Warren Buffett, la segunda persona más rica del mundo, vive una vida sencilla a pesar de su riqueza. Sigue viviendo en la misma casa modesta que compró hace 50 años y conduciendo su propio automóvil. Aunque es dueño de la compañía de jets privados más grande del mundo, él nunca viaja en uno. Dirige su compañía de una manera no intervencionista, escribiendo una carta anual a los CEOs en lugar de tener reuniones frecuentes. Su consejo para los jóvenes es alejarse de las tarjetas de crédito