A lo largo de la historia, las civilizaciones antiguas como los egipcios, chinos y griegos desarrollaron diversos métodos para almacenar, distribuir y purificar el agua, como el uso de pozos, árboles huecos y embalses de aireación. Los romanos fueron pioneros en la construcción de complejas redes de acueductos para llevar agua subterránea, de lluvia y de escorrentía a las ciudades. Durante la Edad Media, la falta de sistemas de tratamiento de aguas residuales