La ciudad medieval tenía murallas para protección, barrios dentro de sus calles y plazas para el mercado y los acontecimientos. La población evolucionó entre 435-1400 d.C., creciendo inicialmente pero disminuyendo luego por enfermedades como la peste bubónica, transmitida por pulgas de ratas que pasaron a otros continentes. En la Edad Media, los campesinos no eran libres sino siervos de los señores feudales, y la sociedad se organizaba alrededor del sistema feudal.