La arquitectura cliente-servidor consiste en un modelo donde un cliente realiza peticiones a un servidor, el cual responde a esas solicitudes. El cliente es una aplicación o computadora que consume un servicio remoto de otro ordenador llamado servidor, normalmente a través de una red. El servidor es un programa en ejecución capaz de atender las peticiones de los clientes y devolver respuestas. Este modelo distribuye tareas entre clientes y servidores, centralizando la gestión de información y separando funciones.