Mara se obsesionó con la perfección y empezó a llenarse de complejos sobre su apariencia, viendo en el espejo un monstruo en lugar de su propio reflejo. El monstruo le habló y le dijo que era el reflejo que ella misma había creado al odiarse y crear nuevos complejos sobre sí misma. Al darse cuenta de que los complejos eran suyos y no del monstruo, Mara decidió dejar de verse de esa manera y valorarse por cómo es en lugar de por su apariencia.