Este documento define el amor de Dios y cómo difiere del amor humano. Explica que el amor de Dios es incondicional y se demuestra en que sacrificó a su hijo Jesucristo para salvar a la humanidad, aún cuando éramos pecadores. Mientras que el amor humano suele ser condicional y basado en emociones, el amor de Dios es eterno e inmutable.