El documento discute cómo el derecho depende principalmente de la creación, almacenamiento y comunicación de información a través de documentos escritos. Explica que las tecnologías de la información permiten que el derecho se adapte más rápidamente a los cambios al facilitar el acceso y el intercambio de recursos doctrinales como monografías, manuales y artículos de revista. También permite localizar artículos y materiales bibliográficos relacionados con la doctrina jurídica.