El documento describe que en Córdoba, además de otros lugares, el Departamento de Inteligencia D-2 de la Policía de la Provincia de Córdoba funcionó como un Centro Clandestino de Detención donde se realizaron persecución, secuestro y tortura de prisioneros, y que a diferencia de otros centros clandestinos, este se encontraba ubicado en pleno centro de la ciudad a pocos metros de la Plaza San Martín, actuando como un nexo entre militares y policías.