Este documento discute cómo la oscuridad puede ser disipada por la justicia y la luz de Dios. Señala que cerrar el corazón a Dios ahuyenta la justicia y atrae el desorden, mientras que abrazar la justicia y a Dios trae respuestas y sanidad. Finalmente, insta a los lectores a levantar el nombre de Jesús para que Su luz no tenga límites.