Los templos antiguos eran importantes centros religiosos y culturales en las civilizaciones del pasado. Construcciones impresionantes, los templos servían para adorar a las deidades y realizar rituales sagrados. Además de su función religiosa, los templos antiguos a menudo albergaban obras de arte, tesoros y conocimientos que ayudaban a definir la identidad de las sociedades que los construyeron.