El Sodalicio de Vida Cristiana (SCV) es una institución católica aprobada por el Papa Juan Pablo II en 1997 como una sociedad de vida apostólica. Fue fundado en 1971 en Perú y está compuesto por laicos y sacerdotes. Su misión es propagar la espiritualidad sodálite entre personas e instituciones para ayudar a los más necesitados.