El documento habla sobre el Maestro Carrillo, quien enseñaba con templanza y firmeza en 1955. Explicaba incluso temas delicados como la reproducción sexual de manera precisa y sin tabúes, usando dibujos para enseñar mejor. Tenía una gran capacidad para transmitir conocimientos apoyándose en su gusto y conocimiento de la biología, formando estudiantes con vocaciones bien definidas.