La película Presunto Culpable refleja las situaciones reales de la justicia penal en México, donde el sistema se preocupa más por la corrupción que por impartir justicia. La historia sigue a Toño, quien es acusado de asesinato por un testigo, y es condenado dos veces a pesar de las irregularidades en su caso. Después de dos años en prisión, sus abogados logran llevar el caso a los magistrados y Toño es liberado, mostrando la podredumbre en los juzgados mexicanos.