La súplica pide a Jesús que hable al corazón de las personas a las que se les ha dado para enamorarlos de su persona y cautivarlos con su amor. Pide que Jesús les muestre quién es realmente y les revele el tesoro escondido de su bondad y amor para que puedan amarlo una vez lo conozcan. Finalmente, pide evangelizar al mundo sobre las riquezas insondables de su amor.