Trabajar en un espacio confinado es más común de lo que pensamos, ya que en la vida cotidiana nos encontramos múltiples ejemplos como son una caldera, una chimenea, la cabina o el espacio de carga de un camión, el interior de un remolque cisterna, un granero, un silo de almacenaje, un depósito de fermentación de vino e incluso una zanja o un túnel.