1. VANGUARDIAS
Expresionismo
Corriente artística que buscaba la expresión de los sentimientos y las emociones del autor, más que la
representación de la realidad objetiva. El movimiento expresionista apareció en los últimos años del siglo XIX
y primeros del XX como reacción frente a los modelos que habían prevalecido en Europa desde el
Renacimiento.
Abundan personajes extraños, descripciones simbólicas, las caricaturas, los motivos grotescos, las
situaciones absurdas. Sus iniciadores fueron el alemán Bertolt Brecht y Franz Kafka (La metamorfosis, El
proceso y El castillo).
Futurismo
El 20 de febrero de 1909 se publicó en el diario francés Le Figaro el primer manifiesto del futurismo.
Así era como su autor, Filippo Tommaso Marinetti (1876-1944), inauguraba una tradición de vanguardias. El
lenguaje era exaltado y el tono abiertamente imperativo. En principio fue un movimiento literario. Por una
parte, es de suma importancia este manifiesto porque es el primero de una larga serie de manifiestos que duran
hasta nuestros días. Persigue una ruptura total con todo lo anterior, que se considera arte muerto, caduco, que
pertenece al pasado. Busca crear un arte completamente nuevo, que renueve al hombre y la sociedad.
El futurismo fue un movimiento ambiguo en el terreno político y social: pese a su derechismo y a su
rechazo por cualquier posición feminista, exaltaron abiertamente las virtudes emancipadoras del progreso
mecánico. Hay en ellos una manifestación poética de la velocidad y de los nuevos materiales del universo
industrial.
Si en Italia la voz cantante la llevaba Marinetti, en Rusia, destaca el futurista Vladimir Maiakovski
(1893-1930). Ambos ensalzan el progreso y elevan a símbolos de la civilización la máquina, la electricidad, el
automóvil, el deporte. Rechazan los adjetivos y adverbios, la puntuación y la sintaxis, dejando las palabras en
libertad.
Cubismo
El Cubismo es una manifestación fundamentalmente de las artes plásticas. Trata de crear un lenguaje
universal en el que el autor debe desaparecer ante su obra y eliminar cualquier traza de emociones. Esta
transformación la llevaron a cabo en solitario dos artistas: Pablo Picasso y Georges Braque.
Las características tomadas del Cubismo pictórico son:
– Fragmentación de la realidad para formar una nueva.
– Diferentes puntos de vista.
– Montaje arbitrario de los elementos del poema o del relato.
A partir de las ideas futuristas y cubistas, el francés Guillaume Apollinaire (1880-1918) llevaría el
cubismo a la literatura. En su libro Caligramas utiliza asociaciones arbitrarias, dispone los versos
caprichosamente para lograr poemas-dibujo que adoptan la forma de los temas que canta. Suprime la
puntuación y rompe las normas lingüísticas.
Dadaísmo
La llegada de la Primera Guerra Mundial acentuó entre muchos jóvenes la idea de que era preciso
derribar a toda costa el orden cultural que justificaba conflictos como los que se estaban viviendo entonces. Los
dadaístas pensaron que la Gran Guerra era la creación más elevada de la civilización occidental, el punto
cumbre al que había llegado y debía ser también punto final. La Guerra era para ellos el punto final de todo,
también del arte. Todos los valores occidentales habían muerto y se inauguraba de este modo, un mundo sin
valores y sin arte. El arte había muerto, así que pretendieron hacer anti-arte. Fue un movimiento de escasa
duración, pero fundamental, porque supuso un cambio profundo respecto a las perspectivas anteriores.
El hallazgo de la palabra en el diccionario se produjo en la ciudad suiza de Zurich, donde habitaban
muchos refugiados y desertores de diversas nacionalidades. Los dos líderes del movimiento fueron Hugo Ball,
propietario del Cabaret Voltaire, y Tristan Tzara (1896-1963), creador del Manifiesto Dadaísta, publicado en
1916. El dadaísmo fue un grito de rebeldía contra todo, negaba la lógica, la utilidad del arte y de la cultura, la
capacidad comunicativa del lenguaje, y proponía el caos y el absurdo, la construcción del arte por azar. Era un
movimiento individualista y personalista, que propugnaba el subjetivismo radical. Para una persona, arte es lo
que quiera esa persona considerar como tal. Cualquiera puede ser artista y cualquier cosa puede ser arte, sólo
depende de los ojos de quien lo mira.
2. Las características fundamentales son: predisposición al absurdo, exaltación de lo ilógico, regreso a la
pureza infantil, búsqueda de lo primitivo. Se renuncia al significado y se reivindica la espontaneidad, la
ocurrencia imprevista, la sorpresa, el lenguaje incoherente…
Surrealismo
El primer Manifiesto del Surrealismo, publicado en 1924 y escrito por André Breton, lo definía de la
siguiente manera: “puro automatismo psíquico por el cual se intenta expresar, bien verbalmente o por escrito,
la verdadera función del pensamiento. Dictado verdadero en ausencia de todo control ejercido por la razón, y
fuera de toda preocupación estética o moral”. El Manifiesto reivindicaba la imaginación frente a la razón, así
como la irracionalidad y la inconsciencia. También recoge el automatismo como forma de creación que escapa
a la razón.
El surrealismo fue lanzado en París por un pequeño grupo de escritores descontentos por la anarquía y
desorientación en que había desembocado el dadaísmo. Su origen está en la revista Littérature, de la cual
surgieron las energías capaces de dar vida a La Révolution Surréaliste (1924-29), su primer órgano oficial,
revista en la que participaron distintos autores, pero liderada por Breton y Aragón.
El surrealismo nació en el periodo de entreguerras y es la vanguardia más influyente en el arte posterior
a la Segunda Guerra Mundial. Estuvo muy influido por las teorías del Psicoanálisis de Freud. Concede gran
importancia a la irracionalidad, a los sueños y a la imaginación. Los temas más habituales son la mujer, las
enfermedades mentales, y los miedos, obsesiones y pesadillas del ser humano. Consideraron que estos temas
representaban la parte más vital del hombre, el lado más oscuro, reprimido por la razón.
Manifestaciones españolas de vanguardia
Los movimientos que integran la vanguardia española constituyen reflejos de otros movimientos
europeos. Esta afirmación es cierta en parte. Los ismos, muchas veces, no fueron más que un manifiesto y un
programa estético. En este sentido, las formulaciones teóricas de nuestra vanguardia fueron un eco de las que
circulaban en Europa. No existía en España una minoría que alentara todo tipo de experiencias. Los pintores sí
se declararon cubistas o surrealistas, pero los literatos se resistieron siempre a cualquier intento de
encasillamiento. Solo hubo dos intentos de movimientos autóctonos: Ultraísmo y Creacionismo.
Ultraísmo
En España e Hispanoamérica la mayor parte de las vanguardias se resumieron bajo el ambiguo nombre
de Ultraísmo. Esta palabra fue utilizada para aludir al conjunto de tendencias líricas que siguen al último
modernismo, se caracterizaba por querer ir más allá, como su nombre indica.
El nacimiento del Ultraísmo se vincula al paso por Madrid del poeta chileno Vicente Huidobro en 1918.
Su magisterio dio lugar a un Manifiesto, firmado por un pequeño grupo de jóvenes poetas que decían: “en
nuestro credo cabrán todas las tendencias sin distinción, con tal que expresen un anhelo nuevo”.
En el Ultraísmo confluyen impulsos muy variados, busca la imagen múltiple y sorprendente. Las
imágenes insólitas se yuxtaponen, se suprime la puntuación, además se cultiva el caligrama, que funde la
imagen lírica y la plástica.
El Ultraísmo vivió en multitud de revistas, pero produjo muy pocos libros. Destacamos como ultraístas a
César Comet, Ciria y Escalante Ciria y Escalante, Lucía Sánchez Saornil, Cansinos, José Rivas Panedas….
El Ultraísmo resumió todas las vanguardias mediante la ruptura del discurso lógico y la introducción de
innovaciones tipográficas. Tuvo gran importancia la metáfora, que eliminaba la relación lógica entre imagen y
realidad.
Creacionismo
No están claras las fronteras entre Ultraísmo y Creacionismo. Su origen es el mismo y su impulso se
debe al mismo poeta: Huidobro, pero el Creacionismo tiene una poética más clara y precisa.
En las primeras páginas de Horizonte Cuadrado, Huidobro expone el principio fundamental del movimiento:
“Hacer un poema como la naturaleza hace un árbol”. El poeta recurre a la imagen múltiple, a la asociación
ilógica. El propio Huidobro pone como ejemplo el título de su poemario: “Horizonte cuadrado. Un hecho
nuevo inventado por mí, creado por mí, que no podría existir sin mí”
En España, el creacionismo se mezcló con las múltiples direcciones del Ultraísmo. Sin embargo, la
producción vanguardista del más interesante de estos poetas, Gerardo Diego, se ciñe a los ideales enumerados
por Huidobro.