El documento habla sobre un campesino que le pidió a Dios control sobre el clima para mejorar sus cosechas. Aunque al principio todo iba bien, la cosecha final fue un fracaso. Dios le explicó que faltaron tormentas, las cuales son necesarias para limpiar y purificar las siembras. De igual forma, las tormentas en la vida son necesarias para madurar a las personas y hacerlas comprender qué es realmente importante. No se trata de huir de las tormentas sino de tener fe en que pasarán.