Este documento reflexiona sobre cómo las personas se han vuelto demasiado dependientes de Internet y sus dispositivos móviles, descuidando otras áreas importantes de la vida como las relaciones familiares. Propone que si la gente se quedara sin Internet por un día, podrían darse cuenta de lo valioso que es pasar tiempo de calidad con la familia, hablar durante las comidas, y apreciar mejor la etapa de la juventud.

1. Reflexiónde díaa día sin internet
Al despertar, todos nos volvemos presas de nuestro móvil como si fuera tal indispensable como
respirar, ponernos al corriente de los que aconteció el día anterior o en la noche.
Rectificarsi enwhatsappterespondieronalgúnmensajeosolote dejaronenvisto,checarFacebook
para contar con tantoego loslikesycomentariosque hatenidolanuevafotoque publicaste,quien
reacciono y como si fue con un solo like o un molesto me divierte.
Noshemosvueltopresasdelinternet,porquepodremosomitirunacomidaoestarconalguienpara
interactuar con el mágico mundo virtual que nos ofrece internet, así que si en algún momento te
has quedadosin internetotuplanse ha terminado,nosabesque hacersolodejas pasar el tiempo.
En lugar de que te des cuenta de que fuera de esa pantalla existe un mundopor el cual debemos
luchar, una familia con la que debemos de convivir y hacer a un lado el teléfono a la hora de la
comida,debemoshablarenla mesa de cómo nos ha ido en el transcurso del día y todolo buenoy
malode elloyasí cada unode losintegrantesde nuestramaravillosafamilia,si nos quedáramossin
internet por un día sabremos cómo han crecido nuestros padres, y comenzar a valorar el valiosos
tiempoque tenemosydisfrutaral máximonuestraetapade jóvenes y estudiantes universitarios.