En un pueblo de 100 personas que representa proporcionalmente a la población mundial, 57 serían asiáticos, 21 europeos y 14 de las Américas. Solo 6 controlarían el 59% de la riqueza total y la mayoría no tendría acceso a vivienda, educación o alfabetismo adecuados. Además, solo una minoría gozaría de libertad religiosa, democracia o estaría entre los más ricos del mundo en términos de dinero y posesiones.