La autora reflexiona sobre cómo las prácticas profesionales que realizó desde su primer año de la carrera de licenciatura la han ayudado a desarrollarse como profesional y no solo como estudiante que pierde el tiempo. Estas experiencias la motivan a seguir trabajando de manera profesional para que cuando se gradúe tenga las habilidades y el conocimiento de un experto, poniendo en alto su nombre pero sobre todo sirviendo como discípulo de Cristo usando su intelecto para servirle.