Poncho y Pepa prefieren pasar el día jugando a las videoconsolas en lugar de jugar con sus amigos. Sus amigos tratan de convencerlos de que es más divertido jugar todos juntos, así que deciden demostrarlo jugando delante de ellos a la pelota. Al ver lo divertido que se lo pasan sus amigos jugando en grupo, Poncho y Pepa deciden unírseles. Al final todos juegan y se divierten juntos, aprendiendo que es mejor disfrutar de la amistad y el tiempo en persona que abusar de la tecnología.