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SEXO EN DOS MUNDOS
Libardo Trujillo
Medina
CASA ESPÍRITA
IVONNE A PEREIRA
Neiva Huila Colombia
libartm@hotmail.com
Celular: 3123665500
Cra 9- 1-G- 61
PRESENTACION
Con mucho entusiasmo presentamos este libro con
temas bastante controvertidos y extraños para aquellos
que aún no comprenden la realidad de esas esferas que
en el lenguaje esotérico llamamos mundos paralelos, y
que en otros términos le llamamos la otra dimensión, el
Más Allá, Mundo Espiritual, y para los más ortodoxos,
cielo, purgatorio e infierno. Así mismo aplicando un
lenguaje de muchos sinónimos para el Espíritu como
son: ánima, alma, ente, ego, fantasma y otras tantas
denominaciones, que de todos modos hacen referencia
al Ser Espiritual.
En esta nueva era, la ciencia ya viene midiendo y
sopesando los fenómenos suprafísicos, y en los
noticieros no es raro mostrar “fantasmas” registrados
en pantallas y cámaras fotográficas, como otros
fenómenos de efecto físico, que vienen siendo
sustentados por la doctrina Espírita y que no es otra
cosa que la transcomunicación de que habla el
Espiritismo como ciencia, que nos viene esclareciendo
día tras día, sobre el accionar de los seres de la otra
dimensión, que para los más entendidos es una gran
realidad Espiritual.
El autor manifiesta haber mantenido indecisión por este
proyecto. Una de sus preocupaciones era la del
lenguaje que tendría que utilizar para explicar aquellos
fenómenos que son extraordinarios dentro de la
Literatura Espirita.
Finalmente, tomó la resolución y escribió. Su deber está
fincado, en no guardar la luz debajo del celemín.
Para aquellos que tienen problemas en el cortex y
subcortex cerebral y por esto no “sueñan” o no
recuerdan sus vivencias en la Espiritualidad mientras
sus cuerpos duermen, u otros que no le saben dar
interpretación lógica a sus sueños, les recomendamos
que presten atención a las informaciones y enseñanzas
de aquellos que disfrutan de la facultad psíquica
proyectiva que les permite recordar su accionar en las
esferas del mundo etérico, y que son plenamente
conscientes de vivir en dos mundos.
Olga Pérez R.
PREFACIO
Sexo en dos mundos es un texto que ofrece información
a personas con avanzados conocimientos espirituales y
esotéricos, cuyas concepciones van más allá del
enfoque humano y teológico, pues su cultura psíquica
y espirituaL, les permite estudiar el Alma sin misticismo
o sagradas reverencias, sin considerar al desencarnado
como un fantasma intocable y misterioso, como
algunos dicen “hay que tener respeto por las Ánimas
benditas del purgatorio y por lo tanto dejémoslas
quietas.” Así opinan aquellos despistados que
tristemente carecen de la más mínima ilustración
respecto a las realidades del Espíritu.
Ya para los espiritas y estudiosos de otras filosofías
reencarnacionistas, son de pleno conocimiento las
estructuras que conforman al Espíritu como ser integral,
teniendo en cuenta que cada una de estas áreas
espirituales vibra en campos o dimensiones distintas,
pero siempre dentro de la realidad cósmica, haciendo
que todos sus actos en los diferentes planos de la otra
vida sean auténticos y efectivos.
Le pedimos disculpas a nuestros lectores más
fundamentalistas, por nuestro lenguaje escueto y sin
rodeos, pues el tema para su mayor comprensión exige
lo que algunos consideran como indiscreción, pero que
para nosotros los organizadores y contribuyentes de
este libro, lo manejamos parafraseando sin
formalismos, con madurez y sin malicia.
Incluiremos artículos, capítulos, apuntes de variados
autores espiritas, pues formar compendios ha sido
característica de nuestro estilo literario.
Toda la literatura que se encuentre en este texto en
letra cursiva, pertenece a los autores ajenos a nuestra
autoría, luego se suman en letra tipo arial nuestros
aportes con experiencias vivenciadas en esta y la otra
dimensión, pues la facultad proyectiva y de
clarividencia nos ha permitido tomar atenta nota de
estos fenómenos sobre sexo tan comunes en la tierra,
como en ciertos planos de la Espiritualidad.
Días atrás sentíamos desánimo por escribir este libro, al
revisar nuestro pasado culposo, perdularios que hemos
sido, mas no impenitentes; empero la realidad, es que
la edad física y espiritual, las experiencias en el campo
sexual y nuestros desengaños, nos motivan para el
emprendimiento de este proyecto.
Nuestra gran preocupación es, que lo que mucha gente
espirita o no espirita, considera como sueños, ilusión, o
simplemente erecciones a causa de sobre alimentación
o cualquier reacción fisiológica durante el sueño, quizá
no tenga mayor importancia, cuando en esta otra
realidad, la Espiritual, también cometemos errores que
nos comprometen kármicamente.
Y habiendo hecho referencia a lo que atañe al problema
sexual en la otra dimensión y con Espíritus del más allá,
pues también dedicamos gran parte del libro al
aprendizaje del Espíritu en la vida humana en el plano
de la tierra.
Permita Dios que los temas juiciosamente aquí
expuestos, nos traigan las mejores reflexiones y
propósitos de enmienda para nuestra regeneración y
redención.
libartm
Unas palabras
Un nuevo mérito que reconocer con la publicación
de unos temas, parte compilación de obras
espíritas brasileras y parte autoría de
experiencias claramente expuestas por el autor
neivano.
En hora buena nos llega el conocimiento de un
tópico muy importante en el curso de nuestras
vidas, como es el relacionado con el sexo.
En esta época de incertidumbre por cambios y
problemas, fallaba una luz sobre algo que motiva
de forma muy importante el destino humano: la
sexualidad.
Es de gran utilidad el esclarecimiento para
diversas ramas de la Ciencia: Medicina,
Psicología, Antropología, que con ayuda de la
Doctrina Espírita que explica la reencarnación,
ley de causa y efecto y la Moral del Evangelio,
dan las claves para resolver distintos problemas
que afligen a la humanidad.
En mi caso mucho aprendí estudiando el boceto
de estos capítulos tan importantes, que con
gusto y alegría invito a su lectura a personas
curiosas, afectas o no simpatizantes del ideal
Espírita, con la certeza que obtendrán estímulos
valiosos para el diario vivir.
Cave reconocer agradecidamente la generosidad
del Mundo Espiritual que incentivó estas
elucidaciones y el aporte que en una u otra forma
hicieron con humildad y abnegación cofrades del
movimiento Espirita.
Sinceras congratulaciones.
Emper.
SÚPLICA DEL CUERPO HUMANO
AMIGO:
Ayúdame a ayudarte.
Soy el indomable burrito que te conduce.
Es cierto que no viviría sin ti, sin embargo, es
conveniente que recuerdes que no crecerías sin mí.
Reconozco ser construido de impulsos para vitalizarte
los recuerdos adormecidos en la mente.
Disciplíname.
Tengo hambre y siento frío, experimento cansancio y
me tortura la sed. Enséñame el equilibrio,
corrigiéndome la insatisfacción.
Necesito de aseo para vivir. No me relegues al
abandono.
Mi sumisión o rebeldía dependen de tu conducción.
No te podré servir contento si no me enseñas la
docilidad mediante el ejercicio de la frugalidad.
Recuérdame siempre que debo vigilarme para vivir, y
no vivir para cuidarme
Nacido en la humedad, me inclino siempre, por capricho
de origen, hacia las bajadas resbaladizas. Muéstrame el
cielo, preséntame el sol, señálame la naturaleza
gloriosa, vestida de luz
Organizado por efecto de noble instinto, favorezco más
fácilmente tu demora en las sensaciones. Respétame la
organización y yo te ayudaré en el ascenso refinado de
mi estructura.
No perviertas mi finalidad.
Nací para servirte; no deseo ser tu bribón.
No me relegues al vicio.
Edúcame en la fuerza de voluntad, y atenderé
inmediatamente a tu comando.
Si tú me amaras sin pasión y me equilibraras sin
crueldad, te seré esclavo fiel y reconocido.
Y, cuando ya no te pueda ayudar, sabré callar mi voz,
retornando al suelo de donde surgí, dejándote libre
como golondrina de luz en la perenne primavera del
paraíso.
Amigo, ennobléceme para que yo te pueda salvar. Soy
tu cuerpo, obediente y sumiso, necesitado de
protección.
Enmendario Espírita Divaldo Pereira Franco.
EN EL EXAMEN DE LOS VIVOS
MUERTOS
Y en el movimiento de la vida y de las criaturas en la
tierra, muchos hombres caminan muertos, ahora
sumergidos en la vida.
El sensual es un vivo --- amortajado en la carne.
El mentiroso es un vivo – muriendo en la fantasía.
El orgulloso es un vivo--- sepultado en la ilusión.
El hipócrita es un vivo --- enjaulado en la impostura.
El egoísta es un vivo--- encarcelado en la concha de
mármol de la soledad.
El incrédulo es un vivo --- alucinado por el
escepticismo.
El avaro es un vivo--- enclaustrado en el cofre
asfixiante de valores muertos.
El perdulario es un vivo --- evadiéndose en los excesos
embriagantes de la insensatez.
El ingrato es un vivo --- clausurado en la escena
mortífera del individualismo.
El creyente, cuya mente está llena de luz y las manos
vacías de hazañas, es un vivo--- parasitando en el
vehículo de la fe muerta.
****
Es necesario tener cuidado con la vida que llevamos,
porque la vida llevará a todos para el encuentro con la
conciencia.
Vivos - muertos y muertos --- vivos se mezclan en el
tránsito de la carne para el inevitable encuentro
consigo mismos.
Es Indispensable que la autocrítica funcione como
advertencia en aquellos que desean alzar la mente a
las Esferas Más Altas de la vida, para que puedan
identificar cómo vivir, lo que hacen en la vida y en qué
posición en ella se encuentran.
Recordemos, así, la asertiva del Señor: “dejad a los
muertos el cuidado de enterrar a sus muertos”.
Muerte y vida son solamente estaciones vibratorias
para quien está en la muerte exaltando la vida y de
quien está en la vida demorándose en la muerte.
Enmendario Espírita
Divaldo Pereira Franco.
En torno del sexo
“Pregunta --- ¿El Espíritu que animó el cuerpo de un
hombre puede animar el de una mujer, en una nueva
existencia, y viceversa?
“Respuesta --- si, pues son los mismos Espíritus los que
animan a los hombres y a las mujeres.”
Item n. 201, de “El Libro de los Espíritus.”
Ante los problemas del sexo, es forzoso recordar que
toda criatura trae sus temas particulares con referencia
al asunto.
Atendiendo a la suma de las cualidades adquiridas, en
el enfilamiento de las propias reencarnaciones, el
Espíritu se manifiesta en el plano físico, por las
tendencias que registra, en los recesos del ser,
vivificándose en la condición de hombre o mujer,
conforme las tareas que le incumbe realizar. Más allá
de eso, la individualidad muchas veces
independientemente de las señales morfológicas,
encierra en si extensa problemática, tratándose de
vinculaciones e inclinaciones de múltiples caracteres.
Cada persona se distingue por determinadas
peculiaridades en el mundo emotivo.
El sexo se define de esa manera, por tributo no
solamente respetable, empero profundamente santo
por Naturaleza, sin embargo exigiendo educación y
control.
A través de el dimanan fuerzas creativas, a las cuales
debemos en la tierra el instituto de la reencarnación, el
templo del hogar, las bendiciones de la familia, las
alegrías vitalizantes del afecto y el tesoro inapreciable
de los estímulos espirituales.
Es irrazonable substraer las manifestaciones sexuales a
los seres humanos a pretexto de elevación compulsiva,
debido a que las sugestiones del erotismo se entrañan
en las estructuras del alma, al mismo tiempo que sería
absurdo dislocarlo de su posición venerable, con el fin
de empujarlo al campo de la aventura menos digna,
con la disculpa de garantizarle la liberación.
Sexo es espíritu y vida, al servicio de la felicidad y de la
armonía del universo. Consiguientemente reclama
responsabilidad y discernimiento, donde y cuando se
expresen, por eso mismo, nuestros hermanos y
nuestras hermanas precisan y deben saber lo que
hacen con las energías genésicas, observando con qué
y para qué se valen de semejantes recursos,
entendiéndose que todos los compromisos en la vida
sexual están igualmente subordinados a la Ley de
Causa y Efecto; y según, ese exacto principio, de todo
lo que diéramos a otro, en el mundo afectivo, otro
también nos lo dará.
Emman
uel
Es muy triste escuchar concepciones erradas respecto
al sexo de parte de una gran mayoría de seres
humanos totalmente confundidos por esos falsos
profetas llamados “sexólogos modernos” y todos
aquellos que tocan el tema de manera irresponsable, so
pretexto de modernidad, liberación, o cambios en la
civilización.
No dudamos de estar viviendo en medio de una gran
mayoría de criaturas inmaduras, retardadas, hasta
viciadas y perversas. Los medios de comunicación
hablados y escritos también han sido muy eficaces para
desorientar, estimular y prostituir a la equivocada
humanidad carente de Evangelio y valores Espirituales.
Hoy día hay carencia de autoestima, auto respeto y lo
que en otros tiempos se consideraba como virtudes y
dignidad. Ahora, esto solamente hace parte de la
personalidad moralista de un reducido grupo de seres
“desencajados del tiempo” según los que se consideran
cultos, intelectuales, modernos y actualizados. Por
vanidad, ignorancia y rebeldía es que se desconocen los
valores que nos ofrece El Evangelio, de la mano con el
intelecto y la libertad, para alcanzar los valores del
Espíritu.
LA FAMILIA
Hay pues, dos clases de familias: La familia por los
lazos espirituales y la familia por los lazos corporales.
Durable la primera; se fortalece por la purificación y se
perpetúa en el mundo de los Espíritus, a través de las
diversas emigraciones del alma. Efímera la segunda, de
frágiles lazos como la materia, se extinguen con el
tiempo y muchas veces, se disuelven moralmente, y
hasta desaparecen en la actual existencia.
Del item 8, n° cap. XIV, del Evangelio según el
Espiritismo.
De todas las asociaciones de la tierra—exceptuando
naturalmente la Humanidad- tal vez ninguna sea tan
importante en su función educativa y regeneradora:
como es la constitución de la familia.
De semejante agremiación, en la cual dos seres se
conjugan, atendiendo a los vínculos de afecto, surge el
hogar garantizando los derroteros de la civilización.
A través del matrimonio, una vez establecido,
funciona el principio de la reencarnación, conforme a
las Leyes Divinas, posibilitando el trabajo ejecutivo de
los más elevados programas de acción del Mundo
Espiritual.
Por intermedio de la paternidad y de la maternidad,
tanto el hombre como la mujer adquieren más amplios
créditos para la vida superior.
De ahí, las fuentes de alegrías que les surgen del ser
con las tareas de la procreación.
Los hijos son ligamentos de amor conscientizados que
les granjean protección más extensa del Mundo Mayor,
a la vez que todos nosotros integramos grupos afines
Por eso en la arena terrestre, es justo que la familia ya
determinada, sea asistida por otras que le respiran la
misma faja de intereses afectivos. De manera
idéntica, es natural que las inteligencias domiciliadas
en las Esferas Superiores se consagren a guiar y
resguardar a aquellos compañeros de existencias, de
regreso a la reencarnación con fines de progreso y
perfeccionamiento.
En la tierra la parentela se torna filtro de la familia
espiritual con sede en el más allá de la vida física,
manteniendo los lazos preexistentes entre aquellos
que le son afines.
Las familias vinculadas en las pasadas existencias con
todos aquellos que las componen en el presente, son
formadas, así, de diversos agentes, por cuanto en ellas
se reencuentran, comúnmente afectos y desafectos,
amigos y enemigos, para los ajustes y reajustes
indispensables, ante las leyes del destino.
A pesar de eso, nos interesa reconocer que el clan
familiar se involucra inconscientemente para más
amplios conceptos de vivencias colectivas, sobre los
dictámenes del perfeccionamiento general, en cuanto
se erijan siempre en la escuela valiosa del alma.
De esa manera, en el instituto domestico tenemos una
organización de origen Divino, en cuyo seno
encontramos los instrumentos necesarios para nuestro
propio embellecimiento para la edificación de un Mundo
Mejor
.
Emmanuel
En verdad, muchos de los Espíritus que conforman el
círculo familiar, son almas que en pasadas existencias,
por motivos positivos o negativos se postularon para la
convivencia terrenal, haciendo que la consanguinidad y
la parentela aproxime y ligue en amor a los antiguos
desafectos. Empero, toda regla tiene su excepción;
pues también se pueden vincular a la familias, Espíritus
que nada han tenido que ver, solamente que el sexo
practicado con liviandad e irresponsabilidad, los vincula
mediante reencarnaciones compulsorias. Tema del cual
más adelante hablaremos de manera más amplia.
Haremos una narrativa, en este caso, concerniente a mi
propia familia, que quizás sirva como lección para todos
aquellos que aún no tienen capacidad de análisis sobre
la familia y sus problemas.
Por lo regular las familias, hasta la generación a la que
yo pertenezco, eran muy numerosas; en nuestro caso,
fuimos diez hijos del matrimonio, cinco varones, cinco
mujeres. Otros dos, extramatrimoniales por parte de mi
padre, además de cinco nietos que se acabaron de criar
en el hogar a causa de su orfandad.
Gracias a la bendita facultad de mi buena memoria, hoy
aún puedo recordar asuntos de mi vida desde muy
corta edad, tal vez cuando tenía escasos dos años
hasta estos momentos. A los tres años de edad fui
llevado al Pueblo de Villavieja, portal del desierto de la
Tatacoa. Allí se encontraba la casa de mis abuelos
paternos, donde por parte de mi querido abuelo fui bien
acogido, pues en adelante nos identificamos muy afines
y fui rodeado de muchos mimos por parte de él, y
atención esmerada por parte de mi abuela, que aunque
muy puntual con mi alimentación y vestuario, no le
conocí jamás una caricia,
Con ellos permanecí escasos tres años, pues debido al
deceso de mi bienamado abuelito, fui entregado de
nuevo a mis padres. Aquí, empezó mi vía- crucis. Pues
me sentí desadaptado en mi propio hogar y empezaba
a comprender que el trato que se me daba era parcial
frente a mis otros hermanos, y mi abuela materna
sentía apatía por mí. Al llegar a la adolescencia,
empecé a manifestarme rebelde, y debido a mi
amargura y mis contratiempos, empezaron a surgirme
pensamientos suicidas, siempre idealizándolos como
una venganza al trato que yo consideraba injusto. A
muy temprana edad me incorporé a la vida militar
como una manera de eludir el ambiente hostil de mi
familia.
Dos años más tarde regresé al seno del hogar. Sin
embargo, el panorama seguía enrarecido, sumándose
un desencanto amoroso, lo que me hizo tomar la
determinación de apelar al nefasto suicidio. Una noche
muy disgustado y bajo los efectos del alcohol, les hice
saber a mi madre y mis hermanos que me iba a
suicidar, me encerré en mi alcoba, y me tomé un
raticida. Minutos después, entré en fervorosa oración
dirigida a Maria Santísima, a ese magnánimo Angel del
cual me sentía devoto; todavía recuerdo cómo fueron
mis apelaciones. Fue así:
--¡Madre Santísima!... Comprendo que acabo de
cometer un error.
--Y comprendo que merezco una terrible sanción por mi
rebeldía, mi cobardía y mi falta de fe.
--Reconozco mi pecado y con humildad, me resigno a
mis sufrimientos.
--Y, si por algún caso, no he de morir, esta vez,
prometo no volver a hacerlo, así me encuentre en
mayores sufrimientos –
Hecha esta oración mental, sobrevino el vomito y pude
comprender que la Providencia Divina y misericordiosa
con estos amparadores del bien, habían intervenido a
mi favor.
Sentí vergüenza conmigo mismo y con mi familia; por
lo tanto determiné irme muy lejos para enfrentar la vida
acompañada de acervos sufrimientos.
Conseguí un trabajo en el que tuve la oportunidad de
servir en cuestiones de salubridad a pesar de lo
inhóspito de la región, pues fue en la campaña anti-
malarica, en los sectores del Casanare, Meta, Vichada y
Vaupés. Cinco años más tarde regresé a casa.
Pensé que la mejor manera de encontrar el ambiente
que me hiciera la vida más amable, seria constituir un
hogar para tener a quien querer y amar, y también
sentirme querido y amado.
Pasaron muchos años y el desafecto permanecía de
lado y lado. Fue cuando tomé la determinación de
consorciarme para buscar formar un núcleo afectivo.
Mi padre falleció hace ocho años y mi madre empezó a
saborear la viudez que vino acompañada de la
despreocupación de hijos y nietos, que muy poco le
visitaban quedando a la deriva, y a merced, del hijo
menor, que por su conducta viciosa y perversa se
dedicaba a chantajearla y hasta extorsionarla en las
escasos recursos que algunas de mis hermanas le
prodigaban.
Hacia un tiempo venía reflexionando sobre el deber de
hijo para con aquella madre valiente, generosa, capaz
de luchar por la crianza de tantas hijos y nietos que en
la mayoría no supieron corresponder, y que en mi caso,
a pesar de la indiferencia que ella hubiera mantenido
sobre mi, yo tenía muchas deudas de gratitud hacia
ella, por la gestación y toda la manutención para un
Espíritu que reencarnó solamente ligado a mi padre,
por razones kármicas como más adelante lo expondré;
tampoco mis hermanos tenían nexos conmigo en vidas
pretéritas y solamente con algunas de mis hermanas
hubo algo de afinidad.
Un día determiné visitar a mi madre, la que encontré en
deplorable situación anímica y corporal, cuestión que
me conmovió demasiado, y fue por esto que resolví
invitarla a habitar en nuestra casa para encargarnos en
definitiva de sus necesidades y cuidados, que por su
estado de salud y edad ella requería. Yo tenía dudas de
que me aceptara la invitación, sin embargo las cosas no
fueron así. Ella me manifestó que venía abrigando la
esperanza de que alguno de sus hijos le brindara hogar,
mas sus anhelos estaban frustrados ya que todos y
todas argumentaban no tener tiempo o espacio para
ella, y ya estaban programando llevarla a un asilo o
casa de ancianos. En cuanto a mí, consideraba remota
la posibilidad. Fue para mi, verdadera sorpresa
escucharle la aceptación. Me sentí jubiloso, pues le
dediqué el cariño que ella tanto necesitaba. Durante los
tres largos años que nos acompañó tuvimos la
oportunidad de hablar acerca de Espiritismo, que por
fortuna le agradaba y eso me facilitó prepararle para el
paso hacia el mas allá que se dio después de ese
tiempo de convivencia. En tres años logramos construir
el amor que no fue posible en sesenta y un años de mi
existencia.
Hoy día considero que somos Espíritus amigos,
bendecidos por la maravillosa doctrina Espirita que nos
enseña a amar y perdonar,
Quince días después de la desencarnación de mi
progenitora, se celebraba el día de las Madres. Esa
noche, le dirigí fervorosa oración. Después caí en
pesado sueño, para más luego verme proyectado en el
cementerio sacándola de la fosa, y cuando ella se
erigió de la tumba, vino hacia mi, me abrazó
diciéndome, ---vamos para la casa--. Fue en esos
instantes que vi venir hacia nosotros a mi padre,
ansioso de encontrarla. Lamentablemente al despertar
no logré recordar más nada, pero mis conclusiones
fueron, que esa noche habíamos contribuido con el
desprendimiento de su cadáver, que permaneció
adherido por esos quince días,
Siete meses más tarde tuvimos la dicha de
comunicarnos mediante el recurso de la mediumnidad
psicofónica en la que nos agradecía esa fructífera
estadía en nuestro hogar.
Noviazgo
¿Mas allá de la simpatía general de afinidad, oriunda
de la semejanza que entre ellos exista, hay entre los
Espíritus afectos particulares?.
Respuesta: Del mismo modo que entre los hombres,
todavía, el lazo que une a los Espíritus es más fuerte
en la ausencia del cuerpo, por no estar más expuestos
a las vicisitudes de las pasiones.
Pregunta #291 De El Libro de Los Espíritus.
La integración de dos criaturas para la comunión sexual
comienza habitualmente en el periodo de noviazgo que
se traduce por un suave encantamiento.
Estos se descubren mutuamente, de manera
imprevista, con motivos para la entrega reciproca y de
ahí se desenvuelve el proceso de atracción
El asunto consustanciaría lo que sería lícito considerar
un “dulce misterio” si no consideráramos en el las
realidades de la reencarnación y de la afinidad.
Inteligencias que trazan entre si la realización de
empresas afectivas aún en la Espiritualidad,. Espíritus
que ya compartieron experiencias en el campo sexual
en existencias pasadas, corazones que se hicieron
cómplices en delincuencia pasional en otras vidas, o
almas inesperadamente armonizadas en la
complementación magnética, diariamente compartirán
las emociones de semejantes encuentros en muchos
lugares de la tierra.
Confirmada la simpatía mutua, es llegado el momento
del raciocinio.
Por eso ocurre que es diminuto aún en el planeta, el
porcentaje de personas, en cualquier edad física,
habituadas a pensar en términos de auto-análisis,
cuando el instinto sexual se desborda del ser.
Algunos sexólogos modernos, empero materialistas,
tratando la cuestión, bajo el punto de “vista físico” tal
vez diirían que la libido entró en actividad con su
poderoso dominio y, obviamente nadie discordará en la
tesis, en la afirmativa que atentos debemos estar a la
importancia del impulso creativo del sexo, en el mundo
psíquico, para la vida y perpetuación en el planeta.
Es importante anotar por lo tanto, en muchos lances
de la caminata evolutiva del Espíritu, la influencia
ejercida por las inteligencias desencarnadas en el
juego afectivo. Nos referimos a las parejas de las
existencias pasadas, o más claramente, a los Espíritus
que se programaron para el futuro hogar, cuya
actuación, en muchos casos, pesa en el ánimo de los
enamorados, inclinando pacíficamente afecciones
raciocinadas para súbitos matrimonios o compromisos
en la paternidad y en la maternidad. Esos enamorados
son los que entonces se matriculan en la escuela de
laboriosas responsabilidades. Esto porque la donación
de si mismos a la comunión sexual, en régimen de
placer sin ponderación, no los exonera de los vínculos
kármicos para con los seres que traen a la luz del
mundo, en cuya floración, al contrario, si es verdad que
realizaron trabajo y sacrificio, obtendrán también
valiosa recolecta de experiencias y enseñanzas para el
futuro, si comprendieren que la vida paga en amor a
todos aquellos que les reciben con amor las justas
exigencias para la ejecución de sus objetivos
esenciales.
Emmanuel
El noviazgo es un periodo de muchas contravenciones.
En la gran mayoría de los noviazgos, las parejas
pretenden aparentar virtudes que no tienen y tratan de
esconder defectos poniendo en juego los formalismos,
la falsa ética y hasta una prefabricada etiqueta, que en
algunos momentos escapan de los engañosos
propósitos como se dice, los “traiciona el
subconsciente”, dejando entrever la legítima
personalidad, que de manera esporádica y hasta
frecuente, causa desavenencias y decepciones. Sin
embargo, es ya en la vida matrimonial que los llamados
esposos se desnudan en su realidad espiritual y su
verdadera personalidad, queriendo cada uno imponer
sus arquetipos y paradigmas, pues salen a flote los
gustos los defectos, y ahí vienen las decepciones. Aquí,
es donde cabe un adagio muy popular que dice: “por
ahora dónde te pongo, y más luego, dónde te boto”.
Ambiente
Doméstico
“Frecuentemente, el Espíritu renace en el mismo medio
en que ya vivió, estableciendo de nuevo relaciones con
las mismas personas, a fin de reparar el mal que les
haya hecho. Si reconociese en ellas a quienes odiara,
quizá el odio se le despertaría otra vez en su fuero
íntimo. De tal manera, él se sentiría humillado en
presencia de aquellas a quien hubiese ofendido”.
Del Item 11, cap. V de “El Evangelio según el
Espiritismo”.
En la comunión de dos seres para la organización de la
familia, prevalece el compromiso de asistencia no solo
del uno para con el otro, si no también para con los
hijos que proceden de los lazos afectivos.
No poseemos todavía en la tierra institutos destinados
a la preparación de la paternidad y de la maternidad
responsable. La evolución y el perfeccionamiento de las
ciencias psicológicas de hoy, pueden garantizarnos en
el futuro semejante evento.
Identifiquemos en el hogar la escuela viva del alma.
El Espíritu, cuando retorna al Plano Físico, ve en los
padres las primeras imágenes de Dios y de la Vida.
En la templada estructura del nido doméstico,
germinan en el ser los primeros pensamientos y las
primeras esperanzas. No le será del todo tan fácil
seguir adelante con los ideales de la niñez, a la vez que
el equipo familiar habitualmente se aglutina siguiendo
los desastres sentimentales de las existencias pasadas,
debilitándosele los componentes de los disturbios de la
afección posesiva, o se produce una simbiosis de
ternura descontrolada y simpatía , odio y aversión
simultáneas.
Padres inmaduros, desde el punto de vista espiritual,
comúnmente se infantilizan en el tiempo exacto del
trabajo mas grave que les compete, en el sector
educativo, y al contrario de guiar los pequeñitos con
seguridad para el éxito en su nuevo desenvolvimiento
en la estadía de la reencarnación, los enredan en
problemas, ahora tratando las infantes como si fuesen
personas adultas o tratando los hijos adultos como se
fuesen criaturas infantiles.
Estableciendo el desequilibrio, irrumpen los conflictos
de envidia y rebeldía, narcisismo y crueldad, que
asfixian las plantas de la comprensión y de la alegría en
el terreno casero, trasformándolo en espinero
magnético de vibraciones contradictorias, en el cual los
enigmas emocionales, trazados del pretérito, adquieren
aspecto casi insoluble.
De ahí la importancia que transcurre de los
conocimientos alusivos a la reencarnación, en las bases
de la familia, pleno ejercicio de la ley de amor en los
recesos del hogar, para que el hogar no se convierta,
de bendita escuela que es, en un núcleo neurótico,
albergando molestias mentales difícilmente reversibles.
Emmanuel
Hace cuatro décadas, la Iglesia Católica instauró un
programa llamado CURSO PREMATRIMONIAL, requisito
obligatorio para las parejas que buscan consorciarse
mediante el ceremonial católico. Lamentablemente, por
carecer de la enseñanza sobre la Reencarnación y Ley
de Causa y Efecto, no es lo suficientemente eficaz y
orientador para aquellos que buscan constituir familia.
Uno de los cuidados que deben tener los candidatizados
a la vida conyugal, es el análisis del tipo de sangre,
pues la consaguinidad, puede generar problemas de
salud y taras difíciles de superar.
Educados bajo los conocimientos netamente cristianos,
padres e hijos alcanzarían grandes éxitos de
convivencia y progreso moral; también se evitarían
muchos divorcios, suicidios y otros terribles desastres
que suelen darse en esos hogares desorientados.
Los más comprometidos ante la Ley Divina son los
padres negligentes, atenidos a que sus hijos sean
educados en el colegio o escuela, o quizás la empleada
doméstica. Además se suman los malos ejemplos de
padre y madre, y en la posteridad, estarán protestando
alarmados, y algunos reaccionando de manera
inapropiada para corregir, lo que ya prácticamente es
imposible de alcanzar, debido a que las estrategias
psicológicas acompañadas de amor y paciencia solo
tienen contundencia en la infancia, antes de entrar a la
adolescencia y la pubertad.
Y es aquí que cabe la sentencia que dice: educa al niño
y no castigarás al hombre.
Energía Sexual
“Pregunta __ ¿Es la misma fuerza la que une los
elementos de la antimateria en los cuerpos orgánicos y
en los inorgánicos?
Respuesta__ Si, la ley de atracción es la misma para
todos.”
Item n° 60 de “El Libro de los Espíritus”.
La energía sexual, como recurso de la Ley de
Atracción, en la perpetuidad del Universo, es inherente
a la propia vida, generando cargas magnéticas
creativas de la cual se reviste.
En los seres primitivos, situados en el atraso de la
emoción y del raciocinio, y aún en todas las criaturas
que se demoran voluntariamente a nivel de los
violentos, la descarga de semejante energía se opera
desconsideradamente. Por eso, les cuesta resultados
angustiosos con acumulados para largo tiempo de
fijación en existencias menos felices, en las cuales la
vida, mucho y/o poco a poco, enseña a cada uno que
ninguno debe abusar de alguien sin acarrear perjuicio a
si mismo.
A medida que la individualidad evolucione, es que pasa
a comprender que la energía sexual envuelve el
impositivo de discernimiento y responsabilidad en su
aplicación, y que por eso mismo, debe estar controlada
por valores morales que le garantizan el empleo digno,
ya sea en la forma física aseguradora de la familia, o
en la creación de obras beneméritas de la sensibilidad
y de la cultura para la reproducción y extensión del
progreso y de la experiencia, de la belleza y del amor,
en la evolución y perfeccionamiento de la vida en el
planeta.
A través de la poligamia, el Espíritu asimila para si
mismo larga marcha en existencias y más existencias
sucesivas de reparación y aprendizaje, en cuyo
transcurso adquiere la necesaria disciplina de su
mundo emotivo.
Fatigado de experimentos dolorosos, en los cuales
recoge el fruto amargo de la delincuencia o del
desespero que haya establecido en los demás,
reconoce en la monogamia el camino cierto de sus
manifestaciones afectivas. Atento a eso, identifica en la
criatura que se le afina con los propósitos y
aspiraciones, el compañero o la compañera ideal para
la comunión sexual.
De si mismo depende el poder granjear el preciso
equilibrio y el poder revitalizar las fuerzas con que se
pone en la pista del trabajo imprescindible a la propia
evolución.
En ningún caso, nos ha sido lícito subestimar la
importancia de la energía sexual que, en la esencia,
vierte de la Creación Divina para la constitución y
sustentación de todas las criaturas. .Con ella y por ella
es que todas las civilizaciones de la tierra se
levantarán, legando al hombre preciosa herencia en el
viaje para la sublimación definitiva, entendiéndose, que
criatura alguna, en el plano de la razón, se valdrá de
ella, en las relaciones con otros seres, sin
consecuencias felices, o infelices, constructivas o
destructivas, conforme la orientación que se le dé.
Emmanuel
Es muy común ver a individuos comprometidos
maritalmente con otra u otras mujeres, en algunos
casos bajo el conocimiento de las mismas concubinas,
con mucho cinismo y de manera desvergonzada; y en
otras situaciones aplicando los ardides del engaño,
como también coaccionando, chantajeando, y en
algunos casos mostrándose como personajes
temerarios o indispensables por su poder económico,
político, laboral, religioso o social.
Son criaturas que nos hacen recordar al macho
dominante de la manada salvaje, que se quiere
imponer como absoluto, acaparadores, mezquinos y
egoístas que no sienten amor por nadie; en ellos
solamente existe el apetito sexual, sin medir
consecuencias ni cuánto daño hagan al sentimiento
humano. Por otro lado, también tenemos aquellas
mujeres acostumbradas a seducir al individuo casado o
comprometido en el ministerio del hogar; son hábiles y
especializadas en destruir hogares, en algunos casos
porque son tan sensuales y aparentadoras, y en otros,
porque les domina el interés económico; es decir,
ambiciosas e interesadas. Algunas no se comprometen
en noviazgos o convivencias, pues según ellas
necesitan ser libres para llevar su vida sexual prepago,
sin que nadie les reclame fidelidad y disciplina.
En estos últimos tiempos la infidelidad y la
promiscuidad crecen a pasos agigantados, pues ya
vivimos en el más terrible caos moral. ¿No cree usted
que las telenovelas, algunos programas de farándula, la
pornografía, el enfoque errado sobre el modernismo y
la ausencia de Evangelio, sean las principales causas de
estos flagelos que afectan en algunos casos a seres
primitivos y en otros, a civilizados pervertidos?
Afortunadamente dentro de las Leyes Divinas, existen
dos grandes maestras: el tiempo para alcanzar la
saturación, y el dolor.
Es en estos actos de sensualidad irresponsable que el
ser humano incorpora los bacilos que en la presente
existencia o en futuras reencarnaciones, vendrán a
hacerle padecer las terribles enfermedades en el
aparato reproductivo, tales como: cáncer de próstata,
de testículos, sífilis, sida, inhibiciones y otros tantos
inconvenientes que se manifiestan a consecuencia de
nuestra indisciplina e irresponsabilidad. Igualmente en
la mujer, con sus padecimientos de cáncer en su
aparato genital, o desordenes sexuales, como frigidez,
flujos y otros síndromes de diverso orden.
Gran parte de los seres humanos se han fijado la idea,
de que el mayor objetivo de la vida es disfrutar de las
pasiones, sobre todo, el sexo; pues procurar hijos,
complica otros intereses como son el de conseguir
dinero, y tiempo para disfrutar de diversiones, hacer
turismo y otras tantas comodidades que el mundo
pagano y profano ofrece.
Recordar vivencias en la Espiritualidad durante el
sueño, en algunos casos es extraordinario y en otros,
decepcionante.
Damos gracias a Dios y a nuestros amparadores
Espirituales por las oportunidades de aprendizaje
mediante la facultad de desdoblamiento consciente.
En una ocasión encontrándome proyectado, me vi.
caminando hacia la estación ferroviaria, que hoy día
está clausurada; pues desde hace algún tiempo ya no
contamos en la ciudad de Neiva con ese servicio
ferroviario. No obstante, en la Espiritualidad si se
encuentra vigente ese servicio. Fue por eso que
observé cuatro filas muy largas conformadas por
individuos en la gran mayoría jóvenes, en la espera de
un tren que los llevaría a otro lugar para emprender un
viaje mucho más largo.
Observé el estado anímico de estos viajeros; me hacían
recordar los tiempos de mi infancia y la adolescencia
cuando en la escuela programaban excursiones o
paseos y nos sentíamos jubilosos y ansiosos por el
momento de la partida. Me vi en la necesidad de cruzar
las filas, pidiéndoles permiso, que de manera
espontánea me concedían. De antemano yo estaba
enterado de que todos estos seres desencarnados
habían sido maleantes, fornicadores, promiscuos,
raponeros, en fin, delincuentes consumados.
Después de haber cruzado las filas de más o menos
cuatrocientos sujetos que las conformaban, me dirigí al
recinto que en otros tiempos funcionaba como la
cafetería de la estación; pues ya no era cafetería, era
una sala de espera. Allí se encontraban unas cincuenta
mujeres, de esas que en la tierra habían ejercido la
prostitución en los lugares más sórdidos de las
ciudades. Entre estas observé a una mujer de unos
cincuenta años, sentada de manera descompuesta, y
descansando los pies sobre una mesita de centro. Ellas
se encontraban también en el mismo estado anímico
que el de los hombres. Me dirigí a la referida dama para
formularle una pregunta:
---¿No siente usted tristeza viajar tan lejos y
demorándose tanto tiempo sin contactar a su familia?
Ella respondió: --¿y acaso cuando estuve en la tierra,
eso me preocupó, o a mi familia le hice falta? Yo le
hacia esa pregunta porque sabía que viajarían hacia
otro planeta para continuar su proceso evolutivo que la
tierra ya no les puede brindar. Otra cuestión que sabía
es que ellos eran conscientes de su exilio, empero ya
habían pasado por largos años de sufrimientos en esos
lugares del astral inferior, preparados y
conscientizados de esa necesidad en provecho propio.
Momentos después me reuní con mi esposa para
retirarnos del lugar, movilizándonos en una motocicleta
enduro color rojo, la cual creí no encontrar en el lugar
donde la había dejado parqueada, debido a la calidad
de seres que allí se congregaban. De todos modos,
sentí pesar por todos estos Espíritus encaminados al
exilio, pues no vi esto como un castigo, pero si como
medida necesaria y adecuada para la evolución de un
gran sector de la humanidad.
Compromiso
afectivo
El deber íntimo del hombre queda entregado a su libre
albedrío. El aguijón de la conciencia, guardián de la
integridad interior, advierte y sustenta; empero,
muchas veces se muestra impotente delante de los
sofismas de la pasión. Fielmente observado, el deber
del corazón eleva al hombre; por eso, ¿Cómo
determinarlo con exactitud? ¿Dónde comienza? El
deber comienza siempre, para cada uno de vosotros,
desde el punto en que amenazáis la felicidad o la
tranquilidad de vuestro prójimo; acaba en el límite que
no deseáis que ninguno trasponga con relación a
vosotros.
Del item 7, cap. XVII, de “El Evangelio según el
Epiritismo”
La guerra efectivamente flagela la Humanidad,
sembrando terror y mortandad entre las naciones;
entre tanto, la afección erradamente orientada, a
través del compromiso escarnecido, cubre al mundo de
víctimas.
Quien estudie los conflictos del sexo, en la actualidad
de la Tierra, admitiendo la civilización en decadencia,
tan solo examinando las arbitrariedades que se
practican en nombre del amor, aunque no entendamos
que los problemas del equilibrio emotivo son, hasta
ahora y en todos los tiempos, de la vida planetaria.
Las leyes del Universo nos esperan durante muchos
milenios, mas terminarán por inscribiese de por si los
caracteres de luz en nuestras propias conciencias. Y
esas leyes determinan que amemos al prójimo como a
nosotros mismos.
Para que no seamos mutilados psíquicos, nos urge no
mutilar al prójimo.
En materia de afectividad, en el transcurso de los
siglos, innumerables veces disparamos en la dirección
del narcisismo y, estirados en la aberración del placer
estéril, atropellamos sentimientos ajenos, impeliendo
criaturas estimables y nobles a procesos de angustia y
criminalidad, después de prenderlas a nosotros
mismos con el vínculo de promesas brillantes, de las
cuales nos descartamos en movimiento imponderable.
A la vez que determinada persona convide a otra a la
comunión sexual o acepte de alguien un llamado en
este sentido, en bases de afinidad y confianza, se
establece entre ambas un circuito de fuerzas por el cual
los dos se alimentan psíquicamente de energías
espirituales, en régimen de reciprocidad.
Cuando uno de los comprometidos huye al compromiso
asumido, sin razón justa, hiere al otro en la
sustentación del equilibrio emotivo, sea cual fueren las
circunstancias en que ese compromiso venga a ser
efectuado. Creada la ruptura en el sistema de permutas
de las cargas magnéticas de manutención del alma
para el alma, el compañero perjudicado, si no dispone
de conocimientos superiores en la auto-defensiva,
entra en pánico, sin que se le pueda prever el
descontrol que, muchas veces, raya en la delincuencia.
Tales resultados de la imprudencia y de la in-vigilancia
repercuten en el agresor, que partirá de las
consecuencias desencadenadas por él mismo,
endeudándose en el camino y cultivando una
sementera compartida de conflictos y frustraciones que
acarreará para el futuro.
Sabemos que la Justicia Humana combina puniciones
para los actos de pillaje en la esfera de las realidades
objetivas, considerando la responsabilidad y el respeto
de los intereses ajenos, no en tanto, los legisladores
terrestres percibirán igualmente, un día, que la Justicia
Divina alcanza también los contraventores de la Ley del
Amor y determine que se les instale en las conciencias
los reflejos del saqueo afectivo que perpetuarán para
los demás.
De ahí la certeza clara de que no escaparemos de las
ecuaciones infelices de los compromisos de orden
sentimental, injustamente menospreciados, que
rescataremos en tiempo hábil, partícula a partícula por
la contabilidad de los principios de causa y efecto.
Reencarnados que estaremos siempre, en ese sentido,
hasta exonerar al propio Espíritu de las mutilaciones y
conflictos efectuados en el clima de la irreflexión;
aprenderemos en el cuerpo de nuestras propias
manifestaciones o en el ambiente de la vivencia
personal, a través de la penología sin cárcel aparente,
que nunca lesionaremos a otro sin lesionarnos a
nosotros mismos.
Emmanuel
¡Cuántos ejemplos hemos encontrado, mediante
nuestros largos años de vida como encarnados!.
Mujeres continuamente engañadas, burladas y
maltratadas en muchos aspectos, igualmente hombres
pasando por idénticas circunstancias. Aquí tenemos a
los tránsfugas e insensibles del pasado recogiendo su
cosecha cargada de espinos y dolor. Como hasta ahora
la tierra viene siendo una incubadora de Espíritus, no
faltarán Almas nuevas irresponsables e insensibles que
el destino colocará en nuestro camino, para que nos
sirvan como verdaderas pruebas para sanearnos y
alcanzar la redención. Empero además de esto,
también es posible venir con cambio de género, sanción
que se recibe con mucha amargura, cuando ya
estamos acostumbrados a explotar y abusar de
nuestras dotes y ventajas en ese género.
Que equivocación tan grande cuando creemos que
nuestros actos de infidelidad no son descubiertos; por
algo el proverbio que dice: las paredes tienen oídos. Y
en el Evangelio encontramos esa máxima que dice:
Ni la caída de la hoja de un árbol es ignorada por Dios.
Se nos olvida que en la Espiritualidad, que también
involucra al mundo de los encarnados, hay cualquier
cantidad de Espíritus observándonos en todos nuestros
actos, atestiguando para más luego informar al
conyugue traicionado, cuestión que más luego al
despertar bien sea que recuerde o no, se traduce en el
desánimo, apatía, y mal humor en la persona que
durante el sueño recibió la información. Y además,
nosotros mismos encontramos allá en la otra
dimensión, a nuestra media naranja, comprometida en
terribles actos de infidelidad.
Casamiento
Pregunta: ¿Será contrario a la ley de la Naturaleza el
casamiento, esto es la unión permanente de dos seres?
“Respuesta __Es un progreso en la marcha de la
Humanidad”.
Item 695 de “El Libro de los Espíritus”
El matrimonio es la unión permanente de dos seres,
como es obvio, implica el régimen de vivencia por el
cual dos personas se confían en asistencia mutua.
Esa unión refleja las Leyes Divinas que permiten la
constitución de pareja unidos para el
desenvolvimiento de la vida.
Por eso es importante que, la unión se base en la
responsabilidad reciproca, a la vez que en la
comunión sexual. Que un ser humano se entregue
a otro ser humano,
Y es por eso que no debe haber cualquier tipo de
desconsideración entre si.
Cuando las obligaciones mutuas no son respetadas
en el ajuste, la comunión sexual injuriada o
pérfidamente interrumpida, genera dolorosas
repercusiones en la consciencia, estableciendo
problemas kármicos de solucionar por cuanto nadie
hiere a alguien sin herirse a sí mismo.
Indiscutiblemente, en los Planos Superiores la
vinculación entre parejas es espontánea,
compuesta en imantación de afinidad ineludible.
En la Tierra del futuro, los nexos afectivos
obedecerán a idéntico principio y, por anticipación,
millares de criaturas ya disfrutan en el propio estado
de encarnados de esas uniones ideales, en que se
ungen psíquicamente una al otro, sin necesidad de
la permuta sexual, más profundamente
considerada, con el fin de apoyarse mutuamente en
obras preciosas, en la esfera del Espíritu.
No en tanto sucede que, millones de almas,
detenidas en la evolución primitiva, yacen en el
planeta, arraigadas a débitos escabrosos, frente a la
ley de Causa y Efecto, aún inclinadas al
desequilibrio y al abuso. Necesitan severos
estatutos de los hombres para la regulación de los
intercambios sexuales que les exigen respeto, con el
fin de que no se tornen salteadores impunes en la
construcción del mundo moral.
Los debitos contraídos por legiones de compañeros
de la Humanidad, portadores de entendimiento y
verdad para los temas de amor, determinan la
existencia para millones de uniones supuestamente
infelices, en las cuales la reparación de faltas
pasadas confiere a numerosos ajustes sexuales,
sean o no encubiertos por los beneplácitos de las
leyes humanas el aspecto de ligazones claramente
expiatorias, con base en el sufrimiento purificador.
De cualquier manera, es forzoso reconocer que no
existen en el mundo conjugaciones afectivas, sean
ellas cual fueren, sin raíces en los principios
kármicos, en las cuales nuestras responsabilidades
son esposadas en común.
.
Emmanuel
La permuta sexual en las parejas tiene fines
sagrados y sublimes. Entre estos la procreación,
como también que el impulso sexual un día se
trasmute en el verdadero Amor. Cuando esto se
alcanza, en cierto modo la misión está cumplida,
pues los enemigos del pasado seguirán siendo seres
bienamados y constituyéndose en la familia
Universal; en algunos casos, en adelante, haciendo
parte del árbol genealógico o colocado como unos
de los buenos y amados amigos dentro de la
sociedad terrena o espiritual.
No existen razones para que consideremos a la
pareja como si fuese patrimonio eterno. Nadie fue
creado para pertenecer indefinidamente a alguien;
solamente a Dios. Nuestras convivencias maritales,
frente a las sucesivas existencias son simplemente
préstamos temporales, como ya lo venimos
explicando.
¿Y en qué quedan los celos de aquellas personas
inseguras, egoístas y posesivas? ¿No será bueno que
tomemos atenta nota de las enseñanzas Espíritas
para más tarde no pasar por acervos sufrimientos?
Cuando el Amor y los sentimientos alcancen tópicos
de universalidad, estaremos disfrutando de las
dádivas del verdadero Amor.
Cuando decimos que nadie esta postulado a
compartir existencias indefinidamente, es porque
nosotros como peregrinos de los mundos físicos,
durante ese milenario caminar, por nuestra
irresponsabilidad e inmadurez, afectamos a muchas
almas del sexo opuesto, quedando comprometidos
para la reparación en futuras existencias, y
solamente en la medida en que logremos sanear
nuestros débitos con las personas afectadas,
podemos decir que hemos alcanzado la paz con
nuestros convivientes y encontraremos las
personas ideales para que nos hagan sentir
verdaderamente felices.
En algunas de las conversaciones intimas
efectuadas con mi esposa, hemos llegado a la
conclusión, de que la mejor manera de culminar
nuestros compromisos kármicos, que nos involucra
en convivencias agridulces, seria haciendo el
esfuerzo de convivir hasta el final de nuestra
existencia, en la mayor comprensión y cordialidad,
ya que ella, aunque cumplidora en sus deberes
domésticos y en condición de madre y socia en la
empresa hogareña ha sido magnífica, como esposa,
tristemente no disfruté de caricias y mimos, como
contrariamente yo lo hacía, sin encontrar
receptividad y correspondencia de su parte. Pienso
que de todos modos he logrado amarle, al punto de
desearle a ella, que en su próxima reencarnación
comparta su vida marital con alguien que le inspire
cariño y entusiasmo, que igualmente sea bien
estimada. Y así disfrute de una convivencia más
feliz. Yo me conformaría con que fuera mi hija, o mi
madre, tal vez una hermana querida, o una buena
amiga; Y de mi parte, Dios Mío! Espero que mi
karma se aplaque para un día poder disfrutar de la
dulzura y el afecto que una mujer cariñosa y
amorosa, me pueda prodigar, para no tener reparos
en otras mujeres, y no comprometerme en más
adulterios o cualquier tipo de aventura sexual en el
mundo de los encarnados, como en la otra
dimensión. Que yo no me comprometa más de
manera negativa, para no distanciar más ese anhelo
de vivenciar la total felicidad conyugal.
DIVORCIO
El divorcio es ley humana que tiene por objeto separar
legalmente lo que ya, de hecho, está separado.
No es contrario a la Ley de Dios, pues apenas reforma
lo que los hombres han hecho y solo es aplicable en los
casos en que no se tuvo en cuenta la Ley Divina.
Del iten 5, del cap. XXII, Del Evangelio Según El
Espiritismo.
Partiendo del principio de que no existen uniones
conyugales por el acaso, el divorcio, en rigor, no debe
ser aplaudido o estimulado por nadie.
Es ahí, en los lazos matrimoniales definidos en las leyes
del mundo, que se operan perfeccionamientos y
reconciliaciones dirigidas para la precisa sublimación
del Alma.
El casamiento será siempre un instituto benemérito,
acogiendo, en el límite, flores de alegría y esperanza,
aquellas que la vida aguarda para el trabajo de su
propio perfeccionamiento y perpetuación. Con el, el
progreso gana nuevos horizontes y la ley del
renacimiento alcanza los fines para los cuales se
encamina.
Ocurre por lo tanto, que la Sabiduría Divina jamás
instituye principios de violencia, y el Espíritu, en
cuanto agrave en muchas situaciones los propios
débitos, dispone de la facultad de interrumpir,
retroceder, modificar, discutir o adelantar
transitoriamente, el desempeño de los compromisos
que abraza.
En muchos lances de la experiencia, es la propia
individualidad, en la vida del Espíritu, antes de la
reencarnación que se programa para el consorcio
aunque difícil en las estancias de la vida física,
llamando así al parejo o pareja de pretéritas
existencias, para los ajustes que les apaciguarán las
consciencias, a consecuencia de errores perpetuados
en otras épocas. Reconducida entonces, a la nueva
jornada terrestre y asumida la unión esponsalicia que
atrajo a sí misma, hela desanimada en fase de los
comienzos que se le desdoblan al frente. A veces el
compañero o la compañera vuelven al ejercicio de la
crueldad de otros tiempos, sea a través del
menosprecio, irrespeto, violencia o deslealtad, el
cónyuge perjudicado no siempre encuentra recursos en
si para sobreponerse a los procesos de dilapidación
moral de la cual es víctima.
Compelidos, muchas veces, a las ultimas fronteras de
la resistencia, es natural que el esposo o la esposa,
relegados a sufrimientos indebidos, apele al divorcio
por medida extrema contra el suicidio o el homicidio, u
otras calamidades que les complicarían aún más el
destino. En esos lances de experiencias, surge la
separación como manera de bendición necesaria, y el
cónyuge perjudicado encuentra en el tribunal de la
propia consciencia el apoyo moral de la auto probación
para renovar el camino que le indique respeto,
acogiendo o no nueva compañía para la jornada
humana.
Es obvio que no nos es lícito estimular el divorcio de
manera alguna, competiéndonos solamente, en ese
sentido, reconfortar y reanimar los hermanos en lid, en
los matrimonios de probación, con el fin de que se
sobrepongan a las propias susceptibilidades y
aflicciones, venciendo las duras etapas de regeneración
o expiación que suplicaran antes del renacimiento en el
plano físico, en auxilio a si mismos. Aún así, es justo
reconocer que la esclavitud no viene de Dios y nadie
posee el derecho de torturar y someter a nadie en fase
de las leyes eternas.
El divorcio, pues, basado en razones justas, es
providencia humana y claramente comprensible en los
procesos de evolución pacífica.
Efectivamente, enseñó Jesús: “no separéis lo que Dios
juntó”, y no nos cabe interferir en la vida de cónyuge
alguno, con la intención de librarlo de la obligación a
que se comprometió. Sucede que si no nos incumbe
separar aquellos que la Ley de Dios reunió para
determinados fines, son ellos mismos los que se
enlazaron por los vínculos del matrimonio, que desean
la separación entre si, correspondiéndonos únicamente
la obligación de respetarles la libre escogencia sin
herirles la decisión.
Emmanuel
Es una lástima ver parejas que llegan a su Iglesia, al
juzgado o a cualquier otra institución, a legalizar su
unión matrimonial; como también a otros que optan por
la unión libre haciendo promesas de amor eterno.
Tristemente, muchas de estas Almas frágiles, llenas de
orgullo, ambiciones materialistas o liviandad, no van
muy lejos en la convivencia, pues terminan de manera
irresponsable e injusta, aquel emprendimiento que se
creía sería una verdadera panacea de amor.
Cada día es mayor el porcentaje de uniones fracasadas;
esto porque, “él no me cumplió con el confort que me
prometió, o porque resultó promiscuo, vicioso, tal vez
de mal carácter, o no nos comprendimos, o no nos
satisfacíamos en las relaciones sexuales”.
Por otro lado, ella perdió los encantos, o atributos de
belleza, porque se tornó incomprensible, descuidada en
sus quehaceres hogareños, por infidelidad, o muchas
otras razones. Y en algunas oportunidades se les
pregunta por su ex consorte, y estos responden muy
desairados argumentando que se liberaron de ese
yugo, que se había convertido en terrible pesadilla, y
que no quieren saber nada más de esa abominable
criatura. Pues bien: por esta reencarnación todo podrá
ser así. Empero lamentablemente, quedan postulados
para más encuentros en futuras reencarnaciones; hasta
que un día, el Amor Puro y Santo reine en sus
corazones para así poder concluir, de manera digna, los
compromisos mutuos y quedar listos para nuevas
convivencias con otros Espíritus que se encuentran en
turno, para sanear desafueros de otras vidas. Es por
esto, que todos nosotros contamos con inmenso
número de familiares y parientes de otras vidas,
además de aquellos otros con quienes nos
vincularemos en el futuro.
Nos dice Andre Luis, en el libro Sexo Y Destino,
psicografiado por Chico Xavier y Waldo Vieira, obra
dictada cuatro décadas atrás, que de cien parejas
comprometidas en la tierra maritalmente, escasamente
el treinta por ciento cumplen de manera exitosa sus
compromisos, otro veinte por ciento de manera regular,
y un cincuenta por ciento son un fracaso total teniendo
en cuenta que entre estos últimos, algunos son
reincidentes. Comprendamos que estas estadísticas son
de cuarenta años atrás, cuando la humanidad no se
encontraba en el gran caos moral como sucede hoy día.
UNION INFELIZ
¿Cuál es el objeto de la reencarnación?
Respuesta: Expiación, mejoramiento progresivo de la
Humanidad. ¿Sin esto, donde estaría la justicia?
Iten n° 167 de El Libro De Los Epíritus.
Dolorosa, sin duda, la unión que se considera
desdichada. Es obvio, que no es obligación soportar a
contra gusto, la truculencia o el peso de alguien,
ponderándose que todo Espíritu es libre en su
pensamiento para definirse, en cuanto a sus propias
resoluciones. Por esto es necesario que haya equilibrio
suficiente en las parejas ungidas por el compromiso
afectivo, para que no pierdan la oportunidad de
construir la verdadera liberación. Indiscutiblemente, los
debitos que abrazamos son anotados en la contabilidad
de la vida, todavía, antes que la vida los registre por
fuera. Graba en toda la extensión, el monto y las
características de nuestras faltas.
La piedra que lanzamos a nuestro prójimo tal vez no
vuelva hacia nosotros como piedra, empero permanece
en nosotros traducida en el sufrimiento. En cuanto no
se remueva la causa de las angustias, los efectos de
ellas perdurarán siempre, en cuanto no se extinga la
molestia en el origen del mal, de manera definitiva.
En los vínculos terrenos, encontramos las grandes
alegrías; sin embargo, es dentro de ellas que somos
habitualmente enfrentados por las más duras pruebas.
Esto, por que ahora no percibimos de inmediato.
Recibimos casi siempre, en el compañero o en la
compañera de la vida intima, los reflejos de nosotros
mismos.
Es natural que todas las relaciones afectivas en el
mundo se nos figuren como siendo encantados
jardines, enaltecidos de belleza y perfumes, recordando
libros de educación, cuyo prefacio nos eleva, con la
exaltación de los objetivos por alcanzar. La existencia
física, por lo tanto es proceso específico de evolución
en las áreas del tiempo, y así como el alumno no
obtendrá ninguna ventaja de la escuela si no pasa de
los adornos exteriores del plantel en que se matricula,
pues el Espíritu encarnado ningún provecho tomaría
del consorcio, en caso que pretendiese estacionarse en
el éxtasis del noviazgo.
Los principios kármicos se desenvuelven con el tiempo.
Pruebas, tentaciones, crisis salvadoras, o situaciones
expiatorias surgen en la ocasión exacta, en el orden
que se nos recapitulan oportunidades y experiencias
como ocurre con la semilla que, debidamente plantada,
ofrece el fruto a su debido tiempo.
El matrimonio puede ser precedido de dulzura y
esperanza, mas eso no impide que los días
subsiguientes, en su incesante marcha, traigan a los
cónyuges los resultados de las propias creaciones que
dejaron atrás.
El cambio espera a todas las almas en los caminos del
Universo, con el fin de que la renovación nos
perfeccione.
La joven seductora que hoy nos fascina, para la
comunión afectiva, en muchos casos tal vez será
mañana la mujer transformada, capaz de imponernos
dificultades enormes para la consecución de la
felicidad; sin embargo esa misma joven, fue en el
pasado, en existencias ya transcurridas, la victima de
nosotros mismos, cuando le infligimos los golpes de
nuestra propia deslealtad o inconsecuencia,
convirtiéndola en mujer temperamental o infiel que
ahora nos cabe relevar y rectificar. El joven distinguido
que atrae en el presente a la compañera para los lazos
de comunión más profunda, probablemente muchas
veces será el hombre cruel y desorientado, susceptible
de contrariarla a cargar todo un calvario de aflicciones,
Incompatible con los deseos de ventura que le palpitan
en el alma.
Ese mismo joven atractivo, fue en el pretérito—en
existencias que ya ocurrieron—la víctima de ella
misma, cuando desordenada y caprichosa le deterioró
el carácter, metamorfoseándolo en hombre vicioso o
fingido que le compete tolerar y reeducar.
Cada vez que amamos a alguien y nos entregamos a
alguien, en el ajuste sexual, ansiando por no
desligarnos de esa compañía, para después
sorprendernos con defectos y malos hábitos que antes
no observábamos, es porque estamos al frente de un
Espíritu anteriormente dilapidado por nosotros, para
herirnos justamente en la manera que la perjudicamos
en el pasado, no solo viene a cobrarnos el pago de
verdaderas cuentas, mas sobre todo, a implorarnos
comprensión y asistencia, tolerancia y misericordia,
para que se rehaga con las leyes del destino.
La supuesta unión infeliz cesa por lo tanto, como una
cárcel de lagrimas, para ser una correccional bendita,
donde el Espíritu equilibrado y afectuoso, lejos de
abrazar la deserción, acepta siempre en lo posible, el
compañero o la compañera que mereció y que
necesita, con el fin de sanearse con la Ley de Causa y
Efecto, liberándose de las sombras de ayer para
elevarse, en silenciosa victoria sobre si mismo, y hacia
los dominios de la luz.
Emmanuel
El divorcio no pasa de ser un simple aplazamiento, en el
que se dan tregua por algún tiempo, mientras que ese
Espíritu o esos Espíritus irresponsables e inmaduros,
tendrán que compartir experiencias con otras personas
que en algo han tenido que ver, como también nuevas
vinculaciones que para bien o para mal, se encuentran
en su camino evolutivo.
La reencarnación nos ofrece múltiples oportunidades
redentoras, pero quizás una de las más importantes es
la de solucionar los desafectos de orden sexual Ya
hemos venido diciendo, que no importa cuánto tiempo
se necesite, o cuántas reencarnaciones, hasta
trasmutar el odio en el amor sublime.
Gracias a esa maravillosa facultad de recordar
fragmentos de existencias pasadas, hemos podido
comprobar con mi esposa, que por lo menos fueron
necesarias cinco reencarnaciones, para alcanzar un
clima de entendimiento que aunque agridulce, nos
garantice la culminación de nuestros compromisos
kármicos.
Faltaban quince días para nuestro compromiso
matrimonial, cuando tuve un sueño en el que me vi
como un oficial Moro, en una batalla a las afueras de un
poblado Español, mas o menos en el siglo XIV, según el
paisaje, la indumentaria de mi vestuario y mis
pertrechos. Sufriendo una derrota del adversario, venia
en retirada por una cañada abajo y al aproximarme a
un puente muy parecido en su tamaño y diseño
arquitectónico al histórico puente de Boyacá, observe
un grupo de mujeres apostadas arriba, una de estas me
delató ante el enemigo. Viéndome rodeado, desenvainé
mi espada para batirme con ellos, prefiriendo morir en
lucha antes que caer en una mazmorra.
Esta regresión o tal vez verificación del registro akásico
me impresionó tanto, que en medio de mis oraciones
pedí al Creador me permitiera la repetición del sueño,
para fijarme mejor en la dama que me había divulgado.
Como gracia Divina, unos meses después de mi
casamiento, se repitió la regresión en la que tuve la
oportunidad de parar el video, en el momento exacto
del señalamiento, descubriendo que mi delatora era la
joven que había contraído matrimonio conmigo. Días
más tarde, y en sucesivos sueños o regresiones, la
encontré vinculada a mí, como cónyuge, en un país
oriental, Turquía, en el Viejo Oeste, y las ultimas dos
aquí en Colombia. En algunas de estas existencias me
vi como el infractor, y en otras, viéndome abandonado
o despreciado por ella. Venimos pensando que todo
esto no fue injusto, pues tuvo que existir inmadurez e
irresponsabilidad mutua, que nos vinculó por largos
siglos en la rueda de las reencarnaciones.
LOS HIJOS
Los lazos consanguíneos no crean forzosamente los
ligamentos entre los Espíritus.
El cuerpo procede del cuerpo, pero el Espíritu no
procede del Espíritu, por cuanto el Espíritu ya existía
antes de la formación del cuerpo. No son los padres
quienes crean al Espíritu del hijo; pues solamente les
aporta para el involucro corporal, correspondiéndoles
colaborar en el desenvolvimiento intelectual y moral
del hijo, para hacerlo progresar.
Del item 8, cap. XIV, de El Evangelio Según El
Espiritismo.
Entre las parejas, surge con frecuencia el problema del
abandono, por la cual el compañero abandonado es
condenado a la carencia afectiva
Criaturas integradas en la comunión reciproca, o en la
separación de la una o la otra, provocan naturalmente
en numerosas circunstancias, el colapso de las fuerzas
más íntimas en aquella que se vio relegada al escarnio
o al olvido.
Es justo observar que toda criatura perjudicada posee
el derecho de renovar esfuerzos para su propia
recuperación.
Análogo principio prevalece en las conjunciones del
sentimiento, siempre efectuadas con fines
determinados a propósito.
El compañero o la compañera menos apreciada en el
círculo domestico detenta la facultad de rehacer las
condiciones que juzgue necesarias a la propia euforia,
con base en la consciencia tranquila.
No existen obligaciones de cautiverio para nadie en los
fundamentos morales de la Creación. Un ser no dispone
de regalías para abusar impunemente del otro, sin que
la victima se vea espontáneamente libre de cualquier
compromiso para con el agresor. Por eso en materia
afectiva, si la unión sexual trae hijos al escenario
terrestre, es razonable que las Leyes de la Vida
reconozcan la persona afectada para el permiso de
restablecer la armonía vibratoria en su mundo emotivo,
lógicamente dentro de la ética que sustenta la
tranquilidad de la vida íntima, por lo tanto, esas
mismas Leyes de la Vida, ruegan sin imponer, a las
víctimas de la deslealtad o de la prepotencia que no
renuncien al deber de amparar a los hijos,
notoriamente si ese hijo no alcanzase la pubertad que
le trazará comienzos para la comprensión de los
problemas sexuales que afligen a la Humanidad.
Sobreviniendo semejantes crisis, encuentra en el
compañero retirado en desprecio, una revisión
criteriosa del propio comportamiento para verificar
hasta qué punto habrá provocado la agresión moral
sufrida y en adelante se reconozca culpable o no, que
ante todo se rinda, a la disculpa incondicional, ante el
ofensor, fundiendo en el corazón los títulos tiernos que
haya concedido al compañero o a la compañera de la
comunión sexual, en el titulo de hermano o hermana, a
la vez que todos somos Espíritus inmortales,
ínterligados ante Dios, a través de los lazos de
fraternidad real.
Aprenda el compañero moralmente damnificado, que
solo por el olvido de las faltas mutuas es que nosotros
nos dirigimos a la definitiva sublimación y que ninguno
de nosotros, los hijos de la Tierra, está en condiciones
de acusar en los dominios del sentimiento, por cuanto
los virtuosos de hoy pueden haber sido los caídos del
ayer y los caídos de hoy serán tal vez los victoriosos del
mañana a quien tengamos tal vez de rogar apoyo y
bendición, cuando la Justicia Eterna nos venga a abrir la
inmensidad de nuestros débitos, acumulados en
existencias que dejamos atrás, guardados en los
archivos del inconsciente y del tiempo.
Hombres o mujeres en abandono, si tienen hijos
pequeños, que se vuelvan por encima de todo para
esas aves aún tiernas de la alimentación doméstica,
agasajándolas sobre las alas del entendimiento y de la
ternura, por amor a Dios y a sí mismos, hasta que se
habiliten a los primeros contactos conscientes con la
vida terrestre, antes de ser aventuradas a la adopción
de nueva compañía; esto porque pueden usar la
atribución natural que les compete, en lo que se refiere
a posibles renovaciones, sin arriesgarse a agravar el
problema de los hijos necesitados de amparo y sin
complicar la propia situación frente al futuro.
Emmanuel
Cuando uno de los cónyuges, o los dos en mutuo
acuerdo determinan la separación, bien sea por
intolerancia o por la ilusión de compartir su vida sexual
con otra persona que le atrajo por sus dotes de belleza
corporal, por el dinero, o por cualquier otro motivo,
tristemente no se piensa en el daño que se hace a sus
hijos, pues por lo regular ellos son los más afectados,
siendo que el anhelo de estos, es el de estar junto a sus
progenitores y sentir la protección de los dos. Se puede
apreciar que lo más común, es que son las madres las
más opcionadas a encargarse del manejo y hasta la
protección de sus retoños, pues muchas de estas son
poseedoras de gran fuerza de voluntad, responsabilidad
y amor; virtudes ausentes en la mayoría de los padres
que desertan del hogar. Queremos hacer salvedad en
algunos pocos individuos que también luchan
denodadamente por auxiliar a sus hijos cuando su
cónyuge les abandona.
Entre algunos casos conocidos, el que más nos causó
admiración, fue el de un campesino aserrador que se
encontraba confinado en lugar apartado y solitario de
una montaña selvática, dos horas de camino a pie, de
nuestro predio, a su humilde cabaña. Este fue
abandonado por su compañera, pues ella desertó del
hogar, dejándole a cargo cinco hijos; la menor de
escasos cuatro meses de edad, y el mayorcito de
apenas once años aproximadamente. A pesar de su
rudo trabajo en el aserrío y algunas tareas agrícolas,
distribuía su tiempo para los quehaceres domésticos y
sin renunciar a su compromiso, logró criar a sus hijos
hasta verlos adultos. Estos, en la medida que se
formaban iban emigrando hasta quedar él totalmente
solo; pues quienes en adelante le endulzaban la vida,
fueron sus animales domésticos, en especial sus fieles
perros.
ALTERACIÓNES
AFECTIVAS
¿Los Espíritus de los padres ejercen influencia sobre
los hijos después del nacimiento?
Una influencia muy grande, como decimos; los
Espíritus deben concurrir para el progreso de unos a
otros ¡ Pues bien! Los Espíritus de los padres tienen por
misión en sus hijos la educación, y para ellos es una
gran tarea. Si fallaren en su desempeño serán
culpables.
Iitem n° 208 de El Libro de Los Espíritus
Es común que se realteren las condiciones afectivas,
después que el navío de la unión se aparta del cáliz del
sueño para la ampliación de las experiencias.
Se convierte entonces la experiencia en trabajo, y se
desnuda en problemas que la ilusión ocultaba.
En muchos casos la dimensión de la ilusión permanece
intacta; por lo tanto, en la mayoría de las posiciones,
desminuye el calor en que se calentaba el matrimonio
en los primeros días del consorcio.
Por lo tanto urge salvar la embarcación amenazada de
zozobra, bien sea por el choque de las rocas ocultas de
las dificultades morales, o por el naufragio en las
aguas muertas del desencanto.
Compañero o compañera, en los compromisos del
hogar necesitan aprender en la escuela del amor,
reconociendo que por encima de la unión corporal, fácil
de concretarse, es urgente que la pareja se case en
espíritu y día a día, siempre en espíritu:
No se debe inquietar la pareja al frente de las
modificaciones ocurridas, pues a la vez toda afinidad
correcta en las emociones del plano físico, evoluciona
fatalmente para el vínculo ideal, a experimentarse en la
ternura confíada de la amistad sin límites.
Ya extinta la hoguera de la pasión en la retorta de la
organización doméstica, resulta luego el oro vivo del
amor puro, que se valoriza, cada vez más de espíritu a
espíritu, habilitando a la pareja para un mejor destino
en la vida superior. Eso ocurre porque los hijos que
surgen son igualmente piezas del matrimonio,
comprometiendo al hogar a recrearse de manera
incesante, en materia de instituto dirigido al trabajo de
asistencia recíproca.
En principio el cariño en el que comulgan los dos, mas
luego es repartido para mayor número de participes del
núcleo familiar, y ese mismo núcleo de establecimiento
casero, en muchas circunstancias, son los asociados de
la dulce hipnosis del enamoramiento y del noviazgo,
Por lo regular, Espíritus vinculados al matrimonio, en
ocasiones más fuerte al padre o viceversa, en la vida
Mayor se interesaban por la constitución de familia, en
fase a las propias necesidades de perfeccionamiento y
rescate, progreso y auto enmienda. Debido a eso,
cooperaron en acción positiva, para la aproximación de
los futuros padres. Aportando en casa, en los procesos
de gravidez y de la cuna reclamando naturalmente la
cuota de cariño y atención que les es merecida.
En toda comunión profunda del hombre y de la mujer
en la formación del grupo doméstico, seguida de hijos
para compartirles la existencia, hay que contar con la
sublimación espontánea del impulso sexual, cabiendo
al compañero y a la compañera que le colocaran en
función adherir a los propósitos de la vida, que todo
renueva para engrandecer y perfeccionar.
En cuanto frecuentemente seamos recalcitrantes en la
sustentación del amor egoísta, desvariado en
exigencias de toda especie, poco a poco terminamos
entendiendo que apenas el amor que sabiamente se
divide, en bendiciones de paz y de alegría para con los
demás, es capaz de multiplicar la verdadera felicidad.
Emmanuel
Hemos podido comprobar que aquellos hogares
constituidos de gran responsabilidad paternal y
maternal, debido al permanente contacto y
relacionamiento con sus hijos, fructifican en verdadero
cariño, respeto y armonía. Lo contrario ocurre con
aquellos hogares bien abastecidos en que la
suntuosidad es sobresaliente, empero los hijos están al
cuidado de la empleada doméstica, o de las
instituciones educativas, con muy poco tiempo para el
relacionamiento de padres e hijos.
Conquistar el amor de los hijos requiere de análisis
permanente, comprensión y un poco de dedicación a
ellos.
Es tan importante esto, que en el caso de hogares
reorganizados en los que se incorporan a los hijos del
cónyuge o de la cónyuge, o sea los “hijastros” que no
son considerados como los hijos biológicos de uno de
los cónyuges, se les dé el buen trato, que también
reciben los del nuevo matrimonio; de esta manera se
asegurará la armonía y la paz hogareña. Cuando
sucede lo contrario debido a los celos, el egoísmo, la
indiferencia y la parcialidad, solo se cultivan odios y
resentimientos a corto y largo plazo, pues ni los hijos
biológicos, los adoptivos o extramatrimoniales nos
pertenecen, pues son prestamos de Dios nuestro Padre,
haciendo que todo el componente familiar de manera
mutua, se convierta en instrumentos indispensables
para la superación.
Hace dieciocho años, mis hijos eran adolescentes.
Como sabemos, la adolescencia de los hijos por lo
regular trae complicaciones para los padres, al colmo
de causar decepción y desánimo.
Un día me sentí decepcionado; y en ese estado anímico
me entregué al sueño.
En avanzadas horas de la noche, en estado proyectivo,
observé a un individuo desencarnado que ejerce como
médico en la espiritualidad, y cuya tarea es la de
auxiliar en los procesos de desencarnación; Yo estaba
seguro de conocerle.
Traía un maletín en el que transporta el instrumental
necesario para esos menesteres. Cuando lo vi llegar,
comprendí que era para mí, esa atención médica.
Sentí gran preocupación por esta inesperada visita.
Le pregunté –¿Qué viene a hacer aquí?. El sonrió y
respondió:
--Usted anocheció decepcionado y cansado como
padre de familia. Y como usted está viviendo una
prorroga concedida por misericordia Divina, vengo a
facilitarle su desencarnación. Me dio mucho susto, y
exclamé: --¿Y mis hijos? ¿Qué irá a pasar con mis hijos?
Nuevamente sonrió y respondió: ¿Entonces sí entiende
que tiene deberes y tareas que cumplir aún con la
familia?. Y habiendo dicho esto, se retiró. Comprendí
entonces, la importancia de llevar hasta el final el
compromiso familiar, y también comprendí que no
estaba preparado para la desencarnación.
DESAJUSTES
“Sed indulgentes, mis amigos, por cuanto la indulgencia
atrae, calma, surge, al paso que el rigor desanima,
aparta e irrita”,
Del iten 16 cap. X de “ el Evangelio según el
Espiritismo”.
Es común observar que el casamiento provisor
repentinamente decae..
Se desvela en la mala interpretación de los cónyuges
en la rutina de lo cotidiano. Conflictos, molestias,
desniveles, fallas de formación y temperamento.
En ciertos lances de la experiencia, es la mujer que se
consorció acreditando encontrar en el esposo el retrato
psicológico del padre, a quien se vinculó desde el
principio; en otros, es el hombre a exigir de la
compañera la continuidad de la genitora, a quien se
unió desde la vida fetal.
Ocurre, por eso, que el matrimonio es una quiebra de
amarras a través de la cual el navío de la existencia
larga el cáliz del muelle de los lazos afectivos en que,
por mucho tiempo, yacía apoyado. En el viaje, que
inician los dos, el compañero y la compañera se
revelarán, uno al frente del otro, tal como son y como
se encuentran en la realidad, evidenciando, en toda la
extensión, los defectos y las virtudes que, por ventura
cargan. Desajustes e inadaptaciones que acostumbran
alimentar, amenazando la estabilidad de la
embarcación doméstica, arrojada a navegar en las
aguas de la experiencia.
Es razonable que se convoque el auxilio de técnicas
capaces de sanear las lesiones del barco en peligro,
como sean médicos y psicólogos, amigos y consejeros,
cuya contribución se revestirá siempre de inapreciable
valor; entretanto, al desenvolver obstáculos y pruebas,
el conocimiento de la reencarnación ejerce encargo de
importancia por trazar a los interesados, nuevo campo
de observaciones y reflexiones, impeliéndolos a la
tolerancia, sin la cual la re-armonización parecerá más
lejana.
Hombre y mujer, usando la clave de semejante
entendimiento, pasan mecánicamente a reconocer que
es preciso desvincular y renovar sentimientos, empero
en bases de comprensión y serenidad, amor y paz.
Urge percibir que el “no“de la comunicación afectiva no
opera la unión de los dos seres que la constituyen.
Cada pareja, en el ajuste, continúa siendo un mundo
para si. Y no siempre las características del uno se
afinan con el otro. De ahí la conveniencia de la mutua
aceptación, con la obligación de la mejoría del
compromiso. Para eso, no bastarán providencias de
superficie. Hay que internar el raciocinio en
consideraciones mas profundas para que las raíces del
desequilibrio sean arrancadas de la mente.
Aceptación o problema. Es forzoso admitir al
compañero o a la compañera como son o como
aparentan ser en la embarcación doméstica, y hecho
eso, se inicia la obra de la edificación o de la
reedificación recíproca.
Es obvio que conclusiones y actitudes no se imponen
en el campo mental; por lo tanto, no se arrepentirá
quien se disponga a estudiar los principios de la
reencarnación y de la responsabilidad individual en el
propio camino.
Se obtiene de la vida lo que se le da, se recoge el
material del plantío.
Habitualmente, el hombre recibe a la mujer, como la
dejó y en el punto en que la dejó en el pasado próximo;
esto es, en las estancias del tiempo que se fue para el
continuismo de la obra de rescate o de elevación en el
tiempo de ahora, sucediendo lo mismo referentemente
a la mujer respecto al marido.
El compañero desorientado, enfermo o infiel, es aquel
hombre que la compañera, en existencias anteriores,
condujo a la perturbación, a la enfermedad o a la
deslealtad., a través de actitudes que lo segregarán en
deplorables estados compulsivos; y la compañera en
esas condiciones, consubstancia necesidades y pruebas
de la misma especie.
Sea cual fuere el motivo en que el tedio se fundamente,
recurran los compañeros imantados en mutua
asociación en el hogar al apoyo recíproco más profundo
y más intensivo. Con eso, estarán en justa defensa de
la armonía íntima, sin castigar el propio cuerpo. Y se
reeducarán, sin hostilizar a los que, por ventura, les
demuestren afecto, mas acogiéndolos, no en la
condición de cómplices de las aventuras deprimentes, a
que se rindieron otrora, y sí por hermanos queridos,
con quienes podemos fundirnos en espíritu, en el más
alto amor espiritual.
E
mmanuel
TEDIO EN EL HOGAR
Pregunta __¿Una vez que los Espíritus simpáticos son
inducidos a unirse conyugalmente, en algunos casos ,
frecuentemente sólo de una parte hay afecto y sincero
amor, y sin embargo se ve acogido con indiferencia y
hasta con repulsión?
¿Cómo es posible, que la mas viva atracción de dos
seres pueda cambiarse en antipatía y hasta en odio?.
Respuesta__¿No comprendéis, entonces, que eso
constituye una punición, aunque pasajera? Después,
cuántos creen amar apasionadamente, porque apenas
juzgan por las apariencias, y que, obligados a vivir con
las personas a quienes aman, y no tardan en
reconocer que solo experimentaron un encantamiento
material, sensual? No basta a una persona estar
enamorada de otra que le agrade y en quien supone
bellas cualidades. Viviendo realmente con ella, es que
podrá apreciarla. Tanto así que, en muchas uniones
que en el principio parecen destinadas a nunca ser
simpáticas, después de haberse conocido y estudiado
bien, acaban por consagrarse recíprocamente en un
duradero y eterno amor, porque registran mutuamente
la estima y los valores. No se olvidará de que es el
Espíritu quien ama y no el cuerpo, después de disipada
la ilusión material, el Espíritu viene a ver la realidad.
Hay dos especies de afecciones: la de la carne y la del
alma, cuando pura y simpática, la afección del alma es
duradera; efímera la del cuerpo. De ahí bien que,
muchas veces, los que juzgan amarse con eterno amor
pasan a odiarse, hasta que la ilusión se deshaga.”
Item n° 939 del “El Libro de los Espíritus”
Entre muchas parejas de criaturas comprometidas en
los ajustes del corazón, el tedio aflige, recordando
ácido inesperado, asediando la vida en común.
Algunas veces, es el compañero que se arroja en la
indiferencia, otra es la compañera a la frialdad o al
abandono.
Luego que surgen semejantes crisis en las labores
domésticas, es razonable que hagan detenidamente un
autoanálisis, de lado y lado a fin de que el parásito
destructor de la felicidad sea erradicado
completamente.
Cuando el hombre y la mujer se confían uno al otro, por
los vínculos sexuales, ese rendimiento es tan absoluto
que pasan prácticamente, a vivir una simbiosis de
fuerzas, cual si las dos almas habitasen en un solo
cuerpo. En el ligamiento afectivo, ambas recuerdan el
cerebro y el corazón, vibrando en sintonía en una
existencia específica o individual.
Es comprensible que si uno de los dos compañeros, o
ambos, caen en la indiferencia, sin meditar en la
responsabilidad que abrazan uno frente al otro, es la
muerte de la unión que sobreviene inevitablemente,
con los resultados infelices que vendrán
indiscutiblemente en lo sucesivo.
Verificada la presencia del tedio, es necesario
auscultar, cada uno de ellos , en lo íntimo de sí mismo,
para saber si el desequilibrio estará enraizado en los
desórdenes poligámicos, que les marcaron la
individualidad en existencias pretéritas, a fin de
corregirse en salvadora dieta emotiva, la compulsión
que, por ventura, los arrastre aún para la miseria de
placeres inútiles.
La sexualidad en el matrimonio existe, sobre todo, en
función de alimento magnético entre los dos corazones
que se integran mutuamente y de ahí procede la
necesidad de vigilancia para que la armonía no se
pierda, en ese círculo de fuerzas.
En otros lances de la experiencia, observarán el
compañero o a la compañera, conforme el caso, que la
influencia de alguien les alcanza, incitándolos a
vinculaciones sexuales extra conyugales.
Es el pretérito que vuelve, presentando de nuevo,
aquellas mismas criaturas con quien tal vez hayamos
venido platicando en el laberinto de experiencias
francamente infelices. Cargan consigo los mismos
ingredientes de seducción, con que nos alargamos en
el camino de obligaciones asumidas, sugiriéndonos el
retorno a procesos de vida incompatibles con nuestro
deber e intentando dislocarnos la mente de los
cimientos del equilibrio en que el tiempo nos restauró.
Tan solamente en la base de la indulgencia y del
perdón recíprocos, más fácilmente estructurables en el
conocimiento de la reencarnación, con la disposición
que se muestren consecuentes en el equipo de la
familia, conseguirán el compañero y la compañera del
hogar el triunfo esperado, en el combate y
compromisos que abrazan, abriendo para si mismos la
puerta de la paz y la luz de la liberación.
Emmanuel
VINCULACIONES
Aquellos que encarnan en una familia, y como haciendo
parte de la parentela, son por lo regular Espíritus
simpáticos ligados en anteriores relaciones, que se
expresan por una afección, reciproca en la vida terrena.
Del item 8, Cap. XIV, de El Evangelio según EL
Espiritismo.
Estudios e investigaciones se multiplican en los
dominios de la psicología, cuando las complejidades
del mundo infantil y el examen de las vinculaciones se
destacan a la vista.
Cada niño es un campo de tendencias innatas, con
tamaña riqueza de material para la observación del
analista, que en vano, penetrará la conducta de la
individualidad, sin apoyo en el conocimiento de la
reencarnación; Sin este aprendizaje no encontrará
explicación para la solución de los enigmas.
Basándonos en el trabajo biológico de construcción del
ser, en numerosos milenios, es indudable que
sorprenderemos en la persona todo el equipo de los
impulsos sexuales prontos a manifestarse, cuando la
pubertad le asegure más amplio control del carro físico.
El juego afectivo, por vía de regla se desenvuelve más
intensivamente entre el hijo o hija y los padres,
reconociéndose para luego, si los lazos de existencias
pasadas están más fuertemente entretejidos con el
genitor o la genitora.
Debiéndose al impulso sexual, casi todos los
fundamentos de la evolución sobre los cuales se nos
levanta la formación del Espíritu, es comprensible que
el sexo aparezca en los cuestionamientos de los
pequeñitos en su desenvolvimiento natural, y, en ese
territorio de creaciones de la mente infantil, nos será
fácil definir la dirección de los regateos del infante, si
para los ascendentes paternos o maternos, por cuanto
ahí precisamente revelará las tendencias traídas de
otras estancias que el pasado archivó. Con frecuencia
empero, no siempre, las hijas propenden más
acentuadamente para la afección del padre, y en
cuanto los varones se pronuncian con mayor afecto
para con las madres. (Complejo de Edipo.)
¿No en tanto subsistirá cualquier extrañeza en eso,
cuando no ignoramos que toda la estructura
psicológica, en que se nos yerguen los destinos, fue
manipulada con los ingredientes del sexo, a través de
millares de reencarnaciones? ¿Y aceptando los
principios de causa y efecto que nos imprimen las
experiencias, desconoceremos, acaso, que los instintos
sexuales nos orientaron el trasegar, por milenios y
milenios, en el reino animal, proceso palingenésico
edificando la razón que hoy nos ilumina la inteligencia?
Apreciando eso recordemos los compromisos con las
relaciones poligámicas de que somos egresos, cuanto a
los tiempos transcurridos, y entenderemos, con
absoluta naturalidad, los complejos de la personalidad
infantil.
Así sucede porque, heredamos espiritualmente de
nosotros mismos, por las raíces del renacimiento físico,
reencontrando matemáticamente, en la posición de
hijos e hijas aquellos mismos compañeros de
experiencias sentimentales con los cuales tengamos
cuentas por saldar. Atentos a semejante realidad,
lógicamente somos impulsados a concluir que los
vínculos del niño, en cualquier ángulo de progreso y en
cualquier clima afectivo, solicitan providencias, que
sintetizaremos en una sola palabra: ¡ Educación!
Emmanuel
Ya decíamos anteriormente que los hijos, inclusive los
hijastros como también los adoptivos, por lo regular
tienen que ver con alguno de los padres o con los dos
cónyuges; sin embargo toda regla tiene su excepción.
Pero en algunos casos nos pueden resultar hijos no
programados, pues ellos vienen mediante la
reencarnación compulsoria, convirtiéndose estos, por lo
regular, en hijos problemas.
Aquellas parejas que practican relaciones sexuales en
moteles, residencias, o cualquier lugar caracterizado
como prostíbulo, donde los Espíritus boyeros y
vampiros se encuentran a granel, son lugares y
oportunidades propicias para reencarnaciones no
deseadas. Por lo regular estos son los hijos problema,
criaturas indóciles, frívolas, rebeldes, insensibles,
ingratos e incomprensibles.
Venimos diciendo en algunos de los textos de nuestra
autoría, que este tipo de entidades preparadas y
asesoradas por los Espíritus de las tinieblas, para
causar el caos moral de la humanidad como ya lo
venimos viendo, son las que ocupan las primeras
páginas en revistas y periódicos, e importantes
espacios televisivos y del mundo de la farándula. Son
los prototipos de belleza satánica, la que despierta el
apetito lujurioso en los seres humanos, Modelos con
belleza bien diferente a la mujer virtuosa; aquellas que
Miguel Angel Y Bernini tomaron como modelos para
esculpir a las Vírgenes de la cristiandad.
DESVINCULACIONES
Pregunta_¿En la opinión de ciertas personas, la
doctrina de la reencarnación parece destruir los lazos
de familia haciéndolos remontar a las existencias
anteriores?
Respuesta – Ella los extiende, empero no los destruye.
El parentesco, estando basado sobre los afectos
anteriores, hace menos precarios los lazos que unen a
los miembros de una familia. .Esa doctrina aumenta los
deberes de la fraternidad, debido a que, entre los
vecinos o entre los servidores, se puede encontrar un
Espíritu que estuvo ligado a vosotros por los lazos
consanguíneos.
Iten 205, de “El Libro de los Espíritus.
La desvinculación entre los que se aman con la
necesidad de subsanar los engaños y errores del amor,
asumen habitualmente el aspecto de dolorosa cirugía
síquica.
Por esta razón, la Divina Sabiduría concede a las Almas
tiempo y condiciones renovadas en la preparación
gradual de los acontecimientos.
Esas desvinculaciones por vía de regla, se verifican con
mucha constancia en la posición de padres e hijos,
incluyéndose en ella los padres e hijos adoptivos, a la
vez que, en el enternecimiento del hogar, todos los
juegos de la ternura son colocados en la mesa de lo
cotidiano, revestidos de encantamiento constructivo.
En el fondo de la personalidad paterna o materna
descansan los remanentes de grandes afectos, a veces
desequilibrados y menos felices, traídos de otras
estancias, y en los dominios de la reencarnación.
La libido o instinto sexual en la manera de energía
síquica, tendiente a la conservación de la vida,
permanece en muchos casos, en la caricia de los
padres, vestida de suave manto de cariño y belleza,
empero el amor es aún en lo profundo del Espíritu, cual
fuego de vida que se nutre del mismo leño, A la vez en
los entes queridos que retornan a la estación de la
esperanza doméstica, ese mismo afecto repunta
insospechable y genuino, en cuanto metamorfoseado,
en los juegos de la infancia.
Por eso los pequeños recién venidos de la amnesia
natural que la reencarnación les impone, no consiguen
esconder las propias disposiciones en el campo de las
preferencias. Y surgen en ellos, casi siempre las
inclinaciones descontroladas, en los caprichos en que
se muestran, exigiendo especial atención de padres o
madres, para demostrar, de manera clara, para qué
rumbo se dirigen los lazos más fuertes. Generalmente,
con muchas excepciones, las hijas se aficionan a los
padres y los hijos hacia las madres (complejo de
Edipo) .quedando patentada la naturaleza de las
ligazones sucedidas en existencias pasadas y
prenunciando la obra de la desvinculación que se
ejecutará inevitablemente, en el futuro próximo.
Es obvio que no todos los hijos aparecen en el hogar
categorizados en la cuenta de la desvinculación
afectiva, por cuanto millones de Espíritus humanos
toman la estructura física con el desempeño de
misiones simples o complejas, valiéndose de la
colaboración de los padres, en la calidad de amigos que
de manera mutua se ayudan, en las fajas de la
confianza y de la afinidad recíproca.
Por lo tanto nos referimos, al hogar como pozo de
desligamiento, porque en la tierra, las relaciones entre
padres e hijos y consecuentemente, las relaciones de
orden familiar constituyen clima ideal para la liberación
de cuantos desmanes de orden sexual, ese reencuentro
que persiste en condiciones mas íntimas y mas
profundas hasta que los compañeros del pretérito,
reencarnados en la posición de hijos, alcanzan la
juventud en esa nueva existencia, eligiendo nuevos
compañeros para su vida afectiva, ante la presencia o
la supervisión de los padres o familiares no siempre
satisfechos o tranquilos con la exigencias a que son
obligados a asistir o aprobar por las fuerzas de las
circunstancias.
Padres que sufren en la entrega de las jóvenes que el hogar
les confió, a los compañeros que las requieren o solicitan
para el ministerio del matrimonio, casi siempre están
renunciando a la compañía de antiguas afecciones que ellos
mismos, en el pasado, mal condujeron, al paso que las
madres experimentan análogo experiencia de dilaceración
síquica, separándose de hijos que le recuerdan,
inconcientemente los vínculos envolventes menos felices de
tiempos que ya se fueran
Es a través de las luchas y despedidas en familia con la
creación de núcleos diferentes en la parentela por la
transferencia habitual de los hijos sea las nueras y yernos o
las tareas con diversas experiencias a las de ellos, los
padres, siempre que respeten las necesidades y
resoluciones de sus hijos, alcanzan la victoria sobre si
mismos en el rumbo de la propia emancipación en la
inmortalidad.
Emmanuel
Lo más generalizado es ver o sentir cómo aquel grupo
constituido por los hijos, en la medida que crecen y se
habilitan para llevar vida independiente, el hogar queda
vacío, y los padres en adelante saborean una mixtura de
sentimientos de satisfacciones y pesares, sentimientos que
más luego se modifican con el cariño que en algunos casos
les prodigan los nietos, que muy probable fueron sus hijos
de otras vidas o por lo menos hicieron parte del árbol
genealógico en el pretérito. Y de acuerdo en la manera que
se haya construido el amor con los hijos, vendrán los
estímulos, compensaciones, o contrariamente desencantos
por las ingratitudes.
ADVERSIDAD FAMILIAR.
Los que reencarnan en una familla, sobre todo como
parientes próximos, en la mayoría de las ocasiones son
Espíritus simpáticos, ligados por anteriores relaciones, que
se expresan por una afección reciproca en la vida terrena.
Empero también puede suceder que esos Espíritus sean
extraños entre si. Esos Espíritus apartados entre si por
antipatías igualmente anteriores, que se traducen en la
Tierra por mutuo antagonismo, que sirve de prueba. No son
los de la consaguinidad los verdaderos lazos de familia, pero
si los de la simpatía y de la comunión de ideas, los cuales
prenden a los Espíritus, antes, durante y después de su
encarnación.
Del ítem 8, del Cap. XIV, del Evangelio Según El Espiritismo.
Somos enfrentados en todos los ángulos de la familia
humana, por los sucesos de la aversión innata.
Padres e hijos, hermanos como otros familiares y parientes
posiblemente se repelen, desde los primeros contactos.
Ciertamente verificables son los fenómenos de la hostilidad,
entre adultos y niños, traídos por el imperativo de la cuna y
de la intimidad del día a día.
Existen padres expresando antipatía por algunos o todos los
hijos desde el momento en que estos les surgen. Y existen
hijos que se manifiestan enemigos de los padres tan pronto
como se sientan dueños de su personalidad, en los albores
de la reencarnación.
Arraigado en el laberinto de existencias menos felices,
ciertamente el problema de las reacciones negativas, culpas
remordimientos, inhibiciones, venganzas y tantos otros
inconvenientes están presentes en el cuadro familiar, en
que el odio acumulado está presente, que en estancias del
pasado se exterioriza, por medio de manifestaciones
catalogables en la patología de la mente. En esa base del
raciocinio, determinada criatura habrá sufrido esa o aquella
humillación de parte de los padres o tutores en que se
desenvolvió ahogado propósito de esfuerzo, con lo que se
intoxicó a sí mismo en el curso del tiempo, y ciertos padres
habrán sentido inesperada animosidad por ese o aquel hijo
recién nacido, alimentando presagios negativos, ahora
sofocando tal sentimientos, con benéficas actitudes de
convencimiento. Con frecuencia los noticieros registran
infanticidios en los que Padres o Madre aniquilan los cuerpos
de aquellos mismos Espíritus a los cuales favorecieron con
la reencarnación en la tierra .Indudablemente, el
tratamiento psicológico, buscando la cura mental y la
sublimación de la personalidad, es el camino ideal para
estos pacientes, Urge entender, por eso, que médicos y
analistas humanitarios conseguirán efectuar prodigios de
comprensión y de amor, librando a enfermos de esa
naturaleza; por lo tanto, el estudio de la reencarnación es
igualmente llamado a funcionar en las tareas de la obra de
salvación.
Sexo en-dos-mundos
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Sexo en-dos-mundos

  • 1.
  • 2. SEXO EN DOS MUNDOS Libardo Trujillo Medina CASA ESPÍRITA IVONNE A PEREIRA Neiva Huila Colombia libartm@hotmail.com Celular: 3123665500 Cra 9- 1-G- 61
  • 3. PRESENTACION Con mucho entusiasmo presentamos este libro con temas bastante controvertidos y extraños para aquellos que aún no comprenden la realidad de esas esferas que en el lenguaje esotérico llamamos mundos paralelos, y que en otros términos le llamamos la otra dimensión, el Más Allá, Mundo Espiritual, y para los más ortodoxos, cielo, purgatorio e infierno. Así mismo aplicando un lenguaje de muchos sinónimos para el Espíritu como son: ánima, alma, ente, ego, fantasma y otras tantas denominaciones, que de todos modos hacen referencia al Ser Espiritual. En esta nueva era, la ciencia ya viene midiendo y sopesando los fenómenos suprafísicos, y en los noticieros no es raro mostrar “fantasmas” registrados en pantallas y cámaras fotográficas, como otros fenómenos de efecto físico, que vienen siendo sustentados por la doctrina Espírita y que no es otra cosa que la transcomunicación de que habla el Espiritismo como ciencia, que nos viene esclareciendo día tras día, sobre el accionar de los seres de la otra dimensión, que para los más entendidos es una gran realidad Espiritual. El autor manifiesta haber mantenido indecisión por este proyecto. Una de sus preocupaciones era la del lenguaje que tendría que utilizar para explicar aquellos fenómenos que son extraordinarios dentro de la Literatura Espirita. Finalmente, tomó la resolución y escribió. Su deber está fincado, en no guardar la luz debajo del celemín. Para aquellos que tienen problemas en el cortex y subcortex cerebral y por esto no “sueñan” o no
  • 4. recuerdan sus vivencias en la Espiritualidad mientras sus cuerpos duermen, u otros que no le saben dar interpretación lógica a sus sueños, les recomendamos que presten atención a las informaciones y enseñanzas de aquellos que disfrutan de la facultad psíquica proyectiva que les permite recordar su accionar en las esferas del mundo etérico, y que son plenamente conscientes de vivir en dos mundos. Olga Pérez R.
  • 5. PREFACIO Sexo en dos mundos es un texto que ofrece información a personas con avanzados conocimientos espirituales y esotéricos, cuyas concepciones van más allá del enfoque humano y teológico, pues su cultura psíquica y espirituaL, les permite estudiar el Alma sin misticismo o sagradas reverencias, sin considerar al desencarnado como un fantasma intocable y misterioso, como algunos dicen “hay que tener respeto por las Ánimas benditas del purgatorio y por lo tanto dejémoslas quietas.” Así opinan aquellos despistados que tristemente carecen de la más mínima ilustración respecto a las realidades del Espíritu. Ya para los espiritas y estudiosos de otras filosofías reencarnacionistas, son de pleno conocimiento las estructuras que conforman al Espíritu como ser integral, teniendo en cuenta que cada una de estas áreas espirituales vibra en campos o dimensiones distintas, pero siempre dentro de la realidad cósmica, haciendo que todos sus actos en los diferentes planos de la otra vida sean auténticos y efectivos. Le pedimos disculpas a nuestros lectores más fundamentalistas, por nuestro lenguaje escueto y sin rodeos, pues el tema para su mayor comprensión exige lo que algunos consideran como indiscreción, pero que para nosotros los organizadores y contribuyentes de este libro, lo manejamos parafraseando sin formalismos, con madurez y sin malicia. Incluiremos artículos, capítulos, apuntes de variados autores espiritas, pues formar compendios ha sido característica de nuestro estilo literario. Toda la literatura que se encuentre en este texto en letra cursiva, pertenece a los autores ajenos a nuestra autoría, luego se suman en letra tipo arial nuestros aportes con experiencias vivenciadas en esta y la otra dimensión, pues la facultad proyectiva y de
  • 6. clarividencia nos ha permitido tomar atenta nota de estos fenómenos sobre sexo tan comunes en la tierra, como en ciertos planos de la Espiritualidad. Días atrás sentíamos desánimo por escribir este libro, al revisar nuestro pasado culposo, perdularios que hemos sido, mas no impenitentes; empero la realidad, es que la edad física y espiritual, las experiencias en el campo sexual y nuestros desengaños, nos motivan para el emprendimiento de este proyecto. Nuestra gran preocupación es, que lo que mucha gente espirita o no espirita, considera como sueños, ilusión, o simplemente erecciones a causa de sobre alimentación o cualquier reacción fisiológica durante el sueño, quizá no tenga mayor importancia, cuando en esta otra realidad, la Espiritual, también cometemos errores que nos comprometen kármicamente. Y habiendo hecho referencia a lo que atañe al problema sexual en la otra dimensión y con Espíritus del más allá, pues también dedicamos gran parte del libro al aprendizaje del Espíritu en la vida humana en el plano de la tierra. Permita Dios que los temas juiciosamente aquí expuestos, nos traigan las mejores reflexiones y propósitos de enmienda para nuestra regeneración y redención. libartm Unas palabras Un nuevo mérito que reconocer con la publicación de unos temas, parte compilación de obras espíritas brasileras y parte autoría de experiencias claramente expuestas por el autor neivano.
  • 7. En hora buena nos llega el conocimiento de un tópico muy importante en el curso de nuestras vidas, como es el relacionado con el sexo. En esta época de incertidumbre por cambios y problemas, fallaba una luz sobre algo que motiva de forma muy importante el destino humano: la sexualidad. Es de gran utilidad el esclarecimiento para diversas ramas de la Ciencia: Medicina, Psicología, Antropología, que con ayuda de la Doctrina Espírita que explica la reencarnación, ley de causa y efecto y la Moral del Evangelio, dan las claves para resolver distintos problemas que afligen a la humanidad. En mi caso mucho aprendí estudiando el boceto de estos capítulos tan importantes, que con gusto y alegría invito a su lectura a personas curiosas, afectas o no simpatizantes del ideal Espírita, con la certeza que obtendrán estímulos valiosos para el diario vivir. Cave reconocer agradecidamente la generosidad del Mundo Espiritual que incentivó estas elucidaciones y el aporte que en una u otra forma hicieron con humildad y abnegación cofrades del movimiento Espirita. Sinceras congratulaciones. Emper.
  • 8. SÚPLICA DEL CUERPO HUMANO AMIGO: Ayúdame a ayudarte. Soy el indomable burrito que te conduce. Es cierto que no viviría sin ti, sin embargo, es conveniente que recuerdes que no crecerías sin mí. Reconozco ser construido de impulsos para vitalizarte los recuerdos adormecidos en la mente. Disciplíname. Tengo hambre y siento frío, experimento cansancio y me tortura la sed. Enséñame el equilibrio, corrigiéndome la insatisfacción. Necesito de aseo para vivir. No me relegues al abandono. Mi sumisión o rebeldía dependen de tu conducción. No te podré servir contento si no me enseñas la docilidad mediante el ejercicio de la frugalidad. Recuérdame siempre que debo vigilarme para vivir, y no vivir para cuidarme Nacido en la humedad, me inclino siempre, por capricho de origen, hacia las bajadas resbaladizas. Muéstrame el cielo, preséntame el sol, señálame la naturaleza gloriosa, vestida de luz Organizado por efecto de noble instinto, favorezco más fácilmente tu demora en las sensaciones. Respétame la organización y yo te ayudaré en el ascenso refinado de mi estructura. No perviertas mi finalidad. Nací para servirte; no deseo ser tu bribón. No me relegues al vicio. Edúcame en la fuerza de voluntad, y atenderé inmediatamente a tu comando. Si tú me amaras sin pasión y me equilibraras sin crueldad, te seré esclavo fiel y reconocido. Y, cuando ya no te pueda ayudar, sabré callar mi voz, retornando al suelo de donde surgí, dejándote libre
  • 9. como golondrina de luz en la perenne primavera del paraíso. Amigo, ennobléceme para que yo te pueda salvar. Soy tu cuerpo, obediente y sumiso, necesitado de protección. Enmendario Espírita Divaldo Pereira Franco. EN EL EXAMEN DE LOS VIVOS MUERTOS Y en el movimiento de la vida y de las criaturas en la tierra, muchos hombres caminan muertos, ahora sumergidos en la vida. El sensual es un vivo --- amortajado en la carne. El mentiroso es un vivo – muriendo en la fantasía. El orgulloso es un vivo--- sepultado en la ilusión. El hipócrita es un vivo --- enjaulado en la impostura. El egoísta es un vivo--- encarcelado en la concha de mármol de la soledad. El incrédulo es un vivo --- alucinado por el escepticismo. El avaro es un vivo--- enclaustrado en el cofre asfixiante de valores muertos. El perdulario es un vivo --- evadiéndose en los excesos embriagantes de la insensatez. El ingrato es un vivo --- clausurado en la escena mortífera del individualismo. El creyente, cuya mente está llena de luz y las manos vacías de hazañas, es un vivo--- parasitando en el vehículo de la fe muerta. **** Es necesario tener cuidado con la vida que llevamos, porque la vida llevará a todos para el encuentro con la conciencia.
  • 10. Vivos - muertos y muertos --- vivos se mezclan en el tránsito de la carne para el inevitable encuentro consigo mismos. Es Indispensable que la autocrítica funcione como advertencia en aquellos que desean alzar la mente a las Esferas Más Altas de la vida, para que puedan identificar cómo vivir, lo que hacen en la vida y en qué posición en ella se encuentran. Recordemos, así, la asertiva del Señor: “dejad a los muertos el cuidado de enterrar a sus muertos”. Muerte y vida son solamente estaciones vibratorias para quien está en la muerte exaltando la vida y de quien está en la vida demorándose en la muerte. Enmendario Espírita Divaldo Pereira Franco. En torno del sexo “Pregunta --- ¿El Espíritu que animó el cuerpo de un hombre puede animar el de una mujer, en una nueva existencia, y viceversa? “Respuesta --- si, pues son los mismos Espíritus los que animan a los hombres y a las mujeres.” Item n. 201, de “El Libro de los Espíritus.” Ante los problemas del sexo, es forzoso recordar que toda criatura trae sus temas particulares con referencia al asunto. Atendiendo a la suma de las cualidades adquiridas, en el enfilamiento de las propias reencarnaciones, el
  • 11. Espíritu se manifiesta en el plano físico, por las tendencias que registra, en los recesos del ser, vivificándose en la condición de hombre o mujer, conforme las tareas que le incumbe realizar. Más allá de eso, la individualidad muchas veces independientemente de las señales morfológicas, encierra en si extensa problemática, tratándose de vinculaciones e inclinaciones de múltiples caracteres. Cada persona se distingue por determinadas peculiaridades en el mundo emotivo. El sexo se define de esa manera, por tributo no solamente respetable, empero profundamente santo por Naturaleza, sin embargo exigiendo educación y control. A través de el dimanan fuerzas creativas, a las cuales debemos en la tierra el instituto de la reencarnación, el templo del hogar, las bendiciones de la familia, las alegrías vitalizantes del afecto y el tesoro inapreciable de los estímulos espirituales. Es irrazonable substraer las manifestaciones sexuales a los seres humanos a pretexto de elevación compulsiva, debido a que las sugestiones del erotismo se entrañan en las estructuras del alma, al mismo tiempo que sería absurdo dislocarlo de su posición venerable, con el fin de empujarlo al campo de la aventura menos digna, con la disculpa de garantizarle la liberación. Sexo es espíritu y vida, al servicio de la felicidad y de la armonía del universo. Consiguientemente reclama responsabilidad y discernimiento, donde y cuando se expresen, por eso mismo, nuestros hermanos y nuestras hermanas precisan y deben saber lo que hacen con las energías genésicas, observando con qué y para qué se valen de semejantes recursos, entendiéndose que todos los compromisos en la vida sexual están igualmente subordinados a la Ley de Causa y Efecto; y según, ese exacto principio, de todo lo que diéramos a otro, en el mundo afectivo, otro también nos lo dará.
  • 12. Emman uel Es muy triste escuchar concepciones erradas respecto al sexo de parte de una gran mayoría de seres humanos totalmente confundidos por esos falsos profetas llamados “sexólogos modernos” y todos aquellos que tocan el tema de manera irresponsable, so pretexto de modernidad, liberación, o cambios en la civilización. No dudamos de estar viviendo en medio de una gran mayoría de criaturas inmaduras, retardadas, hasta viciadas y perversas. Los medios de comunicación hablados y escritos también han sido muy eficaces para desorientar, estimular y prostituir a la equivocada humanidad carente de Evangelio y valores Espirituales. Hoy día hay carencia de autoestima, auto respeto y lo que en otros tiempos se consideraba como virtudes y dignidad. Ahora, esto solamente hace parte de la personalidad moralista de un reducido grupo de seres “desencajados del tiempo” según los que se consideran cultos, intelectuales, modernos y actualizados. Por vanidad, ignorancia y rebeldía es que se desconocen los valores que nos ofrece El Evangelio, de la mano con el intelecto y la libertad, para alcanzar los valores del Espíritu. LA FAMILIA Hay pues, dos clases de familias: La familia por los lazos espirituales y la familia por los lazos corporales. Durable la primera; se fortalece por la purificación y se perpetúa en el mundo de los Espíritus, a través de las diversas emigraciones del alma. Efímera la segunda, de frágiles lazos como la materia, se extinguen con el
  • 13. tiempo y muchas veces, se disuelven moralmente, y hasta desaparecen en la actual existencia. Del item 8, n° cap. XIV, del Evangelio según el Espiritismo. De todas las asociaciones de la tierra—exceptuando naturalmente la Humanidad- tal vez ninguna sea tan importante en su función educativa y regeneradora: como es la constitución de la familia. De semejante agremiación, en la cual dos seres se conjugan, atendiendo a los vínculos de afecto, surge el hogar garantizando los derroteros de la civilización. A través del matrimonio, una vez establecido, funciona el principio de la reencarnación, conforme a las Leyes Divinas, posibilitando el trabajo ejecutivo de los más elevados programas de acción del Mundo Espiritual. Por intermedio de la paternidad y de la maternidad, tanto el hombre como la mujer adquieren más amplios créditos para la vida superior. De ahí, las fuentes de alegrías que les surgen del ser con las tareas de la procreación. Los hijos son ligamentos de amor conscientizados que les granjean protección más extensa del Mundo Mayor, a la vez que todos nosotros integramos grupos afines Por eso en la arena terrestre, es justo que la familia ya determinada, sea asistida por otras que le respiran la misma faja de intereses afectivos. De manera idéntica, es natural que las inteligencias domiciliadas en las Esferas Superiores se consagren a guiar y resguardar a aquellos compañeros de existencias, de regreso a la reencarnación con fines de progreso y perfeccionamiento. En la tierra la parentela se torna filtro de la familia espiritual con sede en el más allá de la vida física, manteniendo los lazos preexistentes entre aquellos que le son afines.
  • 14. Las familias vinculadas en las pasadas existencias con todos aquellos que las componen en el presente, son formadas, así, de diversos agentes, por cuanto en ellas se reencuentran, comúnmente afectos y desafectos, amigos y enemigos, para los ajustes y reajustes indispensables, ante las leyes del destino. A pesar de eso, nos interesa reconocer que el clan familiar se involucra inconscientemente para más amplios conceptos de vivencias colectivas, sobre los dictámenes del perfeccionamiento general, en cuanto se erijan siempre en la escuela valiosa del alma. De esa manera, en el instituto domestico tenemos una organización de origen Divino, en cuyo seno encontramos los instrumentos necesarios para nuestro propio embellecimiento para la edificación de un Mundo Mejor . Emmanuel En verdad, muchos de los Espíritus que conforman el círculo familiar, son almas que en pasadas existencias, por motivos positivos o negativos se postularon para la convivencia terrenal, haciendo que la consanguinidad y la parentela aproxime y ligue en amor a los antiguos desafectos. Empero, toda regla tiene su excepción; pues también se pueden vincular a la familias, Espíritus que nada han tenido que ver, solamente que el sexo practicado con liviandad e irresponsabilidad, los vincula mediante reencarnaciones compulsorias. Tema del cual más adelante hablaremos de manera más amplia. Haremos una narrativa, en este caso, concerniente a mi propia familia, que quizás sirva como lección para todos aquellos que aún no tienen capacidad de análisis sobre la familia y sus problemas. Por lo regular las familias, hasta la generación a la que yo pertenezco, eran muy numerosas; en nuestro caso, fuimos diez hijos del matrimonio, cinco varones, cinco mujeres. Otros dos, extramatrimoniales por parte de mi
  • 15. padre, además de cinco nietos que se acabaron de criar en el hogar a causa de su orfandad. Gracias a la bendita facultad de mi buena memoria, hoy aún puedo recordar asuntos de mi vida desde muy corta edad, tal vez cuando tenía escasos dos años hasta estos momentos. A los tres años de edad fui llevado al Pueblo de Villavieja, portal del desierto de la Tatacoa. Allí se encontraba la casa de mis abuelos paternos, donde por parte de mi querido abuelo fui bien acogido, pues en adelante nos identificamos muy afines y fui rodeado de muchos mimos por parte de él, y atención esmerada por parte de mi abuela, que aunque muy puntual con mi alimentación y vestuario, no le conocí jamás una caricia, Con ellos permanecí escasos tres años, pues debido al deceso de mi bienamado abuelito, fui entregado de nuevo a mis padres. Aquí, empezó mi vía- crucis. Pues me sentí desadaptado en mi propio hogar y empezaba a comprender que el trato que se me daba era parcial frente a mis otros hermanos, y mi abuela materna sentía apatía por mí. Al llegar a la adolescencia, empecé a manifestarme rebelde, y debido a mi amargura y mis contratiempos, empezaron a surgirme pensamientos suicidas, siempre idealizándolos como una venganza al trato que yo consideraba injusto. A muy temprana edad me incorporé a la vida militar como una manera de eludir el ambiente hostil de mi familia. Dos años más tarde regresé al seno del hogar. Sin embargo, el panorama seguía enrarecido, sumándose un desencanto amoroso, lo que me hizo tomar la determinación de apelar al nefasto suicidio. Una noche muy disgustado y bajo los efectos del alcohol, les hice saber a mi madre y mis hermanos que me iba a suicidar, me encerré en mi alcoba, y me tomé un raticida. Minutos después, entré en fervorosa oración dirigida a Maria Santísima, a ese magnánimo Angel del cual me sentía devoto; todavía recuerdo cómo fueron mis apelaciones. Fue así:
  • 16. --¡Madre Santísima!... Comprendo que acabo de cometer un error. --Y comprendo que merezco una terrible sanción por mi rebeldía, mi cobardía y mi falta de fe. --Reconozco mi pecado y con humildad, me resigno a mis sufrimientos. --Y, si por algún caso, no he de morir, esta vez, prometo no volver a hacerlo, así me encuentre en mayores sufrimientos – Hecha esta oración mental, sobrevino el vomito y pude comprender que la Providencia Divina y misericordiosa con estos amparadores del bien, habían intervenido a mi favor. Sentí vergüenza conmigo mismo y con mi familia; por lo tanto determiné irme muy lejos para enfrentar la vida acompañada de acervos sufrimientos. Conseguí un trabajo en el que tuve la oportunidad de servir en cuestiones de salubridad a pesar de lo inhóspito de la región, pues fue en la campaña anti- malarica, en los sectores del Casanare, Meta, Vichada y Vaupés. Cinco años más tarde regresé a casa. Pensé que la mejor manera de encontrar el ambiente que me hiciera la vida más amable, seria constituir un hogar para tener a quien querer y amar, y también sentirme querido y amado. Pasaron muchos años y el desafecto permanecía de lado y lado. Fue cuando tomé la determinación de consorciarme para buscar formar un núcleo afectivo. Mi padre falleció hace ocho años y mi madre empezó a saborear la viudez que vino acompañada de la despreocupación de hijos y nietos, que muy poco le visitaban quedando a la deriva, y a merced, del hijo menor, que por su conducta viciosa y perversa se dedicaba a chantajearla y hasta extorsionarla en las
  • 17. escasos recursos que algunas de mis hermanas le prodigaban. Hacia un tiempo venía reflexionando sobre el deber de hijo para con aquella madre valiente, generosa, capaz de luchar por la crianza de tantas hijos y nietos que en la mayoría no supieron corresponder, y que en mi caso, a pesar de la indiferencia que ella hubiera mantenido sobre mi, yo tenía muchas deudas de gratitud hacia ella, por la gestación y toda la manutención para un Espíritu que reencarnó solamente ligado a mi padre, por razones kármicas como más adelante lo expondré; tampoco mis hermanos tenían nexos conmigo en vidas pretéritas y solamente con algunas de mis hermanas hubo algo de afinidad. Un día determiné visitar a mi madre, la que encontré en deplorable situación anímica y corporal, cuestión que me conmovió demasiado, y fue por esto que resolví invitarla a habitar en nuestra casa para encargarnos en definitiva de sus necesidades y cuidados, que por su estado de salud y edad ella requería. Yo tenía dudas de que me aceptara la invitación, sin embargo las cosas no fueron así. Ella me manifestó que venía abrigando la esperanza de que alguno de sus hijos le brindara hogar, mas sus anhelos estaban frustrados ya que todos y todas argumentaban no tener tiempo o espacio para ella, y ya estaban programando llevarla a un asilo o casa de ancianos. En cuanto a mí, consideraba remota la posibilidad. Fue para mi, verdadera sorpresa escucharle la aceptación. Me sentí jubiloso, pues le dediqué el cariño que ella tanto necesitaba. Durante los tres largos años que nos acompañó tuvimos la oportunidad de hablar acerca de Espiritismo, que por fortuna le agradaba y eso me facilitó prepararle para el paso hacia el mas allá que se dio después de ese tiempo de convivencia. En tres años logramos construir el amor que no fue posible en sesenta y un años de mi existencia.
  • 18. Hoy día considero que somos Espíritus amigos, bendecidos por la maravillosa doctrina Espirita que nos enseña a amar y perdonar, Quince días después de la desencarnación de mi progenitora, se celebraba el día de las Madres. Esa noche, le dirigí fervorosa oración. Después caí en pesado sueño, para más luego verme proyectado en el cementerio sacándola de la fosa, y cuando ella se erigió de la tumba, vino hacia mi, me abrazó diciéndome, ---vamos para la casa--. Fue en esos instantes que vi venir hacia nosotros a mi padre, ansioso de encontrarla. Lamentablemente al despertar no logré recordar más nada, pero mis conclusiones fueron, que esa noche habíamos contribuido con el desprendimiento de su cadáver, que permaneció adherido por esos quince días, Siete meses más tarde tuvimos la dicha de comunicarnos mediante el recurso de la mediumnidad psicofónica en la que nos agradecía esa fructífera estadía en nuestro hogar. Noviazgo ¿Mas allá de la simpatía general de afinidad, oriunda de la semejanza que entre ellos exista, hay entre los Espíritus afectos particulares?. Respuesta: Del mismo modo que entre los hombres, todavía, el lazo que une a los Espíritus es más fuerte en la ausencia del cuerpo, por no estar más expuestos a las vicisitudes de las pasiones. Pregunta #291 De El Libro de Los Espíritus. La integración de dos criaturas para la comunión sexual comienza habitualmente en el periodo de noviazgo que se traduce por un suave encantamiento.
  • 19. Estos se descubren mutuamente, de manera imprevista, con motivos para la entrega reciproca y de ahí se desenvuelve el proceso de atracción El asunto consustanciaría lo que sería lícito considerar un “dulce misterio” si no consideráramos en el las realidades de la reencarnación y de la afinidad. Inteligencias que trazan entre si la realización de empresas afectivas aún en la Espiritualidad,. Espíritus que ya compartieron experiencias en el campo sexual en existencias pasadas, corazones que se hicieron cómplices en delincuencia pasional en otras vidas, o almas inesperadamente armonizadas en la complementación magnética, diariamente compartirán las emociones de semejantes encuentros en muchos lugares de la tierra. Confirmada la simpatía mutua, es llegado el momento del raciocinio. Por eso ocurre que es diminuto aún en el planeta, el porcentaje de personas, en cualquier edad física, habituadas a pensar en términos de auto-análisis, cuando el instinto sexual se desborda del ser. Algunos sexólogos modernos, empero materialistas, tratando la cuestión, bajo el punto de “vista físico” tal vez diirían que la libido entró en actividad con su poderoso dominio y, obviamente nadie discordará en la tesis, en la afirmativa que atentos debemos estar a la importancia del impulso creativo del sexo, en el mundo psíquico, para la vida y perpetuación en el planeta. Es importante anotar por lo tanto, en muchos lances de la caminata evolutiva del Espíritu, la influencia ejercida por las inteligencias desencarnadas en el juego afectivo. Nos referimos a las parejas de las existencias pasadas, o más claramente, a los Espíritus
  • 20. que se programaron para el futuro hogar, cuya actuación, en muchos casos, pesa en el ánimo de los enamorados, inclinando pacíficamente afecciones raciocinadas para súbitos matrimonios o compromisos en la paternidad y en la maternidad. Esos enamorados son los que entonces se matriculan en la escuela de laboriosas responsabilidades. Esto porque la donación de si mismos a la comunión sexual, en régimen de placer sin ponderación, no los exonera de los vínculos kármicos para con los seres que traen a la luz del mundo, en cuya floración, al contrario, si es verdad que realizaron trabajo y sacrificio, obtendrán también valiosa recolecta de experiencias y enseñanzas para el futuro, si comprendieren que la vida paga en amor a todos aquellos que les reciben con amor las justas exigencias para la ejecución de sus objetivos esenciales. Emmanuel El noviazgo es un periodo de muchas contravenciones. En la gran mayoría de los noviazgos, las parejas pretenden aparentar virtudes que no tienen y tratan de esconder defectos poniendo en juego los formalismos, la falsa ética y hasta una prefabricada etiqueta, que en algunos momentos escapan de los engañosos propósitos como se dice, los “traiciona el subconsciente”, dejando entrever la legítima personalidad, que de manera esporádica y hasta frecuente, causa desavenencias y decepciones. Sin embargo, es ya en la vida matrimonial que los llamados esposos se desnudan en su realidad espiritual y su verdadera personalidad, queriendo cada uno imponer sus arquetipos y paradigmas, pues salen a flote los gustos los defectos, y ahí vienen las decepciones. Aquí, es donde cabe un adagio muy popular que dice: “por ahora dónde te pongo, y más luego, dónde te boto”.
  • 21. Ambiente Doméstico “Frecuentemente, el Espíritu renace en el mismo medio en que ya vivió, estableciendo de nuevo relaciones con las mismas personas, a fin de reparar el mal que les haya hecho. Si reconociese en ellas a quienes odiara, quizá el odio se le despertaría otra vez en su fuero íntimo. De tal manera, él se sentiría humillado en presencia de aquellas a quien hubiese ofendido”. Del Item 11, cap. V de “El Evangelio según el Espiritismo”. En la comunión de dos seres para la organización de la familia, prevalece el compromiso de asistencia no solo del uno para con el otro, si no también para con los hijos que proceden de los lazos afectivos. No poseemos todavía en la tierra institutos destinados a la preparación de la paternidad y de la maternidad responsable. La evolución y el perfeccionamiento de las ciencias psicológicas de hoy, pueden garantizarnos en el futuro semejante evento. Identifiquemos en el hogar la escuela viva del alma. El Espíritu, cuando retorna al Plano Físico, ve en los padres las primeras imágenes de Dios y de la Vida. En la templada estructura del nido doméstico, germinan en el ser los primeros pensamientos y las primeras esperanzas. No le será del todo tan fácil seguir adelante con los ideales de la niñez, a la vez que el equipo familiar habitualmente se aglutina siguiendo los desastres sentimentales de las existencias pasadas, debilitándosele los componentes de los disturbios de la afección posesiva, o se produce una simbiosis de ternura descontrolada y simpatía , odio y aversión simultáneas. Padres inmaduros, desde el punto de vista espiritual, comúnmente se infantilizan en el tiempo exacto del
  • 22. trabajo mas grave que les compete, en el sector educativo, y al contrario de guiar los pequeñitos con seguridad para el éxito en su nuevo desenvolvimiento en la estadía de la reencarnación, los enredan en problemas, ahora tratando las infantes como si fuesen personas adultas o tratando los hijos adultos como se fuesen criaturas infantiles. Estableciendo el desequilibrio, irrumpen los conflictos de envidia y rebeldía, narcisismo y crueldad, que asfixian las plantas de la comprensión y de la alegría en el terreno casero, trasformándolo en espinero magnético de vibraciones contradictorias, en el cual los enigmas emocionales, trazados del pretérito, adquieren aspecto casi insoluble. De ahí la importancia que transcurre de los conocimientos alusivos a la reencarnación, en las bases de la familia, pleno ejercicio de la ley de amor en los recesos del hogar, para que el hogar no se convierta, de bendita escuela que es, en un núcleo neurótico, albergando molestias mentales difícilmente reversibles. Emmanuel Hace cuatro décadas, la Iglesia Católica instauró un programa llamado CURSO PREMATRIMONIAL, requisito obligatorio para las parejas que buscan consorciarse mediante el ceremonial católico. Lamentablemente, por carecer de la enseñanza sobre la Reencarnación y Ley de Causa y Efecto, no es lo suficientemente eficaz y orientador para aquellos que buscan constituir familia. Uno de los cuidados que deben tener los candidatizados a la vida conyugal, es el análisis del tipo de sangre, pues la consaguinidad, puede generar problemas de salud y taras difíciles de superar. Educados bajo los conocimientos netamente cristianos, padres e hijos alcanzarían grandes éxitos de convivencia y progreso moral; también se evitarían
  • 23. muchos divorcios, suicidios y otros terribles desastres que suelen darse en esos hogares desorientados. Los más comprometidos ante la Ley Divina son los padres negligentes, atenidos a que sus hijos sean educados en el colegio o escuela, o quizás la empleada doméstica. Además se suman los malos ejemplos de padre y madre, y en la posteridad, estarán protestando alarmados, y algunos reaccionando de manera inapropiada para corregir, lo que ya prácticamente es imposible de alcanzar, debido a que las estrategias psicológicas acompañadas de amor y paciencia solo tienen contundencia en la infancia, antes de entrar a la adolescencia y la pubertad. Y es aquí que cabe la sentencia que dice: educa al niño y no castigarás al hombre. Energía Sexual “Pregunta __ ¿Es la misma fuerza la que une los elementos de la antimateria en los cuerpos orgánicos y en los inorgánicos? Respuesta__ Si, la ley de atracción es la misma para todos.” Item n° 60 de “El Libro de los Espíritus”. La energía sexual, como recurso de la Ley de Atracción, en la perpetuidad del Universo, es inherente a la propia vida, generando cargas magnéticas creativas de la cual se reviste. En los seres primitivos, situados en el atraso de la emoción y del raciocinio, y aún en todas las criaturas que se demoran voluntariamente a nivel de los violentos, la descarga de semejante energía se opera desconsideradamente. Por eso, les cuesta resultados angustiosos con acumulados para largo tiempo de
  • 24. fijación en existencias menos felices, en las cuales la vida, mucho y/o poco a poco, enseña a cada uno que ninguno debe abusar de alguien sin acarrear perjuicio a si mismo. A medida que la individualidad evolucione, es que pasa a comprender que la energía sexual envuelve el impositivo de discernimiento y responsabilidad en su aplicación, y que por eso mismo, debe estar controlada por valores morales que le garantizan el empleo digno, ya sea en la forma física aseguradora de la familia, o en la creación de obras beneméritas de la sensibilidad y de la cultura para la reproducción y extensión del progreso y de la experiencia, de la belleza y del amor, en la evolución y perfeccionamiento de la vida en el planeta. A través de la poligamia, el Espíritu asimila para si mismo larga marcha en existencias y más existencias sucesivas de reparación y aprendizaje, en cuyo transcurso adquiere la necesaria disciplina de su mundo emotivo. Fatigado de experimentos dolorosos, en los cuales recoge el fruto amargo de la delincuencia o del desespero que haya establecido en los demás, reconoce en la monogamia el camino cierto de sus manifestaciones afectivas. Atento a eso, identifica en la criatura que se le afina con los propósitos y aspiraciones, el compañero o la compañera ideal para la comunión sexual. De si mismo depende el poder granjear el preciso equilibrio y el poder revitalizar las fuerzas con que se pone en la pista del trabajo imprescindible a la propia evolución. En ningún caso, nos ha sido lícito subestimar la importancia de la energía sexual que, en la esencia, vierte de la Creación Divina para la constitución y sustentación de todas las criaturas. .Con ella y por ella es que todas las civilizaciones de la tierra se
  • 25. levantarán, legando al hombre preciosa herencia en el viaje para la sublimación definitiva, entendiéndose, que criatura alguna, en el plano de la razón, se valdrá de ella, en las relaciones con otros seres, sin consecuencias felices, o infelices, constructivas o destructivas, conforme la orientación que se le dé. Emmanuel Es muy común ver a individuos comprometidos maritalmente con otra u otras mujeres, en algunos casos bajo el conocimiento de las mismas concubinas, con mucho cinismo y de manera desvergonzada; y en otras situaciones aplicando los ardides del engaño, como también coaccionando, chantajeando, y en algunos casos mostrándose como personajes temerarios o indispensables por su poder económico, político, laboral, religioso o social. Son criaturas que nos hacen recordar al macho dominante de la manada salvaje, que se quiere imponer como absoluto, acaparadores, mezquinos y egoístas que no sienten amor por nadie; en ellos solamente existe el apetito sexual, sin medir consecuencias ni cuánto daño hagan al sentimiento humano. Por otro lado, también tenemos aquellas mujeres acostumbradas a seducir al individuo casado o comprometido en el ministerio del hogar; son hábiles y especializadas en destruir hogares, en algunos casos porque son tan sensuales y aparentadoras, y en otros, porque les domina el interés económico; es decir, ambiciosas e interesadas. Algunas no se comprometen en noviazgos o convivencias, pues según ellas necesitan ser libres para llevar su vida sexual prepago, sin que nadie les reclame fidelidad y disciplina. En estos últimos tiempos la infidelidad y la promiscuidad crecen a pasos agigantados, pues ya vivimos en el más terrible caos moral. ¿No cree usted que las telenovelas, algunos programas de farándula, la pornografía, el enfoque errado sobre el modernismo y la ausencia de Evangelio, sean las principales causas de
  • 26. estos flagelos que afectan en algunos casos a seres primitivos y en otros, a civilizados pervertidos? Afortunadamente dentro de las Leyes Divinas, existen dos grandes maestras: el tiempo para alcanzar la saturación, y el dolor. Es en estos actos de sensualidad irresponsable que el ser humano incorpora los bacilos que en la presente existencia o en futuras reencarnaciones, vendrán a hacerle padecer las terribles enfermedades en el aparato reproductivo, tales como: cáncer de próstata, de testículos, sífilis, sida, inhibiciones y otros tantos inconvenientes que se manifiestan a consecuencia de nuestra indisciplina e irresponsabilidad. Igualmente en la mujer, con sus padecimientos de cáncer en su aparato genital, o desordenes sexuales, como frigidez, flujos y otros síndromes de diverso orden. Gran parte de los seres humanos se han fijado la idea, de que el mayor objetivo de la vida es disfrutar de las pasiones, sobre todo, el sexo; pues procurar hijos, complica otros intereses como son el de conseguir dinero, y tiempo para disfrutar de diversiones, hacer turismo y otras tantas comodidades que el mundo pagano y profano ofrece. Recordar vivencias en la Espiritualidad durante el sueño, en algunos casos es extraordinario y en otros, decepcionante. Damos gracias a Dios y a nuestros amparadores Espirituales por las oportunidades de aprendizaje mediante la facultad de desdoblamiento consciente. En una ocasión encontrándome proyectado, me vi. caminando hacia la estación ferroviaria, que hoy día está clausurada; pues desde hace algún tiempo ya no contamos en la ciudad de Neiva con ese servicio ferroviario. No obstante, en la Espiritualidad si se encuentra vigente ese servicio. Fue por eso que observé cuatro filas muy largas conformadas por individuos en la gran mayoría jóvenes, en la espera de
  • 27. un tren que los llevaría a otro lugar para emprender un viaje mucho más largo. Observé el estado anímico de estos viajeros; me hacían recordar los tiempos de mi infancia y la adolescencia cuando en la escuela programaban excursiones o paseos y nos sentíamos jubilosos y ansiosos por el momento de la partida. Me vi en la necesidad de cruzar las filas, pidiéndoles permiso, que de manera espontánea me concedían. De antemano yo estaba enterado de que todos estos seres desencarnados habían sido maleantes, fornicadores, promiscuos, raponeros, en fin, delincuentes consumados. Después de haber cruzado las filas de más o menos cuatrocientos sujetos que las conformaban, me dirigí al recinto que en otros tiempos funcionaba como la cafetería de la estación; pues ya no era cafetería, era una sala de espera. Allí se encontraban unas cincuenta mujeres, de esas que en la tierra habían ejercido la prostitución en los lugares más sórdidos de las ciudades. Entre estas observé a una mujer de unos cincuenta años, sentada de manera descompuesta, y descansando los pies sobre una mesita de centro. Ellas se encontraban también en el mismo estado anímico que el de los hombres. Me dirigí a la referida dama para formularle una pregunta: ---¿No siente usted tristeza viajar tan lejos y demorándose tanto tiempo sin contactar a su familia? Ella respondió: --¿y acaso cuando estuve en la tierra, eso me preocupó, o a mi familia le hice falta? Yo le hacia esa pregunta porque sabía que viajarían hacia otro planeta para continuar su proceso evolutivo que la tierra ya no les puede brindar. Otra cuestión que sabía es que ellos eran conscientes de su exilio, empero ya habían pasado por largos años de sufrimientos en esos lugares del astral inferior, preparados y conscientizados de esa necesidad en provecho propio. Momentos después me reuní con mi esposa para retirarnos del lugar, movilizándonos en una motocicleta
  • 28. enduro color rojo, la cual creí no encontrar en el lugar donde la había dejado parqueada, debido a la calidad de seres que allí se congregaban. De todos modos, sentí pesar por todos estos Espíritus encaminados al exilio, pues no vi esto como un castigo, pero si como medida necesaria y adecuada para la evolución de un gran sector de la humanidad. Compromiso afectivo El deber íntimo del hombre queda entregado a su libre albedrío. El aguijón de la conciencia, guardián de la integridad interior, advierte y sustenta; empero, muchas veces se muestra impotente delante de los sofismas de la pasión. Fielmente observado, el deber del corazón eleva al hombre; por eso, ¿Cómo determinarlo con exactitud? ¿Dónde comienza? El deber comienza siempre, para cada uno de vosotros, desde el punto en que amenazáis la felicidad o la tranquilidad de vuestro prójimo; acaba en el límite que no deseáis que ninguno trasponga con relación a vosotros. Del item 7, cap. XVII, de “El Evangelio según el Epiritismo” La guerra efectivamente flagela la Humanidad, sembrando terror y mortandad entre las naciones; entre tanto, la afección erradamente orientada, a través del compromiso escarnecido, cubre al mundo de víctimas. Quien estudie los conflictos del sexo, en la actualidad de la Tierra, admitiendo la civilización en decadencia, tan solo examinando las arbitrariedades que se
  • 29. practican en nombre del amor, aunque no entendamos que los problemas del equilibrio emotivo son, hasta ahora y en todos los tiempos, de la vida planetaria. Las leyes del Universo nos esperan durante muchos milenios, mas terminarán por inscribiese de por si los caracteres de luz en nuestras propias conciencias. Y esas leyes determinan que amemos al prójimo como a nosotros mismos. Para que no seamos mutilados psíquicos, nos urge no mutilar al prójimo. En materia de afectividad, en el transcurso de los siglos, innumerables veces disparamos en la dirección del narcisismo y, estirados en la aberración del placer estéril, atropellamos sentimientos ajenos, impeliendo criaturas estimables y nobles a procesos de angustia y criminalidad, después de prenderlas a nosotros mismos con el vínculo de promesas brillantes, de las cuales nos descartamos en movimiento imponderable. A la vez que determinada persona convide a otra a la comunión sexual o acepte de alguien un llamado en este sentido, en bases de afinidad y confianza, se establece entre ambas un circuito de fuerzas por el cual los dos se alimentan psíquicamente de energías espirituales, en régimen de reciprocidad. Cuando uno de los comprometidos huye al compromiso asumido, sin razón justa, hiere al otro en la sustentación del equilibrio emotivo, sea cual fueren las circunstancias en que ese compromiso venga a ser efectuado. Creada la ruptura en el sistema de permutas de las cargas magnéticas de manutención del alma para el alma, el compañero perjudicado, si no dispone de conocimientos superiores en la auto-defensiva, entra en pánico, sin que se le pueda prever el descontrol que, muchas veces, raya en la delincuencia. Tales resultados de la imprudencia y de la in-vigilancia repercuten en el agresor, que partirá de las consecuencias desencadenadas por él mismo, endeudándose en el camino y cultivando una
  • 30. sementera compartida de conflictos y frustraciones que acarreará para el futuro. Sabemos que la Justicia Humana combina puniciones para los actos de pillaje en la esfera de las realidades objetivas, considerando la responsabilidad y el respeto de los intereses ajenos, no en tanto, los legisladores terrestres percibirán igualmente, un día, que la Justicia Divina alcanza también los contraventores de la Ley del Amor y determine que se les instale en las conciencias los reflejos del saqueo afectivo que perpetuarán para los demás. De ahí la certeza clara de que no escaparemos de las ecuaciones infelices de los compromisos de orden sentimental, injustamente menospreciados, que rescataremos en tiempo hábil, partícula a partícula por la contabilidad de los principios de causa y efecto. Reencarnados que estaremos siempre, en ese sentido, hasta exonerar al propio Espíritu de las mutilaciones y conflictos efectuados en el clima de la irreflexión; aprenderemos en el cuerpo de nuestras propias manifestaciones o en el ambiente de la vivencia personal, a través de la penología sin cárcel aparente, que nunca lesionaremos a otro sin lesionarnos a nosotros mismos. Emmanuel ¡Cuántos ejemplos hemos encontrado, mediante nuestros largos años de vida como encarnados!. Mujeres continuamente engañadas, burladas y maltratadas en muchos aspectos, igualmente hombres pasando por idénticas circunstancias. Aquí tenemos a los tránsfugas e insensibles del pasado recogiendo su cosecha cargada de espinos y dolor. Como hasta ahora la tierra viene siendo una incubadora de Espíritus, no faltarán Almas nuevas irresponsables e insensibles que el destino colocará en nuestro camino, para que nos
  • 31. sirvan como verdaderas pruebas para sanearnos y alcanzar la redención. Empero además de esto, también es posible venir con cambio de género, sanción que se recibe con mucha amargura, cuando ya estamos acostumbrados a explotar y abusar de nuestras dotes y ventajas en ese género. Que equivocación tan grande cuando creemos que nuestros actos de infidelidad no son descubiertos; por algo el proverbio que dice: las paredes tienen oídos. Y en el Evangelio encontramos esa máxima que dice: Ni la caída de la hoja de un árbol es ignorada por Dios. Se nos olvida que en la Espiritualidad, que también involucra al mundo de los encarnados, hay cualquier cantidad de Espíritus observándonos en todos nuestros actos, atestiguando para más luego informar al conyugue traicionado, cuestión que más luego al despertar bien sea que recuerde o no, se traduce en el desánimo, apatía, y mal humor en la persona que durante el sueño recibió la información. Y además, nosotros mismos encontramos allá en la otra dimensión, a nuestra media naranja, comprometida en terribles actos de infidelidad. Casamiento Pregunta: ¿Será contrario a la ley de la Naturaleza el casamiento, esto es la unión permanente de dos seres? “Respuesta __Es un progreso en la marcha de la Humanidad”. Item 695 de “El Libro de los Espíritus” El matrimonio es la unión permanente de dos seres, como es obvio, implica el régimen de vivencia por el cual dos personas se confían en asistencia mutua.
  • 32. Esa unión refleja las Leyes Divinas que permiten la constitución de pareja unidos para el desenvolvimiento de la vida. Por eso es importante que, la unión se base en la responsabilidad reciproca, a la vez que en la comunión sexual. Que un ser humano se entregue a otro ser humano, Y es por eso que no debe haber cualquier tipo de desconsideración entre si. Cuando las obligaciones mutuas no son respetadas en el ajuste, la comunión sexual injuriada o pérfidamente interrumpida, genera dolorosas repercusiones en la consciencia, estableciendo problemas kármicos de solucionar por cuanto nadie hiere a alguien sin herirse a sí mismo. Indiscutiblemente, en los Planos Superiores la vinculación entre parejas es espontánea, compuesta en imantación de afinidad ineludible. En la Tierra del futuro, los nexos afectivos obedecerán a idéntico principio y, por anticipación, millares de criaturas ya disfrutan en el propio estado de encarnados de esas uniones ideales, en que se ungen psíquicamente una al otro, sin necesidad de la permuta sexual, más profundamente considerada, con el fin de apoyarse mutuamente en obras preciosas, en la esfera del Espíritu. No en tanto sucede que, millones de almas, detenidas en la evolución primitiva, yacen en el planeta, arraigadas a débitos escabrosos, frente a la ley de Causa y Efecto, aún inclinadas al desequilibrio y al abuso. Necesitan severos estatutos de los hombres para la regulación de los intercambios sexuales que les exigen respeto, con el fin de que no se tornen salteadores impunes en la construcción del mundo moral. Los debitos contraídos por legiones de compañeros de la Humanidad, portadores de entendimiento y verdad para los temas de amor, determinan la existencia para millones de uniones supuestamente
  • 33. infelices, en las cuales la reparación de faltas pasadas confiere a numerosos ajustes sexuales, sean o no encubiertos por los beneplácitos de las leyes humanas el aspecto de ligazones claramente expiatorias, con base en el sufrimiento purificador. De cualquier manera, es forzoso reconocer que no existen en el mundo conjugaciones afectivas, sean ellas cual fueren, sin raíces en los principios kármicos, en las cuales nuestras responsabilidades son esposadas en común. . Emmanuel La permuta sexual en las parejas tiene fines sagrados y sublimes. Entre estos la procreación, como también que el impulso sexual un día se trasmute en el verdadero Amor. Cuando esto se alcanza, en cierto modo la misión está cumplida, pues los enemigos del pasado seguirán siendo seres bienamados y constituyéndose en la familia Universal; en algunos casos, en adelante, haciendo parte del árbol genealógico o colocado como unos de los buenos y amados amigos dentro de la sociedad terrena o espiritual. No existen razones para que consideremos a la pareja como si fuese patrimonio eterno. Nadie fue creado para pertenecer indefinidamente a alguien; solamente a Dios. Nuestras convivencias maritales, frente a las sucesivas existencias son simplemente préstamos temporales, como ya lo venimos explicando. ¿Y en qué quedan los celos de aquellas personas inseguras, egoístas y posesivas? ¿No será bueno que tomemos atenta nota de las enseñanzas Espíritas para más tarde no pasar por acervos sufrimientos? Cuando el Amor y los sentimientos alcancen tópicos
  • 34. de universalidad, estaremos disfrutando de las dádivas del verdadero Amor. Cuando decimos que nadie esta postulado a compartir existencias indefinidamente, es porque nosotros como peregrinos de los mundos físicos, durante ese milenario caminar, por nuestra irresponsabilidad e inmadurez, afectamos a muchas almas del sexo opuesto, quedando comprometidos para la reparación en futuras existencias, y solamente en la medida en que logremos sanear nuestros débitos con las personas afectadas, podemos decir que hemos alcanzado la paz con nuestros convivientes y encontraremos las personas ideales para que nos hagan sentir verdaderamente felices. En algunas de las conversaciones intimas efectuadas con mi esposa, hemos llegado a la conclusión, de que la mejor manera de culminar nuestros compromisos kármicos, que nos involucra en convivencias agridulces, seria haciendo el esfuerzo de convivir hasta el final de nuestra existencia, en la mayor comprensión y cordialidad, ya que ella, aunque cumplidora en sus deberes domésticos y en condición de madre y socia en la empresa hogareña ha sido magnífica, como esposa, tristemente no disfruté de caricias y mimos, como contrariamente yo lo hacía, sin encontrar receptividad y correspondencia de su parte. Pienso que de todos modos he logrado amarle, al punto de desearle a ella, que en su próxima reencarnación comparta su vida marital con alguien que le inspire cariño y entusiasmo, que igualmente sea bien estimada. Y así disfrute de una convivencia más feliz. Yo me conformaría con que fuera mi hija, o mi madre, tal vez una hermana querida, o una buena amiga; Y de mi parte, Dios Mío! Espero que mi karma se aplaque para un día poder disfrutar de la dulzura y el afecto que una mujer cariñosa y
  • 35. amorosa, me pueda prodigar, para no tener reparos en otras mujeres, y no comprometerme en más adulterios o cualquier tipo de aventura sexual en el mundo de los encarnados, como en la otra dimensión. Que yo no me comprometa más de manera negativa, para no distanciar más ese anhelo de vivenciar la total felicidad conyugal. DIVORCIO El divorcio es ley humana que tiene por objeto separar legalmente lo que ya, de hecho, está separado. No es contrario a la Ley de Dios, pues apenas reforma lo que los hombres han hecho y solo es aplicable en los casos en que no se tuvo en cuenta la Ley Divina. Del iten 5, del cap. XXII, Del Evangelio Según El Espiritismo. Partiendo del principio de que no existen uniones conyugales por el acaso, el divorcio, en rigor, no debe ser aplaudido o estimulado por nadie. Es ahí, en los lazos matrimoniales definidos en las leyes del mundo, que se operan perfeccionamientos y reconciliaciones dirigidas para la precisa sublimación del Alma. El casamiento será siempre un instituto benemérito, acogiendo, en el límite, flores de alegría y esperanza, aquellas que la vida aguarda para el trabajo de su propio perfeccionamiento y perpetuación. Con el, el progreso gana nuevos horizontes y la ley del renacimiento alcanza los fines para los cuales se encamina. Ocurre por lo tanto, que la Sabiduría Divina jamás instituye principios de violencia, y el Espíritu, en cuanto agrave en muchas situaciones los propios débitos, dispone de la facultad de interrumpir,
  • 36. retroceder, modificar, discutir o adelantar transitoriamente, el desempeño de los compromisos que abraza. En muchos lances de la experiencia, es la propia individualidad, en la vida del Espíritu, antes de la reencarnación que se programa para el consorcio aunque difícil en las estancias de la vida física, llamando así al parejo o pareja de pretéritas existencias, para los ajustes que les apaciguarán las consciencias, a consecuencia de errores perpetuados en otras épocas. Reconducida entonces, a la nueva jornada terrestre y asumida la unión esponsalicia que atrajo a sí misma, hela desanimada en fase de los comienzos que se le desdoblan al frente. A veces el compañero o la compañera vuelven al ejercicio de la crueldad de otros tiempos, sea a través del menosprecio, irrespeto, violencia o deslealtad, el cónyuge perjudicado no siempre encuentra recursos en si para sobreponerse a los procesos de dilapidación moral de la cual es víctima. Compelidos, muchas veces, a las ultimas fronteras de la resistencia, es natural que el esposo o la esposa, relegados a sufrimientos indebidos, apele al divorcio por medida extrema contra el suicidio o el homicidio, u otras calamidades que les complicarían aún más el destino. En esos lances de experiencias, surge la separación como manera de bendición necesaria, y el cónyuge perjudicado encuentra en el tribunal de la propia consciencia el apoyo moral de la auto probación para renovar el camino que le indique respeto, acogiendo o no nueva compañía para la jornada humana. Es obvio que no nos es lícito estimular el divorcio de manera alguna, competiéndonos solamente, en ese sentido, reconfortar y reanimar los hermanos en lid, en los matrimonios de probación, con el fin de que se sobrepongan a las propias susceptibilidades y aflicciones, venciendo las duras etapas de regeneración
  • 37. o expiación que suplicaran antes del renacimiento en el plano físico, en auxilio a si mismos. Aún así, es justo reconocer que la esclavitud no viene de Dios y nadie posee el derecho de torturar y someter a nadie en fase de las leyes eternas. El divorcio, pues, basado en razones justas, es providencia humana y claramente comprensible en los procesos de evolución pacífica. Efectivamente, enseñó Jesús: “no separéis lo que Dios juntó”, y no nos cabe interferir en la vida de cónyuge alguno, con la intención de librarlo de la obligación a que se comprometió. Sucede que si no nos incumbe separar aquellos que la Ley de Dios reunió para determinados fines, son ellos mismos los que se enlazaron por los vínculos del matrimonio, que desean la separación entre si, correspondiéndonos únicamente la obligación de respetarles la libre escogencia sin herirles la decisión. Emmanuel Es una lástima ver parejas que llegan a su Iglesia, al juzgado o a cualquier otra institución, a legalizar su unión matrimonial; como también a otros que optan por la unión libre haciendo promesas de amor eterno. Tristemente, muchas de estas Almas frágiles, llenas de orgullo, ambiciones materialistas o liviandad, no van muy lejos en la convivencia, pues terminan de manera irresponsable e injusta, aquel emprendimiento que se creía sería una verdadera panacea de amor. Cada día es mayor el porcentaje de uniones fracasadas; esto porque, “él no me cumplió con el confort que me prometió, o porque resultó promiscuo, vicioso, tal vez de mal carácter, o no nos comprendimos, o no nos satisfacíamos en las relaciones sexuales”. Por otro lado, ella perdió los encantos, o atributos de belleza, porque se tornó incomprensible, descuidada en sus quehaceres hogareños, por infidelidad, o muchas otras razones. Y en algunas oportunidades se les
  • 38. pregunta por su ex consorte, y estos responden muy desairados argumentando que se liberaron de ese yugo, que se había convertido en terrible pesadilla, y que no quieren saber nada más de esa abominable criatura. Pues bien: por esta reencarnación todo podrá ser así. Empero lamentablemente, quedan postulados para más encuentros en futuras reencarnaciones; hasta que un día, el Amor Puro y Santo reine en sus corazones para así poder concluir, de manera digna, los compromisos mutuos y quedar listos para nuevas convivencias con otros Espíritus que se encuentran en turno, para sanear desafueros de otras vidas. Es por esto, que todos nosotros contamos con inmenso número de familiares y parientes de otras vidas, además de aquellos otros con quienes nos vincularemos en el futuro. Nos dice Andre Luis, en el libro Sexo Y Destino, psicografiado por Chico Xavier y Waldo Vieira, obra dictada cuatro décadas atrás, que de cien parejas comprometidas en la tierra maritalmente, escasamente el treinta por ciento cumplen de manera exitosa sus compromisos, otro veinte por ciento de manera regular, y un cincuenta por ciento son un fracaso total teniendo en cuenta que entre estos últimos, algunos son reincidentes. Comprendamos que estas estadísticas son de cuarenta años atrás, cuando la humanidad no se encontraba en el gran caos moral como sucede hoy día. UNION INFELIZ ¿Cuál es el objeto de la reencarnación? Respuesta: Expiación, mejoramiento progresivo de la Humanidad. ¿Sin esto, donde estaría la justicia? Iten n° 167 de El Libro De Los Epíritus. Dolorosa, sin duda, la unión que se considera desdichada. Es obvio, que no es obligación soportar a
  • 39. contra gusto, la truculencia o el peso de alguien, ponderándose que todo Espíritu es libre en su pensamiento para definirse, en cuanto a sus propias resoluciones. Por esto es necesario que haya equilibrio suficiente en las parejas ungidas por el compromiso afectivo, para que no pierdan la oportunidad de construir la verdadera liberación. Indiscutiblemente, los debitos que abrazamos son anotados en la contabilidad de la vida, todavía, antes que la vida los registre por fuera. Graba en toda la extensión, el monto y las características de nuestras faltas. La piedra que lanzamos a nuestro prójimo tal vez no vuelva hacia nosotros como piedra, empero permanece en nosotros traducida en el sufrimiento. En cuanto no se remueva la causa de las angustias, los efectos de ellas perdurarán siempre, en cuanto no se extinga la molestia en el origen del mal, de manera definitiva. En los vínculos terrenos, encontramos las grandes alegrías; sin embargo, es dentro de ellas que somos habitualmente enfrentados por las más duras pruebas. Esto, por que ahora no percibimos de inmediato. Recibimos casi siempre, en el compañero o en la compañera de la vida intima, los reflejos de nosotros mismos. Es natural que todas las relaciones afectivas en el mundo se nos figuren como siendo encantados jardines, enaltecidos de belleza y perfumes, recordando libros de educación, cuyo prefacio nos eleva, con la exaltación de los objetivos por alcanzar. La existencia física, por lo tanto es proceso específico de evolución en las áreas del tiempo, y así como el alumno no obtendrá ninguna ventaja de la escuela si no pasa de los adornos exteriores del plantel en que se matricula, pues el Espíritu encarnado ningún provecho tomaría del consorcio, en caso que pretendiese estacionarse en el éxtasis del noviazgo.
  • 40. Los principios kármicos se desenvuelven con el tiempo. Pruebas, tentaciones, crisis salvadoras, o situaciones expiatorias surgen en la ocasión exacta, en el orden que se nos recapitulan oportunidades y experiencias como ocurre con la semilla que, debidamente plantada, ofrece el fruto a su debido tiempo. El matrimonio puede ser precedido de dulzura y esperanza, mas eso no impide que los días subsiguientes, en su incesante marcha, traigan a los cónyuges los resultados de las propias creaciones que dejaron atrás. El cambio espera a todas las almas en los caminos del Universo, con el fin de que la renovación nos perfeccione. La joven seductora que hoy nos fascina, para la comunión afectiva, en muchos casos tal vez será mañana la mujer transformada, capaz de imponernos dificultades enormes para la consecución de la felicidad; sin embargo esa misma joven, fue en el pasado, en existencias ya transcurridas, la victima de nosotros mismos, cuando le infligimos los golpes de nuestra propia deslealtad o inconsecuencia, convirtiéndola en mujer temperamental o infiel que ahora nos cabe relevar y rectificar. El joven distinguido que atrae en el presente a la compañera para los lazos de comunión más profunda, probablemente muchas veces será el hombre cruel y desorientado, susceptible de contrariarla a cargar todo un calvario de aflicciones, Incompatible con los deseos de ventura que le palpitan en el alma. Ese mismo joven atractivo, fue en el pretérito—en existencias que ya ocurrieron—la víctima de ella misma, cuando desordenada y caprichosa le deterioró el carácter, metamorfoseándolo en hombre vicioso o fingido que le compete tolerar y reeducar. Cada vez que amamos a alguien y nos entregamos a alguien, en el ajuste sexual, ansiando por no desligarnos de esa compañía, para después sorprendernos con defectos y malos hábitos que antes
  • 41. no observábamos, es porque estamos al frente de un Espíritu anteriormente dilapidado por nosotros, para herirnos justamente en la manera que la perjudicamos en el pasado, no solo viene a cobrarnos el pago de verdaderas cuentas, mas sobre todo, a implorarnos comprensión y asistencia, tolerancia y misericordia, para que se rehaga con las leyes del destino. La supuesta unión infeliz cesa por lo tanto, como una cárcel de lagrimas, para ser una correccional bendita, donde el Espíritu equilibrado y afectuoso, lejos de abrazar la deserción, acepta siempre en lo posible, el compañero o la compañera que mereció y que necesita, con el fin de sanearse con la Ley de Causa y Efecto, liberándose de las sombras de ayer para elevarse, en silenciosa victoria sobre si mismo, y hacia los dominios de la luz. Emmanuel El divorcio no pasa de ser un simple aplazamiento, en el que se dan tregua por algún tiempo, mientras que ese Espíritu o esos Espíritus irresponsables e inmaduros, tendrán que compartir experiencias con otras personas que en algo han tenido que ver, como también nuevas vinculaciones que para bien o para mal, se encuentran en su camino evolutivo. La reencarnación nos ofrece múltiples oportunidades redentoras, pero quizás una de las más importantes es la de solucionar los desafectos de orden sexual Ya hemos venido diciendo, que no importa cuánto tiempo se necesite, o cuántas reencarnaciones, hasta trasmutar el odio en el amor sublime. Gracias a esa maravillosa facultad de recordar fragmentos de existencias pasadas, hemos podido comprobar con mi esposa, que por lo menos fueron necesarias cinco reencarnaciones, para alcanzar un clima de entendimiento que aunque agridulce, nos
  • 42. garantice la culminación de nuestros compromisos kármicos. Faltaban quince días para nuestro compromiso matrimonial, cuando tuve un sueño en el que me vi como un oficial Moro, en una batalla a las afueras de un poblado Español, mas o menos en el siglo XIV, según el paisaje, la indumentaria de mi vestuario y mis pertrechos. Sufriendo una derrota del adversario, venia en retirada por una cañada abajo y al aproximarme a un puente muy parecido en su tamaño y diseño arquitectónico al histórico puente de Boyacá, observe un grupo de mujeres apostadas arriba, una de estas me delató ante el enemigo. Viéndome rodeado, desenvainé mi espada para batirme con ellos, prefiriendo morir en lucha antes que caer en una mazmorra. Esta regresión o tal vez verificación del registro akásico me impresionó tanto, que en medio de mis oraciones pedí al Creador me permitiera la repetición del sueño, para fijarme mejor en la dama que me había divulgado. Como gracia Divina, unos meses después de mi casamiento, se repitió la regresión en la que tuve la oportunidad de parar el video, en el momento exacto del señalamiento, descubriendo que mi delatora era la joven que había contraído matrimonio conmigo. Días más tarde, y en sucesivos sueños o regresiones, la encontré vinculada a mí, como cónyuge, en un país oriental, Turquía, en el Viejo Oeste, y las ultimas dos aquí en Colombia. En algunas de estas existencias me vi como el infractor, y en otras, viéndome abandonado o despreciado por ella. Venimos pensando que todo esto no fue injusto, pues tuvo que existir inmadurez e irresponsabilidad mutua, que nos vinculó por largos siglos en la rueda de las reencarnaciones. LOS HIJOS
  • 43. Los lazos consanguíneos no crean forzosamente los ligamentos entre los Espíritus. El cuerpo procede del cuerpo, pero el Espíritu no procede del Espíritu, por cuanto el Espíritu ya existía antes de la formación del cuerpo. No son los padres quienes crean al Espíritu del hijo; pues solamente les aporta para el involucro corporal, correspondiéndoles colaborar en el desenvolvimiento intelectual y moral del hijo, para hacerlo progresar. Del item 8, cap. XIV, de El Evangelio Según El Espiritismo. Entre las parejas, surge con frecuencia el problema del abandono, por la cual el compañero abandonado es condenado a la carencia afectiva Criaturas integradas en la comunión reciproca, o en la separación de la una o la otra, provocan naturalmente en numerosas circunstancias, el colapso de las fuerzas más íntimas en aquella que se vio relegada al escarnio o al olvido. Es justo observar que toda criatura perjudicada posee el derecho de renovar esfuerzos para su propia recuperación. Análogo principio prevalece en las conjunciones del sentimiento, siempre efectuadas con fines determinados a propósito. El compañero o la compañera menos apreciada en el círculo domestico detenta la facultad de rehacer las condiciones que juzgue necesarias a la propia euforia, con base en la consciencia tranquila. No existen obligaciones de cautiverio para nadie en los fundamentos morales de la Creación. Un ser no dispone de regalías para abusar impunemente del otro, sin que la victima se vea espontáneamente libre de cualquier compromiso para con el agresor. Por eso en materia afectiva, si la unión sexual trae hijos al escenario
  • 44. terrestre, es razonable que las Leyes de la Vida reconozcan la persona afectada para el permiso de restablecer la armonía vibratoria en su mundo emotivo, lógicamente dentro de la ética que sustenta la tranquilidad de la vida íntima, por lo tanto, esas mismas Leyes de la Vida, ruegan sin imponer, a las víctimas de la deslealtad o de la prepotencia que no renuncien al deber de amparar a los hijos, notoriamente si ese hijo no alcanzase la pubertad que le trazará comienzos para la comprensión de los problemas sexuales que afligen a la Humanidad. Sobreviniendo semejantes crisis, encuentra en el compañero retirado en desprecio, una revisión criteriosa del propio comportamiento para verificar hasta qué punto habrá provocado la agresión moral sufrida y en adelante se reconozca culpable o no, que ante todo se rinda, a la disculpa incondicional, ante el ofensor, fundiendo en el corazón los títulos tiernos que haya concedido al compañero o a la compañera de la comunión sexual, en el titulo de hermano o hermana, a la vez que todos somos Espíritus inmortales, ínterligados ante Dios, a través de los lazos de fraternidad real. Aprenda el compañero moralmente damnificado, que solo por el olvido de las faltas mutuas es que nosotros nos dirigimos a la definitiva sublimación y que ninguno de nosotros, los hijos de la Tierra, está en condiciones de acusar en los dominios del sentimiento, por cuanto los virtuosos de hoy pueden haber sido los caídos del ayer y los caídos de hoy serán tal vez los victoriosos del mañana a quien tengamos tal vez de rogar apoyo y bendición, cuando la Justicia Eterna nos venga a abrir la inmensidad de nuestros débitos, acumulados en existencias que dejamos atrás, guardados en los archivos del inconsciente y del tiempo. Hombres o mujeres en abandono, si tienen hijos pequeños, que se vuelvan por encima de todo para esas aves aún tiernas de la alimentación doméstica, agasajándolas sobre las alas del entendimiento y de la
  • 45. ternura, por amor a Dios y a sí mismos, hasta que se habiliten a los primeros contactos conscientes con la vida terrestre, antes de ser aventuradas a la adopción de nueva compañía; esto porque pueden usar la atribución natural que les compete, en lo que se refiere a posibles renovaciones, sin arriesgarse a agravar el problema de los hijos necesitados de amparo y sin complicar la propia situación frente al futuro. Emmanuel Cuando uno de los cónyuges, o los dos en mutuo acuerdo determinan la separación, bien sea por intolerancia o por la ilusión de compartir su vida sexual con otra persona que le atrajo por sus dotes de belleza corporal, por el dinero, o por cualquier otro motivo, tristemente no se piensa en el daño que se hace a sus hijos, pues por lo regular ellos son los más afectados, siendo que el anhelo de estos, es el de estar junto a sus progenitores y sentir la protección de los dos. Se puede apreciar que lo más común, es que son las madres las más opcionadas a encargarse del manejo y hasta la protección de sus retoños, pues muchas de estas son poseedoras de gran fuerza de voluntad, responsabilidad y amor; virtudes ausentes en la mayoría de los padres que desertan del hogar. Queremos hacer salvedad en algunos pocos individuos que también luchan denodadamente por auxiliar a sus hijos cuando su cónyuge les abandona. Entre algunos casos conocidos, el que más nos causó admiración, fue el de un campesino aserrador que se encontraba confinado en lugar apartado y solitario de una montaña selvática, dos horas de camino a pie, de nuestro predio, a su humilde cabaña. Este fue abandonado por su compañera, pues ella desertó del hogar, dejándole a cargo cinco hijos; la menor de escasos cuatro meses de edad, y el mayorcito de apenas once años aproximadamente. A pesar de su
  • 46. rudo trabajo en el aserrío y algunas tareas agrícolas, distribuía su tiempo para los quehaceres domésticos y sin renunciar a su compromiso, logró criar a sus hijos hasta verlos adultos. Estos, en la medida que se formaban iban emigrando hasta quedar él totalmente solo; pues quienes en adelante le endulzaban la vida, fueron sus animales domésticos, en especial sus fieles perros. ALTERACIÓNES AFECTIVAS ¿Los Espíritus de los padres ejercen influencia sobre los hijos después del nacimiento? Una influencia muy grande, como decimos; los Espíritus deben concurrir para el progreso de unos a otros ¡ Pues bien! Los Espíritus de los padres tienen por misión en sus hijos la educación, y para ellos es una gran tarea. Si fallaren en su desempeño serán culpables. Iitem n° 208 de El Libro de Los Espíritus Es común que se realteren las condiciones afectivas, después que el navío de la unión se aparta del cáliz del sueño para la ampliación de las experiencias. Se convierte entonces la experiencia en trabajo, y se desnuda en problemas que la ilusión ocultaba. En muchos casos la dimensión de la ilusión permanece intacta; por lo tanto, en la mayoría de las posiciones, desminuye el calor en que se calentaba el matrimonio en los primeros días del consorcio. Por lo tanto urge salvar la embarcación amenazada de zozobra, bien sea por el choque de las rocas ocultas de las dificultades morales, o por el naufragio en las aguas muertas del desencanto.
  • 47. Compañero o compañera, en los compromisos del hogar necesitan aprender en la escuela del amor, reconociendo que por encima de la unión corporal, fácil de concretarse, es urgente que la pareja se case en espíritu y día a día, siempre en espíritu: No se debe inquietar la pareja al frente de las modificaciones ocurridas, pues a la vez toda afinidad correcta en las emociones del plano físico, evoluciona fatalmente para el vínculo ideal, a experimentarse en la ternura confíada de la amistad sin límites. Ya extinta la hoguera de la pasión en la retorta de la organización doméstica, resulta luego el oro vivo del amor puro, que se valoriza, cada vez más de espíritu a espíritu, habilitando a la pareja para un mejor destino en la vida superior. Eso ocurre porque los hijos que surgen son igualmente piezas del matrimonio, comprometiendo al hogar a recrearse de manera incesante, en materia de instituto dirigido al trabajo de asistencia recíproca. En principio el cariño en el que comulgan los dos, mas luego es repartido para mayor número de participes del núcleo familiar, y ese mismo núcleo de establecimiento casero, en muchas circunstancias, son los asociados de la dulce hipnosis del enamoramiento y del noviazgo, Por lo regular, Espíritus vinculados al matrimonio, en ocasiones más fuerte al padre o viceversa, en la vida Mayor se interesaban por la constitución de familia, en fase a las propias necesidades de perfeccionamiento y rescate, progreso y auto enmienda. Debido a eso, cooperaron en acción positiva, para la aproximación de los futuros padres. Aportando en casa, en los procesos de gravidez y de la cuna reclamando naturalmente la cuota de cariño y atención que les es merecida. En toda comunión profunda del hombre y de la mujer en la formación del grupo doméstico, seguida de hijos para compartirles la existencia, hay que contar con la sublimación espontánea del impulso sexual, cabiendo al compañero y a la compañera que le colocaran en
  • 48. función adherir a los propósitos de la vida, que todo renueva para engrandecer y perfeccionar. En cuanto frecuentemente seamos recalcitrantes en la sustentación del amor egoísta, desvariado en exigencias de toda especie, poco a poco terminamos entendiendo que apenas el amor que sabiamente se divide, en bendiciones de paz y de alegría para con los demás, es capaz de multiplicar la verdadera felicidad. Emmanuel Hemos podido comprobar que aquellos hogares constituidos de gran responsabilidad paternal y maternal, debido al permanente contacto y relacionamiento con sus hijos, fructifican en verdadero cariño, respeto y armonía. Lo contrario ocurre con aquellos hogares bien abastecidos en que la suntuosidad es sobresaliente, empero los hijos están al cuidado de la empleada doméstica, o de las instituciones educativas, con muy poco tiempo para el relacionamiento de padres e hijos. Conquistar el amor de los hijos requiere de análisis permanente, comprensión y un poco de dedicación a ellos. Es tan importante esto, que en el caso de hogares reorganizados en los que se incorporan a los hijos del cónyuge o de la cónyuge, o sea los “hijastros” que no son considerados como los hijos biológicos de uno de los cónyuges, se les dé el buen trato, que también reciben los del nuevo matrimonio; de esta manera se asegurará la armonía y la paz hogareña. Cuando sucede lo contrario debido a los celos, el egoísmo, la indiferencia y la parcialidad, solo se cultivan odios y resentimientos a corto y largo plazo, pues ni los hijos biológicos, los adoptivos o extramatrimoniales nos pertenecen, pues son prestamos de Dios nuestro Padre, haciendo que todo el componente familiar de manera mutua, se convierta en instrumentos indispensables para la superación.
  • 49. Hace dieciocho años, mis hijos eran adolescentes. Como sabemos, la adolescencia de los hijos por lo regular trae complicaciones para los padres, al colmo de causar decepción y desánimo. Un día me sentí decepcionado; y en ese estado anímico me entregué al sueño. En avanzadas horas de la noche, en estado proyectivo, observé a un individuo desencarnado que ejerce como médico en la espiritualidad, y cuya tarea es la de auxiliar en los procesos de desencarnación; Yo estaba seguro de conocerle. Traía un maletín en el que transporta el instrumental necesario para esos menesteres. Cuando lo vi llegar, comprendí que era para mí, esa atención médica. Sentí gran preocupación por esta inesperada visita. Le pregunté –¿Qué viene a hacer aquí?. El sonrió y respondió: --Usted anocheció decepcionado y cansado como padre de familia. Y como usted está viviendo una prorroga concedida por misericordia Divina, vengo a facilitarle su desencarnación. Me dio mucho susto, y exclamé: --¿Y mis hijos? ¿Qué irá a pasar con mis hijos? Nuevamente sonrió y respondió: ¿Entonces sí entiende que tiene deberes y tareas que cumplir aún con la familia?. Y habiendo dicho esto, se retiró. Comprendí entonces, la importancia de llevar hasta el final el compromiso familiar, y también comprendí que no estaba preparado para la desencarnación. DESAJUSTES “Sed indulgentes, mis amigos, por cuanto la indulgencia atrae, calma, surge, al paso que el rigor desanima, aparta e irrita”, Del iten 16 cap. X de “ el Evangelio según el Espiritismo”.
  • 50. Es común observar que el casamiento provisor repentinamente decae.. Se desvela en la mala interpretación de los cónyuges en la rutina de lo cotidiano. Conflictos, molestias, desniveles, fallas de formación y temperamento. En ciertos lances de la experiencia, es la mujer que se consorció acreditando encontrar en el esposo el retrato psicológico del padre, a quien se vinculó desde el principio; en otros, es el hombre a exigir de la compañera la continuidad de la genitora, a quien se unió desde la vida fetal. Ocurre, por eso, que el matrimonio es una quiebra de amarras a través de la cual el navío de la existencia larga el cáliz del muelle de los lazos afectivos en que, por mucho tiempo, yacía apoyado. En el viaje, que inician los dos, el compañero y la compañera se revelarán, uno al frente del otro, tal como son y como se encuentran en la realidad, evidenciando, en toda la extensión, los defectos y las virtudes que, por ventura cargan. Desajustes e inadaptaciones que acostumbran alimentar, amenazando la estabilidad de la embarcación doméstica, arrojada a navegar en las aguas de la experiencia. Es razonable que se convoque el auxilio de técnicas capaces de sanear las lesiones del barco en peligro, como sean médicos y psicólogos, amigos y consejeros, cuya contribución se revestirá siempre de inapreciable valor; entretanto, al desenvolver obstáculos y pruebas, el conocimiento de la reencarnación ejerce encargo de importancia por trazar a los interesados, nuevo campo de observaciones y reflexiones, impeliéndolos a la tolerancia, sin la cual la re-armonización parecerá más lejana. Hombre y mujer, usando la clave de semejante entendimiento, pasan mecánicamente a reconocer que es preciso desvincular y renovar sentimientos, empero en bases de comprensión y serenidad, amor y paz.
  • 51. Urge percibir que el “no“de la comunicación afectiva no opera la unión de los dos seres que la constituyen. Cada pareja, en el ajuste, continúa siendo un mundo para si. Y no siempre las características del uno se afinan con el otro. De ahí la conveniencia de la mutua aceptación, con la obligación de la mejoría del compromiso. Para eso, no bastarán providencias de superficie. Hay que internar el raciocinio en consideraciones mas profundas para que las raíces del desequilibrio sean arrancadas de la mente. Aceptación o problema. Es forzoso admitir al compañero o a la compañera como son o como aparentan ser en la embarcación doméstica, y hecho eso, se inicia la obra de la edificación o de la reedificación recíproca. Es obvio que conclusiones y actitudes no se imponen en el campo mental; por lo tanto, no se arrepentirá quien se disponga a estudiar los principios de la reencarnación y de la responsabilidad individual en el propio camino. Se obtiene de la vida lo que se le da, se recoge el material del plantío. Habitualmente, el hombre recibe a la mujer, como la dejó y en el punto en que la dejó en el pasado próximo; esto es, en las estancias del tiempo que se fue para el continuismo de la obra de rescate o de elevación en el tiempo de ahora, sucediendo lo mismo referentemente a la mujer respecto al marido. El compañero desorientado, enfermo o infiel, es aquel hombre que la compañera, en existencias anteriores, condujo a la perturbación, a la enfermedad o a la deslealtad., a través de actitudes que lo segregarán en deplorables estados compulsivos; y la compañera en esas condiciones, consubstancia necesidades y pruebas de la misma especie. Sea cual fuere el motivo en que el tedio se fundamente, recurran los compañeros imantados en mutua asociación en el hogar al apoyo recíproco más profundo y más intensivo. Con eso, estarán en justa defensa de
  • 52. la armonía íntima, sin castigar el propio cuerpo. Y se reeducarán, sin hostilizar a los que, por ventura, les demuestren afecto, mas acogiéndolos, no en la condición de cómplices de las aventuras deprimentes, a que se rindieron otrora, y sí por hermanos queridos, con quienes podemos fundirnos en espíritu, en el más alto amor espiritual. E mmanuel TEDIO EN EL HOGAR Pregunta __¿Una vez que los Espíritus simpáticos son inducidos a unirse conyugalmente, en algunos casos , frecuentemente sólo de una parte hay afecto y sincero amor, y sin embargo se ve acogido con indiferencia y hasta con repulsión? ¿Cómo es posible, que la mas viva atracción de dos seres pueda cambiarse en antipatía y hasta en odio?. Respuesta__¿No comprendéis, entonces, que eso constituye una punición, aunque pasajera? Después, cuántos creen amar apasionadamente, porque apenas juzgan por las apariencias, y que, obligados a vivir con las personas a quienes aman, y no tardan en reconocer que solo experimentaron un encantamiento material, sensual? No basta a una persona estar enamorada de otra que le agrade y en quien supone bellas cualidades. Viviendo realmente con ella, es que podrá apreciarla. Tanto así que, en muchas uniones que en el principio parecen destinadas a nunca ser simpáticas, después de haberse conocido y estudiado bien, acaban por consagrarse recíprocamente en un duradero y eterno amor, porque registran mutuamente la estima y los valores. No se olvidará de que es el Espíritu quien ama y no el cuerpo, después de disipada la ilusión material, el Espíritu viene a ver la realidad.
  • 53. Hay dos especies de afecciones: la de la carne y la del alma, cuando pura y simpática, la afección del alma es duradera; efímera la del cuerpo. De ahí bien que, muchas veces, los que juzgan amarse con eterno amor pasan a odiarse, hasta que la ilusión se deshaga.” Item n° 939 del “El Libro de los Espíritus” Entre muchas parejas de criaturas comprometidas en los ajustes del corazón, el tedio aflige, recordando ácido inesperado, asediando la vida en común. Algunas veces, es el compañero que se arroja en la indiferencia, otra es la compañera a la frialdad o al abandono. Luego que surgen semejantes crisis en las labores domésticas, es razonable que hagan detenidamente un autoanálisis, de lado y lado a fin de que el parásito destructor de la felicidad sea erradicado completamente. Cuando el hombre y la mujer se confían uno al otro, por los vínculos sexuales, ese rendimiento es tan absoluto que pasan prácticamente, a vivir una simbiosis de fuerzas, cual si las dos almas habitasen en un solo cuerpo. En el ligamiento afectivo, ambas recuerdan el cerebro y el corazón, vibrando en sintonía en una existencia específica o individual. Es comprensible que si uno de los dos compañeros, o ambos, caen en la indiferencia, sin meditar en la responsabilidad que abrazan uno frente al otro, es la muerte de la unión que sobreviene inevitablemente, con los resultados infelices que vendrán indiscutiblemente en lo sucesivo. Verificada la presencia del tedio, es necesario auscultar, cada uno de ellos , en lo íntimo de sí mismo, para saber si el desequilibrio estará enraizado en los desórdenes poligámicos, que les marcaron la individualidad en existencias pretéritas, a fin de corregirse en salvadora dieta emotiva, la compulsión
  • 54. que, por ventura, los arrastre aún para la miseria de placeres inútiles. La sexualidad en el matrimonio existe, sobre todo, en función de alimento magnético entre los dos corazones que se integran mutuamente y de ahí procede la necesidad de vigilancia para que la armonía no se pierda, en ese círculo de fuerzas. En otros lances de la experiencia, observarán el compañero o a la compañera, conforme el caso, que la influencia de alguien les alcanza, incitándolos a vinculaciones sexuales extra conyugales. Es el pretérito que vuelve, presentando de nuevo, aquellas mismas criaturas con quien tal vez hayamos venido platicando en el laberinto de experiencias francamente infelices. Cargan consigo los mismos ingredientes de seducción, con que nos alargamos en el camino de obligaciones asumidas, sugiriéndonos el retorno a procesos de vida incompatibles con nuestro deber e intentando dislocarnos la mente de los cimientos del equilibrio en que el tiempo nos restauró. Tan solamente en la base de la indulgencia y del perdón recíprocos, más fácilmente estructurables en el conocimiento de la reencarnación, con la disposición que se muestren consecuentes en el equipo de la familia, conseguirán el compañero y la compañera del hogar el triunfo esperado, en el combate y compromisos que abrazan, abriendo para si mismos la puerta de la paz y la luz de la liberación. Emmanuel VINCULACIONES Aquellos que encarnan en una familia, y como haciendo parte de la parentela, son por lo regular Espíritus simpáticos ligados en anteriores relaciones, que se expresan por una afección, reciproca en la vida terrena.
  • 55. Del item 8, Cap. XIV, de El Evangelio según EL Espiritismo. Estudios e investigaciones se multiplican en los dominios de la psicología, cuando las complejidades del mundo infantil y el examen de las vinculaciones se destacan a la vista. Cada niño es un campo de tendencias innatas, con tamaña riqueza de material para la observación del analista, que en vano, penetrará la conducta de la individualidad, sin apoyo en el conocimiento de la reencarnación; Sin este aprendizaje no encontrará explicación para la solución de los enigmas. Basándonos en el trabajo biológico de construcción del ser, en numerosos milenios, es indudable que sorprenderemos en la persona todo el equipo de los impulsos sexuales prontos a manifestarse, cuando la pubertad le asegure más amplio control del carro físico. El juego afectivo, por vía de regla se desenvuelve más intensivamente entre el hijo o hija y los padres, reconociéndose para luego, si los lazos de existencias pasadas están más fuertemente entretejidos con el genitor o la genitora. Debiéndose al impulso sexual, casi todos los fundamentos de la evolución sobre los cuales se nos levanta la formación del Espíritu, es comprensible que el sexo aparezca en los cuestionamientos de los pequeñitos en su desenvolvimiento natural, y, en ese territorio de creaciones de la mente infantil, nos será fácil definir la dirección de los regateos del infante, si para los ascendentes paternos o maternos, por cuanto ahí precisamente revelará las tendencias traídas de otras estancias que el pasado archivó. Con frecuencia empero, no siempre, las hijas propenden más acentuadamente para la afección del padre, y en cuanto los varones se pronuncian con mayor afecto para con las madres. (Complejo de Edipo.)
  • 56. ¿No en tanto subsistirá cualquier extrañeza en eso, cuando no ignoramos que toda la estructura psicológica, en que se nos yerguen los destinos, fue manipulada con los ingredientes del sexo, a través de millares de reencarnaciones? ¿Y aceptando los principios de causa y efecto que nos imprimen las experiencias, desconoceremos, acaso, que los instintos sexuales nos orientaron el trasegar, por milenios y milenios, en el reino animal, proceso palingenésico edificando la razón que hoy nos ilumina la inteligencia? Apreciando eso recordemos los compromisos con las relaciones poligámicas de que somos egresos, cuanto a los tiempos transcurridos, y entenderemos, con absoluta naturalidad, los complejos de la personalidad infantil. Así sucede porque, heredamos espiritualmente de nosotros mismos, por las raíces del renacimiento físico, reencontrando matemáticamente, en la posición de hijos e hijas aquellos mismos compañeros de experiencias sentimentales con los cuales tengamos cuentas por saldar. Atentos a semejante realidad, lógicamente somos impulsados a concluir que los vínculos del niño, en cualquier ángulo de progreso y en cualquier clima afectivo, solicitan providencias, que sintetizaremos en una sola palabra: ¡ Educación! Emmanuel Ya decíamos anteriormente que los hijos, inclusive los hijastros como también los adoptivos, por lo regular tienen que ver con alguno de los padres o con los dos cónyuges; sin embargo toda regla tiene su excepción. Pero en algunos casos nos pueden resultar hijos no programados, pues ellos vienen mediante la reencarnación compulsoria, convirtiéndose estos, por lo regular, en hijos problemas. Aquellas parejas que practican relaciones sexuales en moteles, residencias, o cualquier lugar caracterizado
  • 57. como prostíbulo, donde los Espíritus boyeros y vampiros se encuentran a granel, son lugares y oportunidades propicias para reencarnaciones no deseadas. Por lo regular estos son los hijos problema, criaturas indóciles, frívolas, rebeldes, insensibles, ingratos e incomprensibles. Venimos diciendo en algunos de los textos de nuestra autoría, que este tipo de entidades preparadas y asesoradas por los Espíritus de las tinieblas, para causar el caos moral de la humanidad como ya lo venimos viendo, son las que ocupan las primeras páginas en revistas y periódicos, e importantes espacios televisivos y del mundo de la farándula. Son los prototipos de belleza satánica, la que despierta el apetito lujurioso en los seres humanos, Modelos con belleza bien diferente a la mujer virtuosa; aquellas que Miguel Angel Y Bernini tomaron como modelos para esculpir a las Vírgenes de la cristiandad. DESVINCULACIONES Pregunta_¿En la opinión de ciertas personas, la doctrina de la reencarnación parece destruir los lazos de familia haciéndolos remontar a las existencias anteriores? Respuesta – Ella los extiende, empero no los destruye. El parentesco, estando basado sobre los afectos anteriores, hace menos precarios los lazos que unen a los miembros de una familia. .Esa doctrina aumenta los deberes de la fraternidad, debido a que, entre los vecinos o entre los servidores, se puede encontrar un Espíritu que estuvo ligado a vosotros por los lazos consanguíneos. Iten 205, de “El Libro de los Espíritus.
  • 58. La desvinculación entre los que se aman con la necesidad de subsanar los engaños y errores del amor, asumen habitualmente el aspecto de dolorosa cirugía síquica. Por esta razón, la Divina Sabiduría concede a las Almas tiempo y condiciones renovadas en la preparación gradual de los acontecimientos. Esas desvinculaciones por vía de regla, se verifican con mucha constancia en la posición de padres e hijos, incluyéndose en ella los padres e hijos adoptivos, a la vez que, en el enternecimiento del hogar, todos los juegos de la ternura son colocados en la mesa de lo cotidiano, revestidos de encantamiento constructivo. En el fondo de la personalidad paterna o materna descansan los remanentes de grandes afectos, a veces desequilibrados y menos felices, traídos de otras estancias, y en los dominios de la reencarnación. La libido o instinto sexual en la manera de energía síquica, tendiente a la conservación de la vida, permanece en muchos casos, en la caricia de los padres, vestida de suave manto de cariño y belleza, empero el amor es aún en lo profundo del Espíritu, cual fuego de vida que se nutre del mismo leño, A la vez en los entes queridos que retornan a la estación de la esperanza doméstica, ese mismo afecto repunta insospechable y genuino, en cuanto metamorfoseado, en los juegos de la infancia. Por eso los pequeños recién venidos de la amnesia natural que la reencarnación les impone, no consiguen esconder las propias disposiciones en el campo de las preferencias. Y surgen en ellos, casi siempre las inclinaciones descontroladas, en los caprichos en que se muestran, exigiendo especial atención de padres o madres, para demostrar, de manera clara, para qué rumbo se dirigen los lazos más fuertes. Generalmente, con muchas excepciones, las hijas se aficionan a los padres y los hijos hacia las madres (complejo de Edipo) .quedando patentada la naturaleza de las
  • 59. ligazones sucedidas en existencias pasadas y prenunciando la obra de la desvinculación que se ejecutará inevitablemente, en el futuro próximo. Es obvio que no todos los hijos aparecen en el hogar categorizados en la cuenta de la desvinculación afectiva, por cuanto millones de Espíritus humanos toman la estructura física con el desempeño de misiones simples o complejas, valiéndose de la colaboración de los padres, en la calidad de amigos que de manera mutua se ayudan, en las fajas de la confianza y de la afinidad recíproca. Por lo tanto nos referimos, al hogar como pozo de desligamiento, porque en la tierra, las relaciones entre padres e hijos y consecuentemente, las relaciones de orden familiar constituyen clima ideal para la liberación de cuantos desmanes de orden sexual, ese reencuentro que persiste en condiciones mas íntimas y mas profundas hasta que los compañeros del pretérito, reencarnados en la posición de hijos, alcanzan la juventud en esa nueva existencia, eligiendo nuevos compañeros para su vida afectiva, ante la presencia o la supervisión de los padres o familiares no siempre satisfechos o tranquilos con la exigencias a que son obligados a asistir o aprobar por las fuerzas de las circunstancias. Padres que sufren en la entrega de las jóvenes que el hogar les confió, a los compañeros que las requieren o solicitan para el ministerio del matrimonio, casi siempre están renunciando a la compañía de antiguas afecciones que ellos mismos, en el pasado, mal condujeron, al paso que las madres experimentan análogo experiencia de dilaceración síquica, separándose de hijos que le recuerdan, inconcientemente los vínculos envolventes menos felices de tiempos que ya se fueran Es a través de las luchas y despedidas en familia con la creación de núcleos diferentes en la parentela por la transferencia habitual de los hijos sea las nueras y yernos o las tareas con diversas experiencias a las de ellos, los padres, siempre que respeten las necesidades y
  • 60. resoluciones de sus hijos, alcanzan la victoria sobre si mismos en el rumbo de la propia emancipación en la inmortalidad. Emmanuel Lo más generalizado es ver o sentir cómo aquel grupo constituido por los hijos, en la medida que crecen y se habilitan para llevar vida independiente, el hogar queda vacío, y los padres en adelante saborean una mixtura de sentimientos de satisfacciones y pesares, sentimientos que más luego se modifican con el cariño que en algunos casos les prodigan los nietos, que muy probable fueron sus hijos de otras vidas o por lo menos hicieron parte del árbol genealógico en el pretérito. Y de acuerdo en la manera que se haya construido el amor con los hijos, vendrán los estímulos, compensaciones, o contrariamente desencantos por las ingratitudes. ADVERSIDAD FAMILIAR. Los que reencarnan en una familla, sobre todo como parientes próximos, en la mayoría de las ocasiones son Espíritus simpáticos, ligados por anteriores relaciones, que se expresan por una afección reciproca en la vida terrena. Empero también puede suceder que esos Espíritus sean extraños entre si. Esos Espíritus apartados entre si por antipatías igualmente anteriores, que se traducen en la Tierra por mutuo antagonismo, que sirve de prueba. No son los de la consaguinidad los verdaderos lazos de familia, pero si los de la simpatía y de la comunión de ideas, los cuales prenden a los Espíritus, antes, durante y después de su encarnación. Del ítem 8, del Cap. XIV, del Evangelio Según El Espiritismo.
  • 61. Somos enfrentados en todos los ángulos de la familia humana, por los sucesos de la aversión innata. Padres e hijos, hermanos como otros familiares y parientes posiblemente se repelen, desde los primeros contactos. Ciertamente verificables son los fenómenos de la hostilidad, entre adultos y niños, traídos por el imperativo de la cuna y de la intimidad del día a día. Existen padres expresando antipatía por algunos o todos los hijos desde el momento en que estos les surgen. Y existen hijos que se manifiestan enemigos de los padres tan pronto como se sientan dueños de su personalidad, en los albores de la reencarnación. Arraigado en el laberinto de existencias menos felices, ciertamente el problema de las reacciones negativas, culpas remordimientos, inhibiciones, venganzas y tantos otros inconvenientes están presentes en el cuadro familiar, en que el odio acumulado está presente, que en estancias del pasado se exterioriza, por medio de manifestaciones catalogables en la patología de la mente. En esa base del raciocinio, determinada criatura habrá sufrido esa o aquella humillación de parte de los padres o tutores en que se desenvolvió ahogado propósito de esfuerzo, con lo que se intoxicó a sí mismo en el curso del tiempo, y ciertos padres habrán sentido inesperada animosidad por ese o aquel hijo recién nacido, alimentando presagios negativos, ahora sofocando tal sentimientos, con benéficas actitudes de convencimiento. Con frecuencia los noticieros registran infanticidios en los que Padres o Madre aniquilan los cuerpos de aquellos mismos Espíritus a los cuales favorecieron con la reencarnación en la tierra .Indudablemente, el tratamiento psicológico, buscando la cura mental y la sublimación de la personalidad, es el camino ideal para estos pacientes, Urge entender, por eso, que médicos y analistas humanitarios conseguirán efectuar prodigios de comprensión y de amor, librando a enfermos de esa naturaleza; por lo tanto, el estudio de la reencarnación es igualmente llamado a funcionar en las tareas de la obra de salvación.