El documento presenta definiciones de varios valores como la puntualidad, la responsabilidad, la solidaridad, la cooperación, la austeridad, la libertad, el perdón, la lealtad, y la obediencia. Describe cada valor y su significado, orígenes etimológicos, y ejemplos de su aplicación.
1. Valores
La génesis del valor humano se desprende del vocablo latín aestimable que le da
significación etimológica al término primeramente sin significación filosófica. Pero con
el proceso de generalización del pensamiento humano, que tiene lugar en los
principales países de Europa, adquiere su interpretación filosófica. Aunque es solo en
el siglo XX cuando comienza a utilizarse el término axiología (del griego axia, valor y
logos, estudio).
2. Puntualidad
El valor que se construye por el esfuerzo de estar a tiempo en el lugar adecuado.
El valor de la puntualidad es la disciplina de estar a tiempo para cumplir nuestras obligaciones: una cita del trabajo, una reunión de amigos, un
compromiso de la oficina, un trabajo pendiente por entregar.
El valor de la puntualidad es necesario para dotar a nuestra personalidad de carácter, orden y eficacia, pues al vivir este valor en plenitud
estamos en condiciones de realizar más actividades, desempeñar mejor nuestro trabajo, ser merecedores de confianza.
Muchas veces la impuntualidad nace del interés que despierta en nosotros una actividad, por ejemplo, es más atractivo para un joven charlar con
los amigos que llegar a tiempo a las clases; para otros es preferible hacer una larga sobremesa y retrasar la llegada a la oficina. El resultado de
vivir de acuerdo a nuestros gustos, es la pérdida de formalidad en nuestro actuar y poco a poco se reafirma el vicio de llegar tarde.
3. Responsabilidad
Sin embargo plantearse qué es la responsabilidad no es algo tan sencillo. Un elemento indispensable
dentro de la responsabilidad es el cumplir un deber. La responsabilidad es una obligación, ya sea moral o
incluso legal de cumplir con lo que se ha comprometido.
La responsabilidad tiene un efecto directo en otro concepto fundamental: la confianza. Confiamos en
aquellas personas que son responsables. Ponemos nuestra fe y lealtad en aquellos que de manera estable
cumplen lo que han prometido.
4. Solidaridad
La palabra solidaridad proviene del sustantivo latín soliditas, que expresa la realidad homogénea de algo
físicamente entero, unido, compacto, cuyas partes integrantes son de igual naturaleza.
La teología cristiana adoptó por primera vez el término solidaritas, aplicado a la comunidad de todos los
hombres, iguales todos por ser hijos de Dios, y vinculados estrechamente en sociedad. Entendemos, por
tanto, que el concepto de solidaridad, para la teología, está estrechamente vinculado con el de fraternidad
de todos los hombres; una fraternidad que les impulsa buscar el bien de todas las personas, por el hecho
mismo de que todos son iguales en dignidad gracias a la realidad de la filiación divina.
5. Cooperación
La Cooperación Internacional es la relación que se establece entre dos o más países,
organismos u organizaciones de la sociedad civil, con el objetivo de alcanzar metas de
desarrollo consensuadas. También se refiere a todas las acciones y actividades que se
realizan entre naciones u organizaciones de la sociedad civil tendientes a contribuir con
el proceso de desarrollo de las sociedades de países en vías de desarrollo. De esta
manera, la cooperación puede darse en diferentes niveles, direcciones y formas, dando
origen a la Cooperación Sur-Sur, la Cooperación Triangular, y la Cooperación para el
Desarrollo Nacional.
6. Austeridad
Hasta el latín tendríamos que retrotraernos para poder encontrar el origen etimológico
de la palabra austeridad. En concreto, tenemos que decir que es fruto de la suma de dos
componentes de dicha lengua: el adjetivo “austerus”, que es sinónimo de “áspero o
difícil”, y el sufijo “-itas”, que puede traducirse como “cualidad”.
7. Libertad
Sobre la libertad se ha dicho y se seguirá diciendo mucho. Se argumenta, por ejemplo, en algunas concepciones,
que siendo el hombre libre no lo es del todo pues tiene toda actividad regulada por pautas de conducta que le
dicen lo que debe y lo que no debe hacer. A estas se suma la contradicción que sostiene que aún teniendo la
conducta regulada por normas existe la disyuntiva de lo que el individuo decide o no decide hacer, otorgándole
otra acepción a la palabra libertad, libre albedrío.
Guillermo Cabanellas al respecto nos dice: se trata de la "facultad humana de dirigir el pensamiento o la conducta
según los dictados de la propia razón y de la voluntad del individuo, sin determinismo superior ni sujeción a
influencia del prójimo o del mundo exterior", a lo que podemos agregar que, siendo así, el ser humano es libre
independientemente de la existencia de las normas que rigen su conducta y de las sanciones que, como resultado
de la priorización optada, se deriven.
8. Perdón
Perdón es la acción de perdonar, un verbo que hace referencia a solicitar u otorgar a alguien la remisión
de una obligación o una falta. Antes del momento del perdón, la persona que lo solicita debe estar
arrepentida, mientras que el perjudicado por la falta tiene que estar dispuesto a dejar el problema
atrás. El perdón, por lo tanto, es la remisión de una obligación pendiente, de una ofensa recibida o de
una pena merecida por la falta. Al perdonar se expresa la indulgencia, tolerancia o comprensión ante el
error ajeno: “No te preocupes, te perdono. Quiero que todo vuelva a ser como antes”.
9. Lealtad
La lealtad es el cumplimiento de aquello que exigen las leyes de la fidelidad y el honor. Según ciertas
convenciones, una persona de bien debe ser leal a los demás, a ciertas instituciones
y organizaciones (como la empresa para la cual trabaja) y a su nación.
La lealtad es una virtud que se desarrolla en la conciencia y que implica cumplir con un compromiso
aun frente a circunstancias cambiantes o adversas. Se trata de una obligación que uno tiene para con el
prójimo. Por ejemplo: “El ayudante técnico mostró su lealtad al entrenador despedido y dejó su cargo”.
10. Obediencia
El término obediencia (con origen en el latín oboedientĭa), está relacionado con el acto de
obedecer (es decir, de respetar, acatar y cumplir la voluntad de la autoridad o de quien
manda). Por citar algunos ejemplos de uso: “La obediencia es la clave en la relación entre
un perro y su dueño”, “Como máxima autoridad de esta institución, exijo obediencia”.
La obediencia suele concretarse a partir de obligaciones o prohibiciones que implican la
realización u omisión de ciertas acciones. El concepto contempla la subordinación de la
voluntad individual a una figura de autoridad, que puede ser tanto un individuo como
un grupo o un concepto.