueblo
con
medidas
económicas
asfixiantes,
provocarlos
para
que
salgan
todos
a
la
calle
y
pidan
la
salida
de
Maduro,
cuando
esto
suceda
y
una
vez
todos
revueltos
el
mismo
gobierno
anunciaría
un
“Estado
de
Excepción”,
ya
aplicado
en
diferentes
estados
del
país
pero
no
a
nivel
nacional,
donde
se
restringirían
las
garantías
constitucionales
de
todos
los
venezolanos
tales
como:
participar
en
cualquier
reunión
política,
tener
libertad
de
expresión
y
circulación
y,
sobre
todo
prohibir
el
referendun.
Ese
sería
un
gran
“Sacrificio
por
la
Revolución”
el
cual
Maduro
estaría
muy
dispuesto
a
pagar.
Los
venezolanos
están
entre
la
espada
y
la
pared,
la
paciencia
se
acaba
y
todos
se
preparan
para
la
salida
fugaz
de
Maduro,
seguida
de
una
Venezuela
llena
de
miseria
y
más
angustias.
Todo
sea
por
las
últimas
palabras
del
discurso
de
Maduro
“...
Si
alguien
tiene
que
hacer
un
sacrificio
extraordinario
lo
haremos
para
que
la
Revolución
no
se
pierda”.
A
Marx
le
gustaba
advertir
que
la
Historia
se
da
primero
como
tragedia
y
se
repite
luego
como
farsa.
Mao
mató
millones
de
personas
y
Maduro,
por
suerte,
se
irá
sin
desmesuras
comparables,
pero
al
destino
de
ambos
ya
Osvaldo
Soriano
lo
prefiguraba,
en
su
inolvidable
“Triste,
Solitario
y
Final”
Fin
del
análisis.