Este documento propone tres elementos fundamentales para renovar la vida diocesana y la misión evangelizadora: las personas, las estructuras y los métodos. Señala que es necesario un cambio en las actitudes y prácticas de las personas, optimizar el uso de las redes sociales, y acercarse a las realidades más dolorosas convocando nuevamente a las comunidades desde las parroquias. Concluye orando para que el Espíritu Santo renueve los corazones y la faz de la tierra.