1. PALABRA DE ESPERANZA
“No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios
que te fortalezco; siempre te ayudaré; siempre te sustentaré con la diestra
de mi justicia”. (Isaías 41, 10)
La partida a la casa paterna de Doña Rosa nos deja un vacío que nada ni nadie
lo podrá llenar, porque era única, una mujer fuerte y trabajadora, luchadora; nos
queda el eterno agradecimiento con nuestro padre Dios por habernos dado el
privilegio de conocerla y recibir de ella sus ejemplos y enseñanzas. Ese es el
mayor legado que nos ha dejado, la alegría que siempre la caracterizó y la
berraquera y tenacidad para enfrentar la vida. El Señor Dios es nuestra
esperanza, estamos seguros que la ha recibido en su casa y le ha dado la mejor
habitación donde gozará eternamente en su presencia. Nos queda la esperanza,
que es la única que no perdemos, de reencontrarnos un día con ella en el cielo;
mientras sigamos vivos en este mundo le pedimos a Dios que nos conceda la
sabiduría para saber vivir los unos con los otros y darnos los mejores regalos
ahora que podemos. Hoy le pedimos a Dios que nos consuele en nuestro
sufrimiento por la partida de doña Rosa a la eternidad, que nos ayude a valor
sus enseñanzas viviendo con alegría y enfrentando la vida con valentía y coraje.
2. PALABRAS DE ESPERANZA Y REFLEXIÓN
Dice en el libro de Job 1, 21: "Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré
allí. El Señor me lo dio y el Señor me lo quitó: ¡bendito sea el nombre del Señor!".
Bendito seas Señor por habernos permitido conocer y compartir con Doña Rosa, por su tarea
incansable como madre, como abuela, como suegra, como amiga y compañera. Sus hijos:
Jaime, Gina, Yudy, Yormary, y sus nietos: Jaime Andrés, Joseph Matías, Daniel, María Paula,
Santiago y Martín, se sienten tristes por su partida a la eternidad, pero estoy segura que
sienten una inmensa gratitud con Dios por haber recibido de ella sus mejores enseñanzas, la
alegría y la berraquera que siempre la caracterizó en vida, sus cuidados y amor incondicional
que siempre sus dio. Que Dios nos conceda el consuelo en estos momentos difíciles y nos
ayude a seguir luchando cada día por hacerle el mejor honor, con nuestro trabajo y esfuerzo
constante, viviendo con sencillez y humildad y cumpliendo fielmente sus enseñanzas, sus
consejos, y su cantaleta por hacer de cada uno de nosotros las mejores personas. Cada uno
de nosotros debe tener algo porqué seguir recordando a Doña Rosa; no pasará al olvido
porque siempre supo dar lo mejor de ella para ofrecernos. La recordaremos siempre por sus
enseñanzas, y perdonamos aquellos momentos en los que tal vez tuvimos algún problema
con ella. Que el Señor la reciba eternamente en su casa y le dé la mejor habitación, y le dé el
descanso eterno; y a nosotros la esperanza de vivir un día con ella en el cielo. Los invito a qué
cada vez que nos llegue la tristeza por su partida elevemos una oración de agradecimiento
3. por todo lo que ella nos ofreció en esta vida. Descansa en paz Doña Rosa, que nosotros
sabremos seguir viviendo con valentía y coraje.
Agrademos a todos los familiares y amigos que hoy nos acompañan en esta celebración, les
pedimos que oren por nosotros para que el Señor nos dé la fortaleza y el consuelo en éstos
duros momentos por su muerte.