El sector textil contribuye significativamente al deterioro medioambiental, generando aguas residuales contaminadas, consumiendo grandes cantidades de agua y energía, y produciendo residuos sólidos y emisiones atmosféricas. A medida que los consumidores se vuelven más conscientes de la sostenibilidad, buscan información sobre la composición y origen de las prendas que usan, pero la conciencia ambiental es aún limitada en países como Argentina. La industria enfrenta desafíos relacionados con el uso de químicos nocivos y el impacto ambiental a lo largo de todo el ciclo de vida de los productos textiles.