El Teru teru bōzu es un amuleto tradicional japonés en forma de muñeco que los niños cuelgan para evitar la lluvia y atraer el buen tiempo, especialmente antes de eventos importantes. Se originó a partir de un talismán chino llamado Saochinnyan que llegó a Japón durante el período Edo, y con el tiempo los niños lo modificaron y le dieron la forma de un monje budista rapado, llamándolo "Teru teru bōzu". Hoy en día, los niños siguen haciendo y colgando est
2. El Teru teru bōzu es un amuleto japonés que tradicionalmente se cuelga
para detener la lluvia y atraer el buen tiempo. Es muy popular entre los
niños, ya que acostumbran a colocarlos en las ventanas para pedir que no
llueva al otro día, especialmente cuando se acerca un evento importante.
Erwin Miyasaka
3. Estos simpáticos amuletos contra el mal tiempo se empezaron a popularizar en
Japón durante el periodo Edo, cuando los niños comenzaron a confeccionarlos
usando paños o papel para luego colgarlos en algún lugar alto y así evitar que
llueva en los días especiales.
Erwin Miyasaka
4. Lo que inspiró la creación del Teru Teru Bōzu fue un viejo amuleto que llegó de
china más o menos por aquellas épocas llamado Saochinnyan. Se trataba de
un talismán de papel con la forma de una niña que sostenía una escoba. En China
se tenía la costumbre de colgar ese talismán para “barrer el mal tiempo” y atraer
los días soleados.
Erwin Miyasaka
5. Cuando ese talismán chino llegó a Japón en el periodo Edo, la gente, y
principalmente los niños, fueron modificándolo y dándole la forma de un muñeco
con cabeza redonda. Esa cabeza redonda y rapada les recordaba a los monjes
budistas, así que este amuleto se ganó el nombre de “Teru teru bōzu“, lo que
significa “El Monje que brilla“.
Erwin Miyasaka
6. En la actualidad, los niños siguen haciendo estos amuletos cuando no quieren que
llueva. Cuando se acerca una excursión, una salida familiar o un evento escolar
importante suelen colgar uno o varios amuletos de estos en sus casas o en las mismas
escuelas para pedir que ese día en particular haga buen tiempo.
Erwin Miyasaka