Un sistema de archivos distribuido (DFS) permite a los usuarios compartir archivos que están físicamente almacenados en diferentes máquinas de una red. Un DFS está compuesto de servidores, clientes y almacenamiento distribuido. El objetivo de un DFS es proporcionar transparencia de ubicación para que los usuarios accedan a los archivos remotos de forma similar a los archivos locales. El uso de cachés es una técnica clave para mejorar el rendimiento al reducir el tráfico de red y la E/S de disco.