Una fotocopiadora utiliza un cilindro fotoconductor cargado eléctricamente para crear una imagen latente del documento original mediante la exposición a la luz. Luego, el tóner se adhiere selectivamente a la imagen latente y se transfiere al papel, donde se fija mediante calor para producir la copia. Este proceso de carga, exposición, revelado, transferencia y fusión se repite para cada copia.