Un hombre consultó a una bruja porque su pene medía 50 cm y quería que fuera más pequeño. La bruja le dijo que preguntara a una rana si quería casarse con él, y si la rana decía que no, su pene disminuiría 10 cm, pero si decía que sí, crecería 10 cm. El hombre le preguntó tres veces a la rana y cada vez ella dijo que no, haciendo que su pene se redujera a 30 cm. La moraleja es no jugar con la paciencia de los demás.