4. MENTIRA
•Expresión o manifestación
contraria a lo que se sabe, se
piensa o se siente.
•Acto elaborado de nuestro
pensamiento
•Se utiliza el lenguaje para evitar
revelar la verdad.
•El propósito del que miente es
que su interlocutor se crea, lo
que le han dicho como verdad.
•Se utiliza para sobrevivir física y
emocionalmente
•INOFENSIVAS: sin grandes
consecuencias o para prevenir un
daño
•INVENTARSE UN CUENTO:
depende de la habilidad de cada
mentiroso. Lenguaje verbal y por
ende el no verbal
• Es la sofisticación de la
mentira.
• Es envolver al otro
haciéndole creer algo como
verdadero cuando no lo es.
• No necesariamente implica el
uso del lenguaje.
• Su acción es más repetitiva y
constante hasta que se logra
embaucar.
• Hay un intento por hacer
daño de manera voluntaria.
• Es mas elaborado..
ENGAÑO
• Cuando el engaño aumenta su
nivel de complejidad.
• Quien se miente y escucha sus
propias mentiras, llega a no
distinguir ninguna verdad. Ni
en él ni alrededor de él.
• MIXTIFICACIÓN
• Versión más extrema del
autoengaño.
• Se crea y se cree un cuento que
se adopta enteramente. Ese
cuento se vuelve su historial
real.
• Existe una incongruencia
• cuando se da el autoengaño o
mixtificación, es justo el
momento en el que parece que
el ego no puede soportar una
realidad.
AUTOENGAÑO
6. ¿QUÉ PUEDO HACER PARA CAMBIAR MI SITUACIÓN?
El de tus emociones (técnica ABC)
Realidad y/o evento pasado, presente o fututo que
activa una respuesta emocional.
Creencias, juicios, pensamientos, interpretaciones de
la realidad o de ti mismo.
Consecuencias emocionales y/o comportamientos que son
producto de tu interpretación.
7. Proceso de creación de tus
emociones
A
(realidad)
B
(interpretación)
c
(emociones)
“Me
Despidieron”
“No valgo
para nada”
Siento
Proceso de creación de tus
emociones
A
(realidad)
B
(interpretación)
c
(emociones)
“Me
Despidieron”
Me siento
triste. Y saldré
adelante”
Siento
8. EL SAPO QUE SE
CREÍA PRÍNCIPE
CREERSE UNA IDEA
DISTINTA DE SÍ MISMO
9. Érase una vez un sapo creído que vivía en medio de una comunidad de otros sapos, ranas,
renacuajos, peces, libélulas, moscas y una enorme cantidad de familiares cercanos.
-La ciénaga del sapo estaba muy cerca de ti-, a la vuelta de tu esquina, prácticamente.
Todos estaban muy cómodos, acostumbrados a vivir en ese lugar, que para ellos era lo
único que conocían. Sin embargo, aún dentro de esa comunidad lodosa, el sapo
pertenecía a una familia donde la madre rana lo idolatraba desde muy renacuajito, por
ello, lo privó de juntarse con otros semejantes, pues le aseguraba fielmente que él era
hijo de una princesa (ella) que se había casado con un príncipe, al que su malvada suegra-
bruja había convertido en rana, orillándola a huir del reino para terminar viviendo en ese
asqueroso pantano.
10. Ese cuento, absolutamente todos lo tenían por bien conocido en el pantano, pues la
“raina”, como la llamaban todos a voces, tenía delirios de grandeza, a lo más que había
llegado la señora rana era a vivir en el estanque de un castillo, donde se enamoró de un
sapo azul, mascota del principito de ese reino. El sapo azul, tras embarazarla, la dejó sola
con un renacuajo, y ella tuvo que huir debido a la vergüenza, porque para su desgracia, el
hijo le salió del color de un charco de agua puerca; un sapo común y corriente, más lo
último que lo primero.
Sin embargo, la rana madre no podía con esa triste realidad; al haber
sido objeto de burlas en aquel castillo, le había quedado un enorme
trauma, así que había empezado por contarse el cuento de que era
una reina convertida en rana y su sapito era hijo de un príncipe azul.
11. Se lo había contado tantas veces a sí misma que incluso andaba por el pantano ataviada con
una corona de hojas de lirios que se había hecho ella misma; esta historia se la contaba a su
hijo siempre antes de dormir.
Así es como el sapito de “sangre azul”, quien recibía burlas de sus amigos y era llamado
“prinsapo”, fue creciendo con una actitud necia y arrogante, con aires de grandeza y
engreído frente a todos sus iguales, ya que decidió creer sólo la historia de su madre, pese a
que conocía (y muy bien) la “versión” de los demás.
La madre rana alcahueteaba por supuesto estas actitudes, lo
que engrandecía más sus comportamientos de superioridad y
egolatría.
12. El sapo creció sin oficio ni beneficio, nunca aprendió a cazar moscas, ni a formar un hogar, pues
la madre le daba absolutamente todo en la boca a su amado hijo, príncipe de su lodoso reino.
El sapo realmente se había querido tragar el cuento de su madre por comodidad y lo adaptó a
su realidad, pues eso era más fácil que asumir la responsabilidad, como todos, de ver que no
vivía en ningún castillo, sino en una apestosa ciénaga.
A cuanta rana nueva aparecía (porque ya no podía engañar a las
que lo conocían desde que era un renacuajito) le contaba la historia
del encantamiento de su madre, haciéndole creer que él tenía
sangre real y se transformaría de nuevo en príncipe cuando una
princesa lo besara. De esta manera, ninguna rana era suficiente
para él; todas tenían el defecto de ser simples ranas.
13. En sus dotes de “princeso”, fantaseaba con que un día pasara por esa ciénaga una princesa
perdida que se enamorara de su belleza y pudiera valorar la verdadera casta que corría por
sus venas, lo besara y, si no se transformaba, al menos se lo llevara a su castillo, lejos de esa
ciénaga apestosa.
Como nadie ni nada era suficiente para él, tampoco lo era ningún trabajo, todos estaban muy
por debajo de su azulado linaje. El sapo fue haciéndose viejo y el cuento se lo contaba a sí
mismo hasta cuando se veía en los reflejos turbios del estanque. “Algún día llegará la que te
merezca”.
Sin embargo, los rumores sobre su supuesta soltería en espera de
una digna corrían y él no podía darse el lujo de ello. Así que se
casó con una rana que toda la vida había estado enamorada de él,
pese a las bien sabidas ideas absurdas de esa familia.
14. Sólo así logró tener una familia, con una rana que, aunque sabía
que no estaba en el cuento correcto, haría lo que fuera por
pertenecer al de él. Porque eso hacen las ranas cuando se ciegan
por amor, se inventan el cuento o se meten en el ajeno.
Ella terminó llena de renacuajos que, por supuesto, tampoco
ella era la que llevaba los insectos de cada día al hogar y servía a su esposo sapo viejo que
ahora ya no creía que era un príncipe, sino un rey encantado que no hacía nada más que
nacieron azules, mientras que el sapo decía que era debido a la sangre anfibia de la madre;
engordar cada día, echado en su laurel. Así vivieron un poco más de tiempo, hasta que el
infarto del sapo los separó para siempre.
15. CONCLUSIONES
-A mayor falta de recursos de afrontamiento en situaciones de crisis, mayor será la
capacidad de creación de un cuento fantástico.
-Personas con herramientas limítrofes tienen casi como único recurso el autoengaño,
generalmente a niveles inestimables en el uso de sus mentiras.
-Todo puede iniciar como un cuento, una mentira para que los demás no se “den
cuenta” de lo que sucede.
-Se prefiere vivir en esa falsa creencia que empezar a contarse la historia correcta.
-La concepción de una vida nueva basada en la honestidad, simplemente es una
negativa.