La contaduría pública tiene como objetivo satisfacer las necesidades de la sociedad aplicando técnicas y métodos a cada cliente con integridad, objetividad, independencia, responsabilidad y confidencialidad. Estos principios éticos y morales, junto con la competencia, actualización profesional y observancia de normativas, designan la esencia espiritual del contador público, quien deberá actuar con conciencia moral, aptitud profesional, independencia mental, respeto entre colegas y espíritu de difusión y colaboración.