Las fuentes de energía se clasifican como renovables o no renovables; las renovables como la energía solar o eólica provienen de recursos naturales teóricamente inagotables o que se pueden regenerar, mientras que las no renovables como el petróleo y el carbón existen en cantidades limitadas. El documento también recomienda ahorrar energía mediante el uso de lámparas de bajo consumo, electrodomésticos eficientes y optar por medios de transporte sin combustibles fósiles cuando sea posible para ayudar a proteger el planeta