Bernardette fue la joven a quien se le apareció la Virgen María en Lourdes. Después de su muerte a los 35 años, su cuerpo fue desenterrado tres veces en 46 años y se encontró intacto, incluso su sangre seguía siendo líquida, lo que se considera sobrenatural. La Iglesia decidió poner su cuerpo en una urna de cristal en Lourdes para su veneración.