El documento argumenta que el Producto Interior Bruto (PIB) es un indicador insuficiente del progreso económico y bienestar social, proponiendo en su lugar el 'conocimiento interior bruto' (CIB) como una medida más adecuada. Se resalta que el PIB omite actividades valiosas como el trabajo no remunerado y subestima la realidad económica, especialmente en países en desarrollo. Además, se enfatiza la importancia de invertir en activos intangibles y educación para fomentar el crecimiento del CIB y, por ende, mejorar la economía.