Dantés examinó las junturas de las piedras en la segunda gruta de la isla y golpeó varios lugares sospechosos con su piqueta. Al golpear un área, resonó de forma diferente, indicando la presencia de una abertura tapada. Siguió golpeando el área hasta que la capa de pasta que cubría las piedras se desprendió, revelando una piedra blanquecina debajo, lo que confirmó que allí se encontraba la entrada oculta.