3. OBJETIVOS
Reconocer el significado de la espiritualidad desde un enfoque bíblico
y teológico, como fundamento de una praxis de la misión
evangelizadora y el encuentro con Cristo.
Identificar los elementos doctrinales sobre los que se sustenta la
espiritualidad misionera
Encontrar en palabra de Dios o doctrina y persona de Jesús el
mensaje vivo y salvífico que Dios nos revela eficazmente.
Descubrir el legado misionero que desde el bautismo hemos
adquirido y debemos promulgar con fidelidad al Espíritu Santo.
Vivir el ejercicio misionero en la oración y la caridad ara convertir las
comunidades cristianas en verdaderos signos del Evangelio.
4.
5.
6. CONTEXTO
DELTEMA
El camino de la vida espiritual es respuesta permanente
a un Dios presente, que ama y habla (revelación, alianza
o pacto de Amor). La respuesta es relación interpersonal
de donación; que se convierte en compromiso de toda la
persona y para toda la vida.
La espiritualidad consiste en la actitud relacional y
vivencial para con Dios y para con los hermanos, fruto de
una llamada que es don de Dios. La interiorización es un
medio que ayuda a revisar y profundizar convicciones y
decisiones: la acción externa es una consecuencia
práctica de estas actitudes.
7. OBJETIVOS
ESPECÍFICOS
Identificar los conceptos que se asignan al término
espiritualidad y cómo ésta se configura en relación a la
Trinidad
Explorar las dimensiones a partir de las cuales se
estructura el estudio de un tema teológico,
especialmente de la teología de la vida espiritual.
Asumir la espiritualidad cristiana como búsqueda de la
armonía que dimana del misterio de la encarnación.
Analizar los documentos eclesiales como propuestas
que direccionan la vocación universal de la misión.
8. 1.1 CONCEPTOS Y REALIDADES
FUNDAMENTALES DE LA VIDA
«ESPIRITUAL»
9. El hombre ha sido moldeado por Dios a partir
de la nada o del "barro". De las manos y del
corazón de Dios, salió el ser humano como
"imagen de Dios" (Gn 1,27). El "rostro" o ser
profundo del hombre refleja el "beso" de Dios.
El Señor le infundió su Espíritu para
transformar su ser de barro en expresión o
"gloria del mismo Dios que es amor y donación
(Gn 2,7).
10. Esta vida "espiritual" del hombre
quedó rota por el pecado original de
los primeros padres. Desde entonces,
es vida dura, de lucha o "ascética",
que intenta reordenar el ser del
hombre y recuperar su rostro
primitivo y su "unión" e intimidad
(mística) con Dios.
11. Este caminar de recuperación es ahora
elección y vida en Cristo. Por haber sido
«elegidos en Cristo" redimidos por su
sangre » y «sellados en el Espíritu Santo »,
ya podemos nuevamente hacer de la vida
una «expresión” o "alabanza de la gloria"
de Dios (Ef 1,3-14).
12. Vida "espiritual, es caminar en el
Espíritu» (Rom 8,4). (Vivir según» el
Espíritu» (Rom 8,9).” caminar en el
amor” (Ef 5,1), como Cristo nos amó
(Ef 5,2). El hombre, gracias al Espíritu
Santo comunicado por Dios, se
transforma en Cristo, para ser, con él,
expresión o esplendor» del Padre.
13. Esta vida plenamente humana enraíza en lo más
hondo del corazón, abarca la convivencia, el
trabajo y la historia, para dar a todas las cosas
una dinámica de autenticidad en el Espíritu por
Cristo, al Padre" (Ef 2,18; d. LG 4).
14. La vida de Jesús, participada por el creyente, es vida en
el Espíritu, vida “espiritual”. Engendrado en el seno de
María laVirgen por obra del Espíritu (Le 4,1.14.18). Esta
es la vida espiritual que Jesús ofrece a todo hombre que
busca la verdad como Nicodemo: un "nuevo nacimiento
por el agua y el Espíritu Santo (Jn 3,5). Es la oferta de
agua viva que Jesús hace a la samaritana (Jn 4,10)Y a
todos los hombres sin distinción (Jn 7,38-39).
15. La vida espiritual es, pues, camino de
perfección o de santidad del hombre en
toda su integridad. Se puede describir
como:
16. - Vida nueva en el Espíritu, que alienta en el
corazón del hombre, haciendo que Dios Amor
(Padre, Hijo y Espíritu Santo) habite en el como
en su propia casa solariega (Jn 14,17.23); que
ilumina al hombre acerca del misterio de Cristo
(Jn 16,13-15) y que le transforma en
transparencia y en testigo de Cristo (Jn 15,26-
27).
17. - Vida en Cristo (Jn 6, 56-57; Gál 2,20), a partir
de una llamada que se hace encuentro (Jn 1,35-
51), unión y relación personal (Mc 3,14),
seguimiento comunitario; imitación (Mt 11,29),
configuración (Jn 1,16; Rom 6,1-8)
18. - Vida en Dios (Rom 6,11) según los planes
salvíficos del Padre, cuya voluntad es hacer del
hombre su imagen, su hijo en el Hijo, como
participación del ser de Cristo, Hijo de Dios, y
conseguir que toda la creación y toda la
humanidad sea restaurada en la armonía Y en el
amor (Ef 1,3-14; Col 1 ,9-17)
19. De este modo, la vida espiritual aparece en sus
diferentes dimensiones: Trinitaria, Cristológica y
Pneumatológica. Se trata, en efecto, de vivir el
misterio de Cristo, bajo la acción del Espíritu
Santo, caminando hacia el Padre. Pero hay que
añadir otras dimensiones: eclesial,
antropológica, sociológica, histórica, etc.
20. Este camino de vida espiritual es camino de hermanos,
que forman una sola familia como comunidad de caridad
(“ecclesia”). Es camino de verdadera libertad (Gál 5, 13;
Jn 8,32), camino hacia el corazón del hombre, hacia la
realidad concreta, hacia las situaciones humanas
personales y comunitarias. Es, pues, camino de inserción
en la vida (inmanencia) para llegar a la plenitud de los
planes de Dios (trascendencia y esperanza). Así, pues, la
vida espiritual es:
21. Vida de Perfección o santidad del
hombre en toda su integridad: para
ordenar la vida según el amor; hacer de la
propia vida una “entrega de sí mismo a los
demás (GS 24), como expresión de la vida
divina que Cristo comunica a sus
creyentes.
22. Vida de comunión eclesial, como
«misterio” o sacramento (signo portador
de Cristo) pueblo de Dios (cuerpo de
Cristo, comunión de hermanos), esposa de
Cristo “sacramento universal de salvación”
(LG 48; AG 1), es decir, Iglesia misterio,
comunión y misión
23. Vida comprometida en construir la familia
humana en el mundo según los planes de
Dios amor: “hombres nuevos, creadores
de una nueva humanidad” (GS 30).
25. Al estudio de la vida espiritual se le han
dado diversos nombres: "espiritualidad"
“Ascética y mística” “teología espiritual",
“teología de la perfección”, "santidad
cristiana, etc. Es siempre el estudio sobre
la búsqueda de Dios que aflora en todo
corazón humano, y sobre el camino para
llegar a él.
26. La teología es siempre un intento de
penetrar respetuosamente los misterios
de la fe, en los que se hace patente el
misterio de Dios, del hombre y del mundo:
teología es una actitud de «la fe que busca
comprender», dentro de lo posible en, el
caminar histórico del hombre.
27. El estudio teológico de un tema cristiano (el
misterio de Cristo) y, concretamente el estudio
del camino de perfección puede realizarse según
diversas perspectivas o dimensiones que
también podrían llamarse funciones teológicas:
28.
29. La teología de la vida espiritual presenta la función
vivencial del misterio cristiano .En líneas generales cabe
decir que cualquier tratado de teología debe
transformarse en vivencia cristiana, como debe ser
también explicada y profundizada por las demás
perspectivas o dimensiones (científica kerigmatica,
litúrgica, pastoral).
30. Pero se reservan para la teología de la
espiritualidad algunos puntos más concretos y
específicos de la vida cristiana: la naturaleza y el
desarrollo de la perfección, el camino de la
oración, la vivencia de la propia vocación, etc.
Es, pues, la teología de la búsqueda, del
encuentro y de la experiencia de Dios: etapas,
dificultades, medios...
31. La teología de la perfección cristiana puede
considerarse como parte o, mejor continuación y
culminación de la teología moral: «Téngase
especial cuidado en perfeccionar la teología
moral, cuya exposición científica, nutrida con
mayor intensidad por la doctrina de la Sagrada
Escritura, deberá mostrar la excelencia de la
vocación de los fieles en Cristo y su obligación de
producir frutos de caridad para la vida del
mundo (OT 16).
32. Ambas partes de la teología (moral y
espiritualidad) tienden a describir la perfección o
santidad cristiana, pero la espiritualidad centra
su atención y su metodología en la experiencia o
vivencia, el desarrollo o dinamismo, etapas, etc.
Sus fuentes inspiradoras son: la Palabra de Dios
(Escritura enseñada y celebrada por la Iglesia) y
la experiencia de los santos.
33. AsÍ, pues,la teología
de la espiritualidad
puededefinirse como
estudio de la
perfeccióncristiana en
suaspectovivencial:
34. Las líneas del estudio de la teología espiritual
deberán conjugar armónicamente tanto el factor
vivencia» como el factor «perfección cristiana »,
Se trata, en el fondo, de una antropología
cristiana, que presenta al ser humano en toda su
integridad psicológica y sociológica y en su
apertura a la acción divina (naturaleza y gracia):
Vida en el Espíritu, vida en Cristo vida en Dios;
vida de santidad, vida de comunión eclesial y
vida comprometida en la historia y en la
sociedad.
35. El verdadero estudio del misterio de Cristo es, de
hecho una actitud vivencial. Este fue el inicio de
la «teología » cristiana en las escuelas
patrísticas: «Ninguno puede percibir el
significado del Evangelio (de Juan) si antes no ha
posado la cabeza sobre el pecho de Jesús y no ha
recibido de Jesús a María como Madre
(Orígenes; Cf. RM 23, nota 47).
38. En el momento histórico actual entre dos milenios, se
notan dos tendencias extremas. Por una parte, se tiende
a hacer del hombre y de las realidades terrestres un valor
absoluto (antropología radical, desacralización: GS 7).
Por otra parte, se acentúa la experiencia espiritual en
cuanto experiencia fenomenológica (experiencias de
interiorización y de fenómenos extraordinarios). En
ambos casos, el hombre se constituye en dueño y señor,
sea excluyendo a Dios, sea haciendo de Dios una cosa
útil... Entonces se pierde el sentido de don y de
gratuidad y se Corre el riesgo de perder también el
misterio del hombre, el cual “vale más por lo que es que
por lo que tiene” (GS 35).
39. Las tendencias ideológicas y vivenciales actuales
se convierten, a veces, en tensión entre diversos
datos de la vida espiritual, todos ellos válidos y
que deben armonizarse:
¿Servicio o consagración?
¿Inmanencia (“encarnación”) o trascendencia
("ascensión»)?
¿Acción o vida interior?
¿Institución o carisma?
40. Muchas discusiones sobre el ateísmo y
sobre la acción humana como eficacia
inmediata son ya caducas, por carecer de
base cultural sólida. El hombre de hoy se
plantea los temas espirituales y religiosos
con más autenticidad. Sin el enfoque
vivencial hacia Dios, la existencia del
hombre no tendría sentido y se convertiría
en un absurdo.
41. “Paradójicamente, el mundo, que a pesar de los
innumerables signos de rechazo de Dios, lo
busca sin embargo por caminos insospechados y
siente dolorosamente su necesidad, el mundo
exige a los evangelizadores que le hablen de un
Dios a quien ellos mismos conocen y tratan
familiarmente, como si estuvieran viendo al
invisible... Sin esta marca de santidad, nuestra
palabra difícilmente abrirá brecha en el corazón
de los hombres de este tiempo; corre el riesgo
de hacerse vana e infecunda” (EN 75).
42. La armonía entre las tensiones actuales;
así como la respuesta al deseo de
autenticidad, debe buscarse a la luz de
Cristo resucitado presente en la vida y en
la historia humana (GS 22, 32, 39, 45).
Cristo salva todos los valores auténticos y
los armoniza en la unidad.
43.
44. Dimensión bíblica
e
histórico-salvífica:
La humanidad camina en una historia de
salvación, donde Dios se hace presente como
“consorte”, fiel al pacto o “testamento” de amor
(“Yavé”), manifestando sus planes de salvación
por medio de su palabra. El sentido de la historia
se recupera en esta marcha de peregrinación,
para construir la humanidad el modelo de una
“ciudad” (la nueva Jerusalén) donde sólo reine el
amor.
46. Dimensión
eclesial,
escatológica y
misionera:
La vida cristiana se expresa y desarrolla bajo los
signos de la presencia de Cristo resucitado
(Iglesia misterio o sacramento) , a modo de
familia de hermanos (Iglesia comunión, cuerpo
de Cristo, pueblo), que deben ser fieles a Cristo
(Iglesia esposa) para comunicar a todos los
hombres el mensaje evangélico de las
bienaventuranzas, del "Padre nuestro" y del
mandato del amor (Iglesia misión) hasta llegar a
la restauración final en Cristo resucitado (Iglesia
peregrina y escatológica); la Iglesia se va
haciendo cada vez más, como María, “la mujer
vestida de sol transformada en Jesús (Apoc 12,1)
47. Dimensión
Litúrgica:
La vida espiritual es participación del misterio
Pascual de Cristo, presente bajo signos
sacramentales, donde se anuncia, celebra y
comunica a toda la comunidad (“ecclesia”) que
quiere vivir en comunión y caridad (“koinonía”,
“ágape”), haciendo de la vida un camino de
Pascua por medio de la Eucaristía, sacramentos,
año litúrgico, etc.). La comunidad eclesial, "con
María la Madre de Jesús” (Act 1,14) figura de la
Iglesia, escucha la palabra, ora, ama, se ofrece
en donación, vive en fraternidad; recibe nuevas
gracias del Espíritu y evangeliza.
48. Dimensión
antropológica:
se busca la perfección integral del hombre
en todos sus aspectos (en sí mismo, en
relación a los demás y al cosmos), en todas
las situaciones y circunstancias históricas y
sociales, de suerte que el ser humano se
pueda desarrollar como donación o
"entrega de sí mismo a los demás” (GS 24;
cf. DEV 59), especialmente en el trabajo, la
convivencia y la vida de familia.
50. Acentuar excesivamente la tensión entre la vida
interior y la acción externa o compromiso
apostólico, es presentar un dilema mal
planteado: o vida interior o acción. La
espiritualidad no consiste propiamente ni en la
interiorización ni en la acción, sino en la actitud
relacional y vivencial para con Dios y para con los
hermanos, fruto de una llamada que es don de
Dios. La interiorización es un medio que ayuda a
revisar y profundizar convicciones y decisiones:
la acción externa es una consecuencia práctica
de estas actitudes.
51. Si no existiera la actitud relacional para con Dios,
el proceso de interiorización no pasaría de ser un
ejercicio psicológico, con cierto valor de
sanación y de equilibrio, y al mismo tiempo, con
cierto riesgo de subjetivismo y alienación. Del
mismo modo, una acción externa carecería de
valor de donación y de verdadero compromiso,
si no tuviera la actitud relacional de respeto y
aprecio de la persona del hermano.
52. La vida espiritual es, pues, intercambio a
partir de una iniciativa y don de Dios. La
apertura relacional y vivencial hacia ese
don que es gracia, se convierte en
intercambio: "Si alguno me ama..., yo le
amaré y me manifestaré a él..., guardará
mi palabra, mi Padre le amará, y
vendremos a él y haremos en él nuestra
morada” (Jn 14,21-23).
53. Laespiritualidadsedefine,
pues,por“actitudes
interiores”(EN74),como
respuestaaundondeDios
quehaceposiblelaactitud
relacionalenelhombre:
Actitud de relación familiar (Padre, Hijo y Espíritu
Santo), presente en el corazón humano que se abre al
amor (inhabitación de laTrinidad).
- Actitud filial de confianza y de unidad de voluntad y
de vida con Dios ("Padre nuestro”, oración
contemplativa).
- Actitud de reaccionar amando en las circunstancias
de la vida, transformándolas en nuevas posibilidades
de donación (“bienaventuranzas”).
- Actitud de pensar, sentir y amar comoCristo,
configurándose con él (fe, esperanza. Caridad
bautismo).
Actitud de amistad con Cristo que lleva a amar a los
hermanos como él les ama (mandato del amor,
presencia de Cristo resucitado en el mundo y en su
Iglesia).
55. El dinamismo de la vocación no puede consistir
sólo en la adquisición de unas cualidades
(idoneidad), sino que, de modo especial, se basa
en una respuesta al don de Dios y en el
seguimiento de Cristo que hace a la persona
profundamente relacionada.
56. El camino de la vida espiritual es respuesta
permanente a un Dios presente, que ama y
habla (revelación, alianza o pacto de Amor). La
respuesta es relación interpersonal de donación;
que se convierte en compromiso de toda la
persona y para toda la vida.
57. Se responde
mejor a las
situaciones
humanas
actuales:
Tendencia a tomar conciencia, tener experiencia de la realidad
integral del hombre y de las cosas.
Sentido de historia, a partir de acontecimientos que invitan al
hombre a un dinamismo de construcción de la humanidad en el
amor o donación.
Sentido de «comunión » fraterna y de compromiso en la sociedad,
para orientarla según la verdad, el amor, la solidaridad, la libertad,
la igualdad, la justicia y la paz.
Esta teología de la espiritualidad, más relacional y comprometida,
tiene como punto de partida la palabra de Dios, abarca todo el
camino de la vida espiritual, tiene las características de comunión
eclesial, desarrolla la personalidad humana en toda su integridad y
se inserta en la realidad sociológica e histórica. La espiritualidad se
hace, pues, camino hacia la realidad completa: Dios, el hombre, el
mundo.
61. Si hablamos de «espiritualidad misionera» no es
para introducir una nueva espiritualidad. De
hecho, algunos autores prefieren hablar de una
sola espiritualidad, la cristiana, con referencia a
matices especiales (sacerdotal, religiosa, laical,
etc.)
62. A nosotros nos basta con remitimos a la
necesidad de vivir la misión, puesto que la
espiritualidad misionera vendría a ser la
«teología espiritual» a la luz de la misión
cristiana. Se trata, pues, de estudiar cuál es la
espiritualidad que corresponde a este aspecto
cristiano de la misión y, concretando algo más,
cuál es la espiritualidad que corresponde al
carisma de la vocación misionera y a la acción
misionera de cualquier cristiano según la propia
vocación eclesial.
63. Podríamos, pues, definir la espiritualidad
misionera provisionalmente (sin querer hacer
abstracciones), como la vivencia de la misión
recibida de Cristo, es decir, la espiritualidad que
deriva de la misión cristiana. El Espíritu Santo
infunde en cada uno de los «enviados» el mismo
espíritu misionero que anima a Cristo como
enviado.
65. Todo cuanto suene a cristiano tiene unas
perspectivas universales. La palabra de
Dios o revelación, la realidad de Jesús
Salvador, el don de la fe, el bautismo, la
naturaleza de la Iglesia, el desarrollo de la
perfección y cualquier tema de vida
cristiana se refieren siempre a toda la
humanidad. El hecho de ser cristiano o la
misma vocación cristiana es misión
universal.
66. 2 .1.1 La
revelación
Cristiana o
Palabra de
Dios para
todos los
hombres.
El Antiguo y Nuevo testamento tiene esta
perspectiva de universalidad aunque los
destinatarios inmediatos de la Palabra sean unos
hombres concretos o una comunidad reducida,
que por ello mismo quedan “comisionados” para
comunicar a otros los planes salvíficos de Dios.
Por esto el Vaticano II presenta como uno de sus
objetivos "proponer la doctrina auténtica sobre
la revelación y su transmisión, para que todo el
mundo lo escuche y crea, creyendo espere,
esperando ame.
67. 2.1.2 Jesús,
Salvador
universal.
Todo hombre ha sido creado para ser “imagen” de Dios, su
«gloria» o «Epifania».
Dios es Salvador de todos los hombres" (1 Tim 4,10). En Jesús, Hijo
de Dios, “se ha manifestado la gracia salvífica de Dios para todos
los hombres» (Tito 2,11; cf. 3,4)
Jesús es Salvador de todos los hombres (Mt 1,21), pertenece a
todos, es hermano y responsable de la historia de cada uno de los
hombres y Cabeza de la humanidad entera.
Jesús se presenta como enviado para salvar a los hombres (Jn
3,17), acercándose a todos los que sufren (Mt 8,17), llamando a
todos (Mt 11,28), derramando su sangre por todos (Mt 26,28). Su
«sed » (Jn 19,28) es la del Buen Pastor que sé apiada de todos (Mc
6,34).
esús ha muerto por todos (2 Cor 5,15): De ahí que los Apóstoles
presenten siempre a Jesús como centro de la creación y de la
historia (Jn 1,3; Col 1,16s; Heb 13,8).
68. 2.1.3
EI don de la fe.
Quien ha recibido el don de la fe, si quiere vivirlo con
todas sus consecuencias, sentirá la necesidad
imperiosa de hacerse instrumento para que otros lo
reciban.
Por fe el hombre se entrega entera y libremente a Dios,
le ofrece el homenaje total de su entendimiento y
voluntad, asintiendo libremente a lo que Dios revela.
a fe cristiana incluye la aceptación vital de esta
realidad: Cristo resucitado Hijo de Dios y redentor, que
vive entre nosotros (Mt 28,20; Ap 1,18) y empuja toda
la creación y toda la historia hacia una restauración
final y un encuentro con Dios trino, cuando “Dios será
todo en todos” (1 Cor 15,28).
69. 2.1.4
Repercusión
misionera de
todo lo
cristiano,
especialmente
del Bautismo y
Eucaristía.
Además de ser un' mandato del Señor (Mt 28,19), el bautismo
entraña en sí mismo unas derivaciones universales: “Los fieles,
incorporados a la Iglesia por el Bautismo, quedan destinados por el
carácter al culto de la religión cristiana y regenerados, como hijos
de Dios, están obligados a confesar delante de los hombres la fe
que recibieron de Dios mediante la Iglesia”
"Por el sacramento de la confirmación se vinculan más
estrechamente a la Iglesia, se enriquecen con una fuerza especial
del Espíritu Santo, y con ella quedan obligados más
estrechamente a difundir y defender la fe, como verdaderos
testigos de Cristo, por la palabra y por las obras»
Si todo dato cristiano tiene derivaciones misioneras, esto hay que
afirmarlo principalmente del sacrificio eucarístico, "fuente y
cumbre de toda la vida cristiana” (28). Jesús quiere dejar a su
Iglesia una presencialización y prolongación de su sacrificio
redentor, que es en beneficio de toda la humanidad (Mt26 ,28). Es
el sacrificio profetizado por Malaquías como sacrificio de
dimensiones universales (Mal 1,11).
70. 2.1.5
Naturaleza
misionera de la
Iglesia.
«la Iglesia entera es misionera, la obra de evangelización es un
deber fundamental del Pueblo de Dios”
La Iglesia es “el signo levantado ante las naciones” (33), no en el
sentido dé triunfo o de ostentación, sino en el sentido de una
responsabilidad universal en la evangelización. La naturaleza de la
Iglesia es la de congregar a todos los hijos de Dios dispersos (Jn 11,
52) y hacer que toda la humanidad sea un solo rebaño y tenga un
solo pastor (Jn 10,16).
La Iglesia es consciente que la salvación deCristo llega a todos los
hombres, pero siempre es por ministerio de la Iglesia, aunque no
necesariamente siempre por las formas visibles y constatables.
71. 2.1.6 La vida
cristiana según
el Espíritu.
Vida espiritual es fidelidad al Espíritu Santo. No
es, pues, necesariamente un proceso de sola
interioridad psicológica.
El Espíritu Santo provee a toda la Iglesia de
diversos dones jerárquicos y carismáticos...
infundiendo en el corazón de los fieles el
mismo espíritu de misión que impulso a Cristo:
No hay fidelidad al Espíritu sin fidelidad a su
misión
73. 2.2.1
Espiritualidad
yApostolado.
El crecimiento en la vida espiritual o configuración con Cristo va a
la par con la “propagación del reino de Cristo en toda la tierra.
Sin la vida espiritual del Apóstol, la acción apostólica deja muchas
veces de ser tal y se convierte en un trabajo parecido a la
propagación de cualquier ideología o al proselitismo de cualquier
sistema.
En este sentido se ha llegado a hablar de la oración como alma de
todo apostolado, en cuanto que alimenta la caridad y en ésta
propiamente encontramos el "alma” y razón de ser de la acción
apostólica.
La caridad del apóstol hace que tanto la “vida interior” como la
"acción externa” nazcan del encuentro y entrega a Cristo. Sin
relación vital con Él, la "vida interior” será espiritualismo y la
“acción externa” sería mera acción humana o “herejía de la
acción”.
74. 2.2.2
Espiritualidad
del misionero
Dedicación al primer anuncio del Evangelio
Implantar los signos permanentes de
evangelización eclesial
Hacer que todo sector humano sea
verdaderamente Iglesia sacramento.
75. 2.2.3
Situaciones
especiales hoy
La tendencia actual a relacionar evangelización y cultura exige del
misionero una actitud de saber descubrir las huellas de Cristo en
cada pueblo (y en cada religión), en cada persona; en cada
acontecimiento.
Sólo un gran espíritu de contemplación hará vibrar hoy al
misionero para llevar a todos hacia la plenitud en Cristo. No le
basta saber que los paganos ya tienen la gracia suficiente de Cristo
para salvarse.
Hay una inestabilidad en la acción misionera actual, debido a las
circunstancias de cambio y de maduración de las Iglesias
particulares y comunidades locales. El misionero, hoy más que
nunca, tiene la impresión de que está de paso y para poco tiempo.
Pero la situación actual debe invitar a una mayor generosidad que
florezca en nuevas iniciativas para abrir nuevas rutas a la
evangelización. La primera evangelización todavía tiene mucho
campo por estrenar.
77. 2.3.1.Un
hecho actual:
Repercusión
universal de la
espiritualidad
Tanto en países tradicionalmente cristianos como en
aquellos de mayoría pagana, la espiritualidad cristiana y
pagana se encuentra y cuestionan mutuamente.
La sensibilidad religiosa actual se va centrando más en el
campo de la oración y de las experiencias de interioridad.
Esto ocurre tanto a nivel cristiano como a nivel pagano.
Por otra parte, la revalorización de las religiones no
cristianas ha tenido lugar principalmente a partir de un
redescubrimiento de sus experiencias y sus valores
espirituales
78. Esto ha dado lugar a un fenómeno de “osmosis” en el
que los espirituales de cada religión buscan en campos
ajenos o en otras religiones la confirmación y el
complemento a sus propias experiencias. Así, por
ejemplo, toda persona no cristiana que tenga alguna
experiencia de la vida de oración, lee con agrado los
libros de Santa Teresa de Ávila o de San Juan de la Cruz,
sin plantearse directamente la verdad o la preeminencia
del cristianismo. De modo parecido, muchos autores
cristianos profundizan en el tesoro de la tradición
espiritual no cristiana y no encuentran inconveniente en
citar y usar textos de verdadero valor de encuentro con
Dios
79. Si este fenómeno puede dar como resultado un
mayor -ecumenismo- y un intercambio
enriquecedor, podría también producir un
sincretismo místico o espiritual más en un plano
de encuentro verdadero y explícito con Cristo. El
misionero de hoy debe conocer las tradiciones
espirituales de fuera y de dentro del
cristianismo, saber valorarlas, tener experiencia
propia de estos caminos del espíritu y, más
concretamente, saber presentar lo que es
específico del cristianismo.
80. 2.3.2 Lo
específico de la
Espiritualidad
cristiana
Los caminos de purificación, de unidad de vida
hacia una integridad y un encuentro con Dios
personal, son también parecidos en todas las
religiones. Al menos los autores espirituales de
cada una de ellas muestran una semejanza
incluso en cuanto a la terminología (purificación,
iluminación, unión)
81. Al entrar en el tema de la oración, nos
encontramos con casi la misma dificultad.
Normalmente, en este campo, se explican los
procesos de interioridad y métodos para
alcanzarla. Es verdad que estos procesos y
métodos dependen muchas veces de una
ideología religiosa pero, en el fondo, no son más
que medios parecidos y similares para llegar a
cierta paz y quietud en la que según las diversas
denominaciones se dará o no un papel
preponderante a la acción divina.
82. De ahí́ la importancia de presentar la espiritualidad
cristiana no en la rica experiencia de reflexiones,
métodos y medios, sino en su misma entraña, es
decir, como un encuentro y actitud filial con un Dios
Amor y Trino que nos ha enviado a su Hijo. La vida
espiritual cristiana no se distingue de la vida
espiritual de los no cristianos por las diferentes
técnicas ascéticas o de interioridad (que son a modo
de "arte » o de medios de expresión, adquisición,
etc.), sino que sobresale por una vida teologal (fe,
esperanza, caridad) como expresión de los misterios
cristianos de la trinidad, encarnación, redención,
resurrección, gracia, etc.
83. 2.3.3
Comunidades
Cristianas de
oración y
caridad
Las comunidades cristianas son tales en la medida en que sean
Comunidades de oración y caridad.
El contacto con un apóstol o con una comunidad cristiana debe ser
un encuentro con el Dios Amor que se ha manifestado allí por
medio de Jesús resucitado.
Los no cristianos tienen ya una experiencia rica de la oración y de
la unión con Dios y necesitan que se les presente algo original que
no puede provenir de mejores métodos o de mejores
explicaciones teóricas, sino del mismo misterio de Cristo asimilado
por el apóstol.
84. La garantía de que esta espiritualidad es algo más que
una de tantas experiencias podría resumirse en estas
líneas:
1) visión integral de la historia y de la realidad humana
a la luz del misterio de Cristo;
2) profundización de la palabra revelada para iluminar
la realidad o problema del hombre concreto;
3) práctica del diálogo con un Dios que es Amor y que
nos ha dado a su Hijo Jesús, ahora resucitado y
presente entre nosotros;
4)una comunidad que, formada en estos principios
espirituales, se compromete más que nadie en la línea
de dar la vida como el Buen Pastor (mandamiento del
amor}.
85. 2.3.4 La
espiritualidad
como
evangelización
Evangelizar quiere decir en líneas generales y sin entrar
detalladamente en el tema, presentar el Evangelio, Ahora bien el
Evangelio no puede ser presentado al hombre de hoy con simples
explicaciones teóricas o con sólo argumentos apologéticos.
Se buscan experiencias de Dios, experiencias de interioridad y de
oración; vivencia del gozo y de la alegría... de la respuesta no
puede ser sólo doctrinal, sino que la doctrina debe ir acompañada
de la experiencia o de la vida cristiana íntimamente vivida. Vivir la
espiritualidad cristiana es disponerse a responder a las
necesidades actuales de la evangelización.
86. La Espiritualidad
evangelizadora
exige:
Experiencia de Dios que es Amor
Experiencia del diálogo con Dios por una
oración que sea más actitud filial que método o
ejercicio psicológico
Experiencia de alegría y esperanza
- Experiencia de «Bienaventuranza