Este documento describe la humildad como el reconocimiento de que todo es un don de Dios y que el ser humano solo tiene la nada y el pecado. La humildad implica no aspirar a la grandeza personal sino a servir a los demás con amor. Los humildes ven las cosas como son y tienen una visión más correcta de la realidad. La forma más perfecta de humildad es aceptar los menosprecios por amor a Dios. La humildad es contra corriente pero conduce al Reino de Dios.