El niño se despertó sin poder recordar su sueño de la noche anterior, a pesar de intentar volver a él cerrando los ojos con fuerza. Su mamá le explicó que aunque recuerde partes de sus sueños, no puede volver a ellos a menos que los imagine de nuevo. Inspirado, el niño comenzó a dibujar en su cuaderno lo que podía recordar de sus sueños para así poder mantenerlos vivos.