La regeneración o vida nueva es la primera experiencia de la vida cristiana y es necesaria para entrar en el reino de Dios. La regeneración no es el resultado de ritos sino de la operación del Espíritu Santo que crea una nueva criatura en Cristo, renaciendo al creyente espiritualmente y dándole vida nueva. Esta nueva vida está caracterizada por frutos del Espíritu y victoria sobre el pecado y el mundo a través de la fe.