El documento insta a la reflexión sobre las bendiciones de la vida y a no desear la muerte cuando uno se siente abrumado, ya que siempre hay alguien en una situación peor. Sugiere preguntarse si realmente se querría cambiar la propia situación por la de aquellos que carecen de lo mínimo para subsistir.

1. Señor,
Si un día estuviera
sofocado, preso, “harto de
la vida“...

2. ...con deseos de
desaparecer, de morir,
insatisfecho conmigo
mismo y con el mundo a mi
alrededor ;

3. Pregúntame, si quiero
cambiar la luz por las
tinieblas;

4. Pregúntame, si quiero cambiar la
mesa puesta, por los restos que
tantos buscan en la basura;

5. Pregúntame, si quiero
cambiar mis pies por una
silla de ruedas;

6. Pregúntame, si quiero
cambiar mi voz, por las
señas;

7. Pregúntame si quiero cambiar
el mundo de los sonidos por el
silencio de los que no oyen
nada;

8. Pregúntame, si quiero cambiar
el diario que leo y después
echo a la basura, por la
miseria de los que van a
buscarlo para hacerse con él
una manta;

9. Pregúntame, si quiero
cambiar mi salud, por las
enfermedades de tanta
gente;

10. Pregúntame, hasta cuándo
no reconoceré tus
bendiciones, para hacer de
mi vida un himno de
alabanza y gratitud y decir,
todos los días, desde el
fondo de mi corazón:

11. GRACIAS SEÑOR POR
ESTE NUEVO DÍA.