La ciudad de Rosario está llena de formas no convencionales de arte y comunicación a través de elementos no humanos como hormigas, graffitis, estatuas, árboles y semáforos que cuentan historias y guían a la gente. Estos elementos no humanos tienen vida propia y están en constante contacto con los residentes de la ciudad, ofreciendo una nueva forma de que la ciudad se comunique y de que sus residentes se comuniquen también.