1. La edad de las posibilidades
Los que, en la vida, tenemos la oportunidad de elegir, tomar unas sendas y no otras,
probar algunas experiencias, escoger en qué gastar las horas… podemos vivirlo
desde la gratitud, y desde la responsabilidad. Porque tenemos a mano muchas
oportunidades.
Hay quien piensa que eso queda para los más jóvenes, y que luego simplemente te
vas cerrando puertas y ya está. Pero esa es una mirada muy plana. Porque en
todas las edades, muchos momentos y bastantes situaciones suponen para cada
uno de nosotros la posibilidad de elegir la vida, el Evangelio, a las personas y la
forma de interpretar y entender lo que nos pasa.
1. Es posible...
“Si Dios está con nosotros, ¿quién contra nosotros?” (Rom 8,31)
No siempre es evidente. Y tal vez, en ocasiones, ni siquiera es
probable. Pero siempre es posible… pararme y rezar un rato.
Buscar, y tal vez comprender Tu palabra. Compartir un café, unas
charlas, ilusiones, heridas, anhelos, proyectos, sueños con gente
querida.
Encontrarme de verdad con otros. Cantar sobre las cosas que
pasan dentro y fuera de uno. Escuchar las historias de otras
personas, y que haya encuentro. Imaginar posibilidades para sanar
las heridas que golpean tantas vidas. Y tratar de ponerse manos a
la obra.
¿Soy capaz de percibir todo el bien que es posible en mi vida? ¿Y todo el bien
que está a mi alcance hacer?
LA EDAD DE LAS POSIBILIDADES
Es posible que llueva y que escampe,
o que el sol apriete y se anhele la sombra.
Es posible que acierte una vez,
y que falle otras muchas.
Es posible que me llames y responda,
o que solo te devuelva silencio.
Es posible que te llame y te encuentre,
o que me hagas salir a buscarte.
Es posible la risa o el sollozo,
2. la pasión y la desgana,
el delirio y la locura,
la rutina y la sorpresa.
Posible es el hambre, y posible la hartura.
Es posible que el miedo nos congele, ateridos,
o nos empuje a bailar, frenéticos
dibujando figuras fugaces.
El amor, la muerte y la Vida… eso es seguro.
José María Rodríguez Olaizola
2. Que no me roben la risa
“Ahora, hermanos, quiero comunicaros la buena noticia que os
anuncié, la que aceptasteis y mantenéis, la que os salva…” (1Cor
15, 1)
Hay veces en que soy un agonías. Y sospecho que hay que
quitarle un poco de hierro a las preocupaciones, los agobios, las
prisas o los problemas… No quiere decir que sean falsos... Tal vez
tendré que plantarles cara, y tocará, de vez en cuando, batirse en
duelo con alguna que otra incertidumbre. Pero sin perder la
posibilidad de sonreír por lo que de verdad importa.
Porque el Amor toca muchas vidas. Porque hay bienaventuranza
prometida a los más rotos. Porque hay gente buena, que busca.
Porque hay mucho bien en torno
TAL VEZ NO ERA PENSAR
Tal vez no era pensar, la fórmula, el secreto,
sino darse y tomar perdida, ingenuamente,
tal vez pude elegir, o necesariamente,
tenía que pedir sentido a toda cosa.
Tal vez no fue vivir este estar silenciosa
y despiadadamente al borde de la angustia
y este terco sentir debajo de su música
un silencio de muerte, de abismo a cada cosa.
Tal vez debí quedarme en los amores quietos
que podrían llenar mi vida con un nombre
en vez de buscar al evadido del hombre,
despojado, sin alma, ser puro, esqueleto.
Tal vez no era pensar, la fórmula, el secreto.
sino amarse y amar, perdida, ingenuamente.
Tal vez pude subir como una flor ardiente
o tener un profundo destino de semilla
en vez de esta terrible lucidez amarilla
y de este estar de estatua con los ojos vacíos.
Tal vez pude doblar este destino mío
en música inefable. O necesariamente
Idea Vilariño
3. La edad de las posibilidades
Los que, en la vida, tenemos la oportunidad de elegir, tomar unas sendas y no otras,
probar algunas experiencias, escoger en qué gastar las horas… podemos vivirlo
desde la gratitud, y desde la responsabilidad. Porque tenemos a mano muchas
oportunidades.
Hay quien piensa que eso queda para los más jóvenes, y que luego simplemente te
vas cerrando puertas y ya está. Pero esa es una mirada muy plana. Porque en
todas las edades, muchos momentos y bastantes situaciones suponen para cada
uno de nosotros la posibilidad de elegir la vida, el Evangelio, a las personas y la
forma de interpretar y entender lo que nos pasa.
1. Es posible...
“Si Dios está con nosotros, ¿quién contra nosotros?” (Rom 8,31)
No siempre es evidente. Y tal vez, en ocasiones, ni siquiera es
probable. Pero siempre es posible… pararme y rezar un rato.
Buscar, y tal vez comprender Tu palabra. Compartir un café, unas
charlas, ilusiones, heridas, anhelos, proyectos, sueños con gente
querida.
Encontrarme de verdad con otros. Cantar sobre las cosas que
pasan dentro y fuera de uno. Escuchar las historias de otras
personas, y que haya encuentro. Imaginar posibilidades para sanar
las heridas que golpean tantas vidas. Y tratar de ponerse manos a
la obra.
¿Soy capaz de percibir todo el bien que es posible en mi vida? ¿Y todo el bien
que está a mi alcance hacer?
LA EDAD DE LAS POSIBILIDADES
Es posible que llueva y que escampe,
o que el sol apriete y se anhele la sombra.
Es posible que acierte una vez,
y que falle otras muchas.
Es posible que me llames y responda,
o que solo te devuelva silencio.
Es posible que te llame y te encuentre,
o que me hagas salir a buscarte.
Es posible la risa o el sollozo,
4. la pasión y la desgana,
el delirio y la locura,
la rutina y la sorpresa.
Posible es el hambre, y posible la hartura.
Es posible que el miedo nos congele, ateridos,
o nos empuje a bailar, frenéticos
dibujando figuras fugaces.
El amor, la muerte y la Vida… eso es seguro.
José María Rodríguez Olaizola
2. Que no me roben la risa
“Ahora, hermanos, quiero comunicaros la buena noticia que os
anuncié, la que aceptasteis y mantenéis, la que os salva…” (1Cor
15, 1)
Hay veces en que soy un agonías. Y sospecho que hay que
quitarle un poco de hierro a las preocupaciones, los agobios, las
prisas o los problemas… No quiere decir que sean falsos... Tal vez
tendré que plantarles cara, y tocará, de vez en cuando, batirse en
duelo con alguna que otra incertidumbre. Pero sin perder la
posibilidad de sonreír por lo que de verdad importa.
Porque el Amor toca muchas vidas. Porque hay bienaventuranza
prometida a los más rotos. Porque hay gente buena, que busca.
Porque hay mucho bien en torno
TAL VEZ NO ERA PENSAR
Tal vez no era pensar, la fórmula, el secreto,
sino darse y tomar perdida, ingenuamente,
tal vez pude elegir, o necesariamente,
tenía que pedir sentido a toda cosa.
Tal vez no fue vivir este estar silenciosa
y despiadadamente al borde de la angustia
y este terco sentir debajo de su música
un silencio de muerte, de abismo a cada cosa.
Tal vez debí quedarme en los amores quietos
que podrían llenar mi vida con un nombre
en vez de buscar al evadido del hombre,
despojado, sin alma, ser puro, esqueleto.
Tal vez no era pensar, la fórmula, el secreto.
sino amarse y amar, perdida, ingenuamente.
Tal vez pude subir como una flor ardiente
o tener un profundo destino de semilla
en vez de esta terrible lucidez amarilla
y de este estar de estatua con los ojos vacíos.
Tal vez pude doblar este destino mío
en música inefable. O necesariamente
Idea Vilariño
5. La edad de las posibilidades
Los que, en la vida, tenemos la oportunidad de elegir, tomar unas sendas y no otras,
probar algunas experiencias, escoger en qué gastar las horas… podemos vivirlo
desde la gratitud, y desde la responsabilidad. Porque tenemos a mano muchas
oportunidades.
Hay quien piensa que eso queda para los más jóvenes, y que luego simplemente te
vas cerrando puertas y ya está. Pero esa es una mirada muy plana. Porque en
todas las edades, muchos momentos y bastantes situaciones suponen para cada
uno de nosotros la posibilidad de elegir la vida, el Evangelio, a las personas y la
forma de interpretar y entender lo que nos pasa.
1. Es posible...
“Si Dios está con nosotros, ¿quién contra nosotros?” (Rom 8,31)
No siempre es evidente. Y tal vez, en ocasiones, ni siquiera es
probable. Pero siempre es posible… pararme y rezar un rato.
Buscar, y tal vez comprender Tu palabra. Compartir un café, unas
charlas, ilusiones, heridas, anhelos, proyectos, sueños con gente
querida.
Encontrarme de verdad con otros. Cantar sobre las cosas que
pasan dentro y fuera de uno. Escuchar las historias de otras
personas, y que haya encuentro. Imaginar posibilidades para sanar
las heridas que golpean tantas vidas. Y tratar de ponerse manos a
la obra.
¿Soy capaz de percibir todo el bien que es posible en mi vida? ¿Y todo el bien
que está a mi alcance hacer?
LA EDAD DE LAS POSIBILIDADES
Es posible que llueva y que escampe,
o que el sol apriete y se anhele la sombra.
Es posible que acierte una vez,
y que falle otras muchas.
Es posible que me llames y responda,
o que solo te devuelva silencio.
Es posible que te llame y te encuentre,
o que me hagas salir a buscarte.
Es posible la risa o el sollozo,
6. la pasión y la desgana,
el delirio y la locura,
la rutina y la sorpresa.
Posible es el hambre, y posible la hartura.
Es posible que el miedo nos congele, ateridos,
o nos empuje a bailar, frenéticos
dibujando figuras fugaces.
El amor, la muerte y la Vida… eso es seguro.
José María Rodríguez Olaizola
2. Que no me roben la risa
“Ahora, hermanos, quiero comunicaros la buena noticia que os
anuncié, la que aceptasteis y mantenéis, la que os salva…” (1Cor
15, 1)
Hay veces en que soy un agonías. Y sospecho que hay que
quitarle un poco de hierro a las preocupaciones, los agobios, las
prisas o los problemas… No quiere decir que sean falsos... Tal vez
tendré que plantarles cara, y tocará, de vez en cuando, batirse en
duelo con alguna que otra incertidumbre. Pero sin perder la
posibilidad de sonreír por lo que de verdad importa.
Porque el Amor toca muchas vidas. Porque hay bienaventuranza
prometida a los más rotos. Porque hay gente buena, que busca.
Porque hay mucho bien en torno
TAL VEZ NO ERA PENSAR
Tal vez no era pensar, la fórmula, el secreto,
sino darse y tomar perdida, ingenuamente,
tal vez pude elegir, o necesariamente,
tenía que pedir sentido a toda cosa.
Tal vez no fue vivir este estar silenciosa
y despiadadamente al borde de la angustia
y este terco sentir debajo de su música
un silencio de muerte, de abismo a cada cosa.
Tal vez debí quedarme en los amores quietos
que podrían llenar mi vida con un nombre
en vez de buscar al evadido del hombre,
despojado, sin alma, ser puro, esqueleto.
Tal vez no era pensar, la fórmula, el secreto.
sino amarse y amar, perdida, ingenuamente.
Tal vez pude subir como una flor ardiente
o tener un profundo destino de semilla
en vez de esta terrible lucidez amarilla
y de este estar de estatua con los ojos vacíos.
Tal vez pude doblar este destino mío
en música inefable. O necesariamente
Idea Vilariño
7. La edad de las posibilidades
Los que, en la vida, tenemos la oportunidad de elegir, tomar unas sendas y no otras,
probar algunas experiencias, escoger en qué gastar las horas… podemos vivirlo
desde la gratitud, y desde la responsabilidad. Porque tenemos a mano muchas
oportunidades.
Hay quien piensa que eso queda para los más jóvenes, y que luego simplemente te
vas cerrando puertas y ya está. Pero esa es una mirada muy plana. Porque en
todas las edades, muchos momentos y bastantes situaciones suponen para cada
uno de nosotros la posibilidad de elegir la vida, el Evangelio, a las personas y la
forma de interpretar y entender lo que nos pasa.
1. Es posible...
“Si Dios está con nosotros, ¿quién contra nosotros?” (Rom 8,31)
No siempre es evidente. Y tal vez, en ocasiones, ni siquiera es
probable. Pero siempre es posible… pararme y rezar un rato.
Buscar, y tal vez comprender Tu palabra. Compartir un café, unas
charlas, ilusiones, heridas, anhelos, proyectos, sueños con gente
querida.
Encontrarme de verdad con otros. Cantar sobre las cosas que
pasan dentro y fuera de uno. Escuchar las historias de otras
personas, y que haya encuentro. Imaginar posibilidades para sanar
las heridas que golpean tantas vidas. Y tratar de ponerse manos a
la obra.
¿Soy capaz de percibir todo el bien que es posible en mi vida? ¿Y todo el bien
que está a mi alcance hacer?
LA EDAD DE LAS POSIBILIDADES
Es posible que llueva y que escampe,
o que el sol apriete y se anhele la sombra.
Es posible que acierte una vez,
y que falle otras muchas.
Es posible que me llames y responda,
o que solo te devuelva silencio.
Es posible que te llame y te encuentre,
o que me hagas salir a buscarte.
Es posible la risa o el sollozo,
8. la pasión y la desgana,
el delirio y la locura,
la rutina y la sorpresa.
Posible es el hambre, y posible la hartura.
Es posible que el miedo nos congele, ateridos,
o nos empuje a bailar, frenéticos
dibujando figuras fugaces.
El amor, la muerte y la Vida… eso es seguro.
José María Rodríguez Olaizola
2. Que no me roben la risa
“Ahora, hermanos, quiero comunicaros la buena noticia que os
anuncié, la que aceptasteis y mantenéis, la que os salva…” (1Cor
15, 1)
Hay veces en que soy un agonías. Y sospecho que hay que
quitarle un poco de hierro a las preocupaciones, los agobios, las
prisas o los problemas… No quiere decir que sean falsos... Tal vez
tendré que plantarles cara, y tocará, de vez en cuando, batirse en
duelo con alguna que otra incertidumbre. Pero sin perder la
posibilidad de sonreír por lo que de verdad importa.
Porque el Amor toca muchas vidas. Porque hay bienaventuranza
prometida a los más rotos. Porque hay gente buena, que busca.
Porque hay mucho bien en torno
TAL VEZ NO ERA PENSAR
Tal vez no era pensar, la fórmula, el secreto,
sino darse y tomar perdida, ingenuamente,
tal vez pude elegir, o necesariamente,
tenía que pedir sentido a toda cosa.
Tal vez no fue vivir este estar silenciosa
y despiadadamente al borde de la angustia
y este terco sentir debajo de su música
un silencio de muerte, de abismo a cada cosa.
Tal vez debí quedarme en los amores quietos
que podrían llenar mi vida con un nombre
en vez de buscar al evadido del hombre,
despojado, sin alma, ser puro, esqueleto.
Tal vez no era pensar, la fórmula, el secreto.
sino amarse y amar, perdida, ingenuamente.
Tal vez pude subir como una flor ardiente
o tener un profundo destino de semilla
en vez de esta terrible lucidez amarilla
y de este estar de estatua con los ojos vacíos.
Tal vez pude doblar este destino mío
en música inefable. O necesariamente
Idea Vilariño
9. La edad de las posibilidades
Los que, en la vida, tenemos la oportunidad de elegir, tomar unas sendas y no otras,
probar algunas experiencias, escoger en qué gastar las horas… podemos vivirlo
desde la gratitud, y desde la responsabilidad. Porque tenemos a mano muchas
oportunidades.
Hay quien piensa que eso queda para los más jóvenes, y que luego simplemente te
vas cerrando puertas y ya está. Pero esa es una mirada muy plana. Porque en
todas las edades, muchos momentos y bastantes situaciones suponen para cada
uno de nosotros la posibilidad de elegir la vida, el Evangelio, a las personas y la
forma de interpretar y entender lo que nos pasa.
1. Es posible...
“Si Dios está con nosotros, ¿quién contra nosotros?” (Rom 8,31)
No siempre es evidente. Y tal vez, en ocasiones, ni siquiera es
probable. Pero siempre es posible… pararme y rezar un rato.
Buscar, y tal vez comprender Tu palabra. Compartir un café, unas
charlas, ilusiones, heridas, anhelos, proyectos, sueños con gente
querida.
Encontrarme de verdad con otros. Cantar sobre las cosas que
pasan dentro y fuera de uno. Escuchar las historias de otras
personas, y que haya encuentro. Imaginar posibilidades para sanar
las heridas que golpean tantas vidas. Y tratar de ponerse manos a
la obra.
¿Soy capaz de percibir todo el bien que es posible en mi vida? ¿Y todo el bien
que está a mi alcance hacer?
LA EDAD DE LAS POSIBILIDADES
Es posible que llueva y que escampe,
o que el sol apriete y se anhele la sombra.
Es posible que acierte una vez,
y que falle otras muchas.
Es posible que me llames y responda,
o que solo te devuelva silencio.
Es posible que te llame y te encuentre,
o que me hagas salir a buscarte.
Es posible la risa o el sollozo,
10. la pasión y la desgana,
el delirio y la locura,
la rutina y la sorpresa.
Posible es el hambre, y posible la hartura.
Es posible que el miedo nos congele, ateridos,
o nos empuje a bailar, frenéticos
dibujando figuras fugaces.
El amor, la muerte y la Vida… eso es seguro.
José María Rodríguez Olaizola
2. Que no me roben la risa
“Ahora, hermanos, quiero comunicaros la buena noticia que os
anuncié, la que aceptasteis y mantenéis, la que os salva…” (1Cor
15, 1)
Hay veces en que soy un agonías. Y sospecho que hay que
quitarle un poco de hierro a las preocupaciones, los agobios, las
prisas o los problemas… No quiere decir que sean falsos... Tal vez
tendré que plantarles cara, y tocará, de vez en cuando, batirse en
duelo con alguna que otra incertidumbre. Pero sin perder la
posibilidad de sonreír por lo que de verdad importa.
Porque el Amor toca muchas vidas. Porque hay bienaventuranza
prometida a los más rotos. Porque hay gente buena, que busca.
Porque hay mucho bien en torno
TAL VEZ NO ERA PENSAR
Tal vez no era pensar, la fórmula, el secreto,
sino darse y tomar perdida, ingenuamente,
tal vez pude elegir, o necesariamente,
tenía que pedir sentido a toda cosa.
Tal vez no fue vivir este estar silenciosa
y despiadadamente al borde de la angustia
y este terco sentir debajo de su música
un silencio de muerte, de abismo a cada cosa.
Tal vez debí quedarme en los amores quietos
que podrían llenar mi vida con un nombre
en vez de buscar al evadido del hombre,
despojado, sin alma, ser puro, esqueleto.
Tal vez no era pensar, la fórmula, el secreto.
sino amarse y amar, perdida, ingenuamente.
Tal vez pude subir como una flor ardiente
o tener un profundo destino de semilla
en vez de esta terrible lucidez amarilla
y de este estar de estatua con los ojos vacíos.
Tal vez pude doblar este destino mío
en música inefable. O necesariamente
Idea Vilariño
11. La edad de las posibilidades
Los que, en la vida, tenemos la oportunidad de elegir, tomar unas sendas y no otras,
probar algunas experiencias, escoger en qué gastar las horas… podemos vivirlo
desde la gratitud, y desde la responsabilidad. Porque tenemos a mano muchas
oportunidades.
Hay quien piensa que eso queda para los más jóvenes, y que luego simplemente te
vas cerrando puertas y ya está. Pero esa es una mirada muy plana. Porque en
todas las edades, muchos momentos y bastantes situaciones suponen para cada
uno de nosotros la posibilidad de elegir la vida, el Evangelio, a las personas y la
forma de interpretar y entender lo que nos pasa.
1. Es posible...
“Si Dios está con nosotros, ¿quién contra nosotros?” (Rom 8,31)
No siempre es evidente. Y tal vez, en ocasiones, ni siquiera es
probable. Pero siempre es posible… pararme y rezar un rato.
Buscar, y tal vez comprender Tu palabra. Compartir un café, unas
charlas, ilusiones, heridas, anhelos, proyectos, sueños con gente
querida.
Encontrarme de verdad con otros. Cantar sobre las cosas que
pasan dentro y fuera de uno. Escuchar las historias de otras
personas, y que haya encuentro. Imaginar posibilidades para sanar
las heridas que golpean tantas vidas. Y tratar de ponerse manos a
la obra.
¿Soy capaz de percibir todo el bien que es posible en mi vida? ¿Y todo el bien
que está a mi alcance hacer?
LA EDAD DE LAS POSIBILIDADES
Es posible que llueva y que escampe,
o que el sol apriete y se anhele la sombra.
Es posible que acierte una vez,
y que falle otras muchas.
Es posible que me llames y responda,
o que solo te devuelva silencio.
Es posible que te llame y te encuentre,
o que me hagas salir a buscarte.
Es posible la risa o el sollozo,
12. la pasión y la desgana,
el delirio y la locura,
la rutina y la sorpresa.
Posible es el hambre, y posible la hartura.
Es posible que el miedo nos congele, ateridos,
o nos empuje a bailar, frenéticos
dibujando figuras fugaces.
El amor, la muerte y la Vida… eso es seguro.
José María Rodríguez Olaizola
2. Que no me roben la risa
“Ahora, hermanos, quiero comunicaros la buena noticia que os
anuncié, la que aceptasteis y mantenéis, la que os salva…” (1Cor
15, 1)
Hay veces en que soy un agonías. Y sospecho que hay que
quitarle un poco de hierro a las preocupaciones, los agobios, las
prisas o los problemas… No quiere decir que sean falsos... Tal vez
tendré que plantarles cara, y tocará, de vez en cuando, batirse en
duelo con alguna que otra incertidumbre. Pero sin perder la
posibilidad de sonreír por lo que de verdad importa.
Porque el Amor toca muchas vidas. Porque hay bienaventuranza
prometida a los más rotos. Porque hay gente buena, que busca.
Porque hay mucho bien en torno
TAL VEZ NO ERA PENSAR
Tal vez no era pensar, la fórmula, el secreto,
sino darse y tomar perdida, ingenuamente,
tal vez pude elegir, o necesariamente,
tenía que pedir sentido a toda cosa.
Tal vez no fue vivir este estar silenciosa
y despiadadamente al borde de la angustia
y este terco sentir debajo de su música
un silencio de muerte, de abismo a cada cosa.
Tal vez debí quedarme en los amores quietos
que podrían llenar mi vida con un nombre
en vez de buscar al evadido del hombre,
despojado, sin alma, ser puro, esqueleto.
Tal vez no era pensar, la fórmula, el secreto.
sino amarse y amar, perdida, ingenuamente.
Tal vez pude subir como una flor ardiente
o tener un profundo destino de semilla
en vez de esta terrible lucidez amarilla
y de este estar de estatua con los ojos vacíos.
Tal vez pude doblar este destino mío
en música inefable. O necesariamente
Idea Vilariño
13. La edad de las posibilidades
Los que, en la vida, tenemos la oportunidad de elegir, tomar unas sendas y no otras,
probar algunas experiencias, escoger en qué gastar las horas… podemos vivirlo
desde la gratitud, y desde la responsabilidad. Porque tenemos a mano muchas
oportunidades.
Hay quien piensa que eso queda para los más jóvenes, y que luego simplemente te
vas cerrando puertas y ya está. Pero esa es una mirada muy plana. Porque en
todas las edades, muchos momentos y bastantes situaciones suponen para cada
uno de nosotros la posibilidad de elegir la vida, el Evangelio, a las personas y la
forma de interpretar y entender lo que nos pasa.
1. Es posible...
“Si Dios está con nosotros, ¿quién contra nosotros?” (Rom 8,31)
No siempre es evidente. Y tal vez, en ocasiones, ni siquiera es
probable. Pero siempre es posible… pararme y rezar un rato.
Buscar, y tal vez comprender Tu palabra. Compartir un café, unas
charlas, ilusiones, heridas, anhelos, proyectos, sueños con gente
querida.
Encontrarme de verdad con otros. Cantar sobre las cosas que
pasan dentro y fuera de uno. Escuchar las historias de otras
personas, y que haya encuentro. Imaginar posibilidades para sanar
las heridas que golpean tantas vidas. Y tratar de ponerse manos a
la obra.
¿Soy capaz de percibir todo el bien que es posible en mi vida? ¿Y todo el bien
que está a mi alcance hacer?
LA EDAD DE LAS POSIBILIDADES
Es posible que llueva y que escampe,
o que el sol apriete y se anhele la sombra.
Es posible que acierte una vez,
y que falle otras muchas.
Es posible que me llames y responda,
o que solo te devuelva silencio.
Es posible que te llame y te encuentre,
o que me hagas salir a buscarte.
Es posible la risa o el sollozo,
14. la pasión y la desgana,
el delirio y la locura,
la rutina y la sorpresa.
Posible es el hambre, y posible la hartura.
Es posible que el miedo nos congele, ateridos,
o nos empuje a bailar, frenéticos
dibujando figuras fugaces.
El amor, la muerte y la Vida… eso es seguro.
José María Rodríguez Olaizola
2. Que no me roben la risa
“Ahora, hermanos, quiero comunicaros la buena noticia que os
anuncié, la que aceptasteis y mantenéis, la que os salva…” (1Cor
15, 1)
Hay veces en que soy un agonías. Y sospecho que hay que
quitarle un poco de hierro a las preocupaciones, los agobios, las
prisas o los problemas… No quiere decir que sean falsos... Tal vez
tendré que plantarles cara, y tocará, de vez en cuando, batirse en
duelo con alguna que otra incertidumbre. Pero sin perder la
posibilidad de sonreír por lo que de verdad importa.
Porque el Amor toca muchas vidas. Porque hay bienaventuranza
prometida a los más rotos. Porque hay gente buena, que busca.
Porque hay mucho bien en torno
TAL VEZ NO ERA PENSAR
Tal vez no era pensar, la fórmula, el secreto,
sino darse y tomar perdida, ingenuamente,
tal vez pude elegir, o necesariamente,
tenía que pedir sentido a toda cosa.
Tal vez no fue vivir este estar silenciosa
y despiadadamente al borde de la angustia
y este terco sentir debajo de su música
un silencio de muerte, de abismo a cada cosa.
Tal vez debí quedarme en los amores quietos
que podrían llenar mi vida con un nombre
en vez de buscar al evadido del hombre,
despojado, sin alma, ser puro, esqueleto.
Tal vez no era pensar, la fórmula, el secreto.
sino amarse y amar, perdida, ingenuamente.
Tal vez pude subir como una flor ardiente
o tener un profundo destino de semilla
en vez de esta terrible lucidez amarilla
y de este estar de estatua con los ojos vacíos.
Tal vez pude doblar este destino mío
en música inefable. O necesariamente
Idea Vilariño
15. La edad de las posibilidades
Los que, en la vida, tenemos la oportunidad de elegir, tomar unas sendas y no otras,
probar algunas experiencias, escoger en qué gastar las horas… podemos vivirlo
desde la gratitud, y desde la responsabilidad. Porque tenemos a mano muchas
oportunidades.
Hay quien piensa que eso queda para los más jóvenes, y que luego simplemente te
vas cerrando puertas y ya está. Pero esa es una mirada muy plana. Porque en
todas las edades, muchos momentos y bastantes situaciones suponen para cada
uno de nosotros la posibilidad de elegir la vida, el Evangelio, a las personas y la
forma de interpretar y entender lo que nos pasa.
1. Es posible...
“Si Dios está con nosotros, ¿quién contra nosotros?” (Rom 8,31)
No siempre es evidente. Y tal vez, en ocasiones, ni siquiera es
probable. Pero siempre es posible… pararme y rezar un rato.
Buscar, y tal vez comprender Tu palabra. Compartir un café, unas
charlas, ilusiones, heridas, anhelos, proyectos, sueños con gente
querida.
Encontrarme de verdad con otros. Cantar sobre las cosas que
pasan dentro y fuera de uno. Escuchar las historias de otras
personas, y que haya encuentro. Imaginar posibilidades para sanar
las heridas que golpean tantas vidas. Y tratar de ponerse manos a
la obra.
¿Soy capaz de percibir todo el bien que es posible en mi vida? ¿Y todo el bien
que está a mi alcance hacer?
LA EDAD DE LAS POSIBILIDADES
Es posible que llueva y que escampe,
o que el sol apriete y se anhele la sombra.
Es posible que acierte una vez,
y que falle otras muchas.
Es posible que me llames y responda,
o que solo te devuelva silencio.
Es posible que te llame y te encuentre,
o que me hagas salir a buscarte.
Es posible la risa o el sollozo,
16. la pasión y la desgana,
el delirio y la locura,
la rutina y la sorpresa.
Posible es el hambre, y posible la hartura.
Es posible que el miedo nos congele, ateridos,
o nos empuje a bailar, frenéticos
dibujando figuras fugaces.
El amor, la muerte y la Vida… eso es seguro.
José María Rodríguez Olaizola
2. Que no me roben la risa
“Ahora, hermanos, quiero comunicaros la buena noticia que os
anuncié, la que aceptasteis y mantenéis, la que os salva…” (1Cor
15, 1)
Hay veces en que soy un agonías. Y sospecho que hay que
quitarle un poco de hierro a las preocupaciones, los agobios, las
prisas o los problemas… No quiere decir que sean falsos... Tal vez
tendré que plantarles cara, y tocará, de vez en cuando, batirse en
duelo con alguna que otra incertidumbre. Pero sin perder la
posibilidad de sonreír por lo que de verdad importa.
Porque el Amor toca muchas vidas. Porque hay bienaventuranza
prometida a los más rotos. Porque hay gente buena, que busca.
Porque hay mucho bien en torno
TAL VEZ NO ERA PENSAR
Tal vez no era pensar, la fórmula, el secreto,
sino darse y tomar perdida, ingenuamente,
tal vez pude elegir, o necesariamente,
tenía que pedir sentido a toda cosa.
Tal vez no fue vivir este estar silenciosa
y despiadadamente al borde de la angustia
y este terco sentir debajo de su música
un silencio de muerte, de abismo a cada cosa.
Tal vez debí quedarme en los amores quietos
que podrían llenar mi vida con un nombre
en vez de buscar al evadido del hombre,
despojado, sin alma, ser puro, esqueleto.
Tal vez no era pensar, la fórmula, el secreto.
sino amarse y amar, perdida, ingenuamente.
Tal vez pude subir como una flor ardiente
o tener un profundo destino de semilla
en vez de esta terrible lucidez amarilla
y de este estar de estatua con los ojos vacíos.
Tal vez pude doblar este destino mío
en música inefable. O necesariamente
Idea Vilariño
17. La edad de las posibilidades
Los que, en la vida, tenemos la oportunidad de elegir, tomar unas sendas y no otras,
probar algunas experiencias, escoger en qué gastar las horas… podemos vivirlo
desde la gratitud, y desde la responsabilidad. Porque tenemos a mano muchas
oportunidades.
Hay quien piensa que eso queda para los más jóvenes, y que luego simplemente te
vas cerrando puertas y ya está. Pero esa es una mirada muy plana. Porque en
todas las edades, muchos momentos y bastantes situaciones suponen para cada
uno de nosotros la posibilidad de elegir la vida, el Evangelio, a las personas y la
forma de interpretar y entender lo que nos pasa.
1. Es posible...
“Si Dios está con nosotros, ¿quién contra nosotros?” (Rom 8,31)
No siempre es evidente. Y tal vez, en ocasiones, ni siquiera es
probable. Pero siempre es posible… pararme y rezar un rato.
Buscar, y tal vez comprender Tu palabra. Compartir un café, unas
charlas, ilusiones, heridas, anhelos, proyectos, sueños con gente
querida.
Encontrarme de verdad con otros. Cantar sobre las cosas que
pasan dentro y fuera de uno. Escuchar las historias de otras
personas, y que haya encuentro. Imaginar posibilidades para sanar
las heridas que golpean tantas vidas. Y tratar de ponerse manos a
la obra.
¿Soy capaz de percibir todo el bien que es posible en mi vida? ¿Y todo el bien
que está a mi alcance hacer?
LA EDAD DE LAS POSIBILIDADES
Es posible que llueva y que escampe,
o que el sol apriete y se anhele la sombra.
Es posible que acierte una vez,
y que falle otras muchas.
Es posible que me llames y responda,
o que solo te devuelva silencio.
Es posible que te llame y te encuentre,
o que me hagas salir a buscarte.
Es posible la risa o el sollozo,
18. la pasión y la desgana,
el delirio y la locura,
la rutina y la sorpresa.
Posible es el hambre, y posible la hartura.
Es posible que el miedo nos congele, ateridos,
o nos empuje a bailar, frenéticos
dibujando figuras fugaces.
El amor, la muerte y la Vida… eso es seguro.
José María Rodríguez Olaizola
2. Que no me roben la risa
“Ahora, hermanos, quiero comunicaros la buena noticia que os
anuncié, la que aceptasteis y mantenéis, la que os salva…” (1Cor
15, 1)
Hay veces en que soy un agonías. Y sospecho que hay que
quitarle un poco de hierro a las preocupaciones, los agobios, las
prisas o los problemas… No quiere decir que sean falsos... Tal vez
tendré que plantarles cara, y tocará, de vez en cuando, batirse en
duelo con alguna que otra incertidumbre. Pero sin perder la
posibilidad de sonreír por lo que de verdad importa.
Porque el Amor toca muchas vidas. Porque hay bienaventuranza
prometida a los más rotos. Porque hay gente buena, que busca.
Porque hay mucho bien en torno
TAL VEZ NO ERA PENSAR
Tal vez no era pensar, la fórmula, el secreto,
sino darse y tomar perdida, ingenuamente,
tal vez pude elegir, o necesariamente,
tenía que pedir sentido a toda cosa.
Tal vez no fue vivir este estar silenciosa
y despiadadamente al borde de la angustia
y este terco sentir debajo de su música
un silencio de muerte, de abismo a cada cosa.
Tal vez debí quedarme en los amores quietos
que podrían llenar mi vida con un nombre
en vez de buscar al evadido del hombre,
despojado, sin alma, ser puro, esqueleto.
Tal vez no era pensar, la fórmula, el secreto.
sino amarse y amar, perdida, ingenuamente.
Tal vez pude subir como una flor ardiente
o tener un profundo destino de semilla
en vez de esta terrible lucidez amarilla
y de este estar de estatua con los ojos vacíos.
Tal vez pude doblar este destino mío
en música inefable. O necesariamente
Idea Vilariño
19. La edad de las posibilidades
Los que, en la vida, tenemos la oportunidad de elegir, tomar unas sendas y no otras,
probar algunas experiencias, escoger en qué gastar las horas… podemos vivirlo
desde la gratitud, y desde la responsabilidad. Porque tenemos a mano muchas
oportunidades.
Hay quien piensa que eso queda para los más jóvenes, y que luego simplemente te
vas cerrando puertas y ya está. Pero esa es una mirada muy plana. Porque en
todas las edades, muchos momentos y bastantes situaciones suponen para cada
uno de nosotros la posibilidad de elegir la vida, el Evangelio, a las personas y la
forma de interpretar y entender lo que nos pasa.
1. Es posible...
“Si Dios está con nosotros, ¿quién contra nosotros?” (Rom 8,31)
No siempre es evidente. Y tal vez, en ocasiones, ni siquiera es
probable. Pero siempre es posible… pararme y rezar un rato.
Buscar, y tal vez comprender Tu palabra. Compartir un café, unas
charlas, ilusiones, heridas, anhelos, proyectos, sueños con gente
querida.
Encontrarme de verdad con otros. Cantar sobre las cosas que
pasan dentro y fuera de uno. Escuchar las historias de otras
personas, y que haya encuentro. Imaginar posibilidades para sanar
las heridas que golpean tantas vidas. Y tratar de ponerse manos a
la obra.
¿Soy capaz de percibir todo el bien que es posible en mi vida? ¿Y todo el bien
que está a mi alcance hacer?
LA EDAD DE LAS POSIBILIDADES
Es posible que llueva y que escampe,
o que el sol apriete y se anhele la sombra.
Es posible que acierte una vez,
y que falle otras muchas.
Es posible que me llames y responda,
o que solo te devuelva silencio.
Es posible que te llame y te encuentre,
o que me hagas salir a buscarte.
Es posible la risa o el sollozo,
20. la pasión y la desgana,
el delirio y la locura,
la rutina y la sorpresa.
Posible es el hambre, y posible la hartura.
Es posible que el miedo nos congele, ateridos,
o nos empuje a bailar, frenéticos
dibujando figuras fugaces.
El amor, la muerte y la Vida… eso es seguro.
José María Rodríguez Olaizola
2. Que no me roben la risa
“Ahora, hermanos, quiero comunicaros la buena noticia que os
anuncié, la que aceptasteis y mantenéis, la que os salva…” (1Cor
15, 1)
Hay veces en que soy un agonías. Y sospecho que hay que
quitarle un poco de hierro a las preocupaciones, los agobios, las
prisas o los problemas… No quiere decir que sean falsos... Tal vez
tendré que plantarles cara, y tocará, de vez en cuando, batirse en
duelo con alguna que otra incertidumbre. Pero sin perder la
posibilidad de sonreír por lo que de verdad importa.
Porque el Amor toca muchas vidas. Porque hay bienaventuranza
prometida a los más rotos. Porque hay gente buena, que busca.
Porque hay mucho bien en torno
TAL VEZ NO ERA PENSAR
Tal vez no era pensar, la fórmula, el secreto,
sino darse y tomar perdida, ingenuamente,
tal vez pude elegir, o necesariamente,
tenía que pedir sentido a toda cosa.
Tal vez no fue vivir este estar silenciosa
y despiadadamente al borde de la angustia
y este terco sentir debajo de su música
un silencio de muerte, de abismo a cada cosa.
Tal vez debí quedarme en los amores quietos
que podrían llenar mi vida con un nombre
en vez de buscar al evadido del hombre,
despojado, sin alma, ser puro, esqueleto.
Tal vez no era pensar, la fórmula, el secreto.
sino amarse y amar, perdida, ingenuamente.
Tal vez pude subir como una flor ardiente
o tener un profundo destino de semilla
en vez de esta terrible lucidez amarilla
y de este estar de estatua con los ojos vacíos.
Tal vez pude doblar este destino mío
en música inefable. O necesariamente
Idea Vilariño
21. La edad de las posibilidades
Los que, en la vida, tenemos la oportunidad de elegir, tomar unas sendas y no otras,
probar algunas experiencias, escoger en qué gastar las horas… podemos vivirlo
desde la gratitud, y desde la responsabilidad. Porque tenemos a mano muchas
oportunidades.
Hay quien piensa que eso queda para los más jóvenes, y que luego simplemente te
vas cerrando puertas y ya está. Pero esa es una mirada muy plana. Porque en
todas las edades, muchos momentos y bastantes situaciones suponen para cada
uno de nosotros la posibilidad de elegir la vida, el Evangelio, a las personas y la
forma de interpretar y entender lo que nos pasa.
1. Es posible...
“Si Dios está con nosotros, ¿quién contra nosotros?” (Rom 8,31)
No siempre es evidente. Y tal vez, en ocasiones, ni siquiera es
probable. Pero siempre es posible… pararme y rezar un rato.
Buscar, y tal vez comprender Tu palabra. Compartir un café, unas
charlas, ilusiones, heridas, anhelos, proyectos, sueños con gente
querida.
Encontrarme de verdad con otros. Cantar sobre las cosas que
pasan dentro y fuera de uno. Escuchar las historias de otras
personas, y que haya encuentro. Imaginar posibilidades para sanar
las heridas que golpean tantas vidas. Y tratar de ponerse manos a
la obra.
¿Soy capaz de percibir todo el bien que es posible en mi vida? ¿Y todo el bien
que está a mi alcance hacer?
LA EDAD DE LAS POSIBILIDADES
Es posible que llueva y que escampe,
o que el sol apriete y se anhele la sombra.
Es posible que acierte una vez,
y que falle otras muchas.
Es posible que me llames y responda,
o que solo te devuelva silencio.
Es posible que te llame y te encuentre,
o que me hagas salir a buscarte.
Es posible la risa o el sollozo,
22. la pasión y la desgana,
el delirio y la locura,
la rutina y la sorpresa.
Posible es el hambre, y posible la hartura.
Es posible que el miedo nos congele, ateridos,
o nos empuje a bailar, frenéticos
dibujando figuras fugaces.
El amor, la muerte y la Vida… eso es seguro.
José María Rodríguez Olaizola
2. Que no me roben la risa
“Ahora, hermanos, quiero comunicaros la buena noticia que os
anuncié, la que aceptasteis y mantenéis, la que os salva…” (1Cor
15, 1)
Hay veces en que soy un agonías. Y sospecho que hay que
quitarle un poco de hierro a las preocupaciones, los agobios, las
prisas o los problemas… No quiere decir que sean falsos... Tal vez
tendré que plantarles cara, y tocará, de vez en cuando, batirse en
duelo con alguna que otra incertidumbre. Pero sin perder la
posibilidad de sonreír por lo que de verdad importa.
Porque el Amor toca muchas vidas. Porque hay bienaventuranza
prometida a los más rotos. Porque hay gente buena, que busca.
Porque hay mucho bien en torno
TAL VEZ NO ERA PENSAR
Tal vez no era pensar, la fórmula, el secreto,
sino darse y tomar perdida, ingenuamente,
tal vez pude elegir, o necesariamente,
tenía que pedir sentido a toda cosa.
Tal vez no fue vivir este estar silenciosa
y despiadadamente al borde de la angustia
y este terco sentir debajo de su música
un silencio de muerte, de abismo a cada cosa.
Tal vez debí quedarme en los amores quietos
que podrían llenar mi vida con un nombre
en vez de buscar al evadido del hombre,
despojado, sin alma, ser puro, esqueleto.
Tal vez no era pensar, la fórmula, el secreto.
sino amarse y amar, perdida, ingenuamente.
Tal vez pude subir como una flor ardiente
o tener un profundo destino de semilla
en vez de esta terrible lucidez amarilla
y de este estar de estatua con los ojos vacíos.
Tal vez pude doblar este destino mío
en música inefable. O necesariamente
Idea Vilariño
23. La edad de las posibilidades
Los que, en la vida, tenemos la oportunidad de elegir, tomar unas sendas y no otras,
probar algunas experiencias, escoger en qué gastar las horas… podemos vivirlo
desde la gratitud, y desde la responsabilidad. Porque tenemos a mano muchas
oportunidades.
Hay quien piensa que eso queda para los más jóvenes, y que luego simplemente te
vas cerrando puertas y ya está. Pero esa es una mirada muy plana. Porque en
todas las edades, muchos momentos y bastantes situaciones suponen para cada
uno de nosotros la posibilidad de elegir la vida, el Evangelio, a las personas y la
forma de interpretar y entender lo que nos pasa.
1. Es posible...
“Si Dios está con nosotros, ¿quién contra nosotros?” (Rom 8,31)
No siempre es evidente. Y tal vez, en ocasiones, ni siquiera es
probable. Pero siempre es posible… pararme y rezar un rato.
Buscar, y tal vez comprender Tu palabra. Compartir un café, unas
charlas, ilusiones, heridas, anhelos, proyectos, sueños con gente
querida.
Encontrarme de verdad con otros. Cantar sobre las cosas que
pasan dentro y fuera de uno. Escuchar las historias de otras
personas, y que haya encuentro. Imaginar posibilidades para sanar
las heridas que golpean tantas vidas. Y tratar de ponerse manos a
la obra.
¿Soy capaz de percibir todo el bien que es posible en mi vida? ¿Y todo el bien
que está a mi alcance hacer?
LA EDAD DE LAS POSIBILIDADES
Es posible que llueva y que escampe,
o que el sol apriete y se anhele la sombra.
Es posible que acierte una vez,
y que falle otras muchas.
Es posible que me llames y responda,
o que solo te devuelva silencio.
Es posible que te llame y te encuentre,
o que me hagas salir a buscarte.
Es posible la risa o el sollozo,
24. la pasión y la desgana,
el delirio y la locura,
la rutina y la sorpresa.
Posible es el hambre, y posible la hartura.
Es posible que el miedo nos congele, ateridos,
o nos empuje a bailar, frenéticos
dibujando figuras fugaces.
El amor, la muerte y la Vida… eso es seguro.
José María Rodríguez Olaizola
2. Que no me roben la risa
“Ahora, hermanos, quiero comunicaros la buena noticia que os
anuncié, la que aceptasteis y mantenéis, la que os salva…” (1Cor
15, 1)
Hay veces en que soy un agonías. Y sospecho que hay que
quitarle un poco de hierro a las preocupaciones, los agobios, las
prisas o los problemas… No quiere decir que sean falsos... Tal vez
tendré que plantarles cara, y tocará, de vez en cuando, batirse en
duelo con alguna que otra incertidumbre. Pero sin perder la
posibilidad de sonreír por lo que de verdad importa.
Porque el Amor toca muchas vidas. Porque hay bienaventuranza
prometida a los más rotos. Porque hay gente buena, que busca.
Porque hay mucho bien en torno
TAL VEZ NO ERA PENSAR
Tal vez no era pensar, la fórmula, el secreto,
sino darse y tomar perdida, ingenuamente,
tal vez pude elegir, o necesariamente,
tenía que pedir sentido a toda cosa.
Tal vez no fue vivir este estar silenciosa
y despiadadamente al borde de la angustia
y este terco sentir debajo de su música
un silencio de muerte, de abismo a cada cosa.
Tal vez debí quedarme en los amores quietos
que podrían llenar mi vida con un nombre
en vez de buscar al evadido del hombre,
despojado, sin alma, ser puro, esqueleto.
Tal vez no era pensar, la fórmula, el secreto.
sino amarse y amar, perdida, ingenuamente.
Tal vez pude subir como una flor ardiente
o tener un profundo destino de semilla
en vez de esta terrible lucidez amarilla
y de este estar de estatua con los ojos vacíos.
Tal vez pude doblar este destino mío
en música inefable. O necesariamente
Idea Vilariño
25. La edad de las posibilidades
Los que, en la vida, tenemos la oportunidad de elegir, tomar unas sendas y no otras,
probar algunas experiencias, escoger en qué gastar las horas… podemos vivirlo
desde la gratitud, y desde la responsabilidad. Porque tenemos a mano muchas
oportunidades.
Hay quien piensa que eso queda para los más jóvenes, y que luego simplemente te
vas cerrando puertas y ya está. Pero esa es una mirada muy plana. Porque en
todas las edades, muchos momentos y bastantes situaciones suponen para cada
uno de nosotros la posibilidad de elegir la vida, el Evangelio, a las personas y la
forma de interpretar y entender lo que nos pasa.
1. Es posible...
“Si Dios está con nosotros, ¿quién contra nosotros?” (Rom 8,31)
No siempre es evidente. Y tal vez, en ocasiones, ni siquiera es
probable. Pero siempre es posible… pararme y rezar un rato.
Buscar, y tal vez comprender Tu palabra. Compartir un café, unas
charlas, ilusiones, heridas, anhelos, proyectos, sueños con gente
querida.
Encontrarme de verdad con otros. Cantar sobre las cosas que
pasan dentro y fuera de uno. Escuchar las historias de otras
personas, y que haya encuentro. Imaginar posibilidades para sanar
las heridas que golpean tantas vidas. Y tratar de ponerse manos a
la obra.
¿Soy capaz de percibir todo el bien que es posible en mi vida? ¿Y todo el bien
que está a mi alcance hacer?
LA EDAD DE LAS POSIBILIDADES
Es posible que llueva y que escampe,
o que el sol apriete y se anhele la sombra.
Es posible que acierte una vez,
y que falle otras muchas.
Es posible que me llames y responda,
o que solo te devuelva silencio.
Es posible que te llame y te encuentre,
o que me hagas salir a buscarte.
Es posible la risa o el sollozo,
26. la pasión y la desgana,
el delirio y la locura,
la rutina y la sorpresa.
Posible es el hambre, y posible la hartura.
Es posible que el miedo nos congele, ateridos,
o nos empuje a bailar, frenéticos
dibujando figuras fugaces.
El amor, la muerte y la Vida… eso es seguro.
José María Rodríguez Olaizola
2. Que no me roben la risa
“Ahora, hermanos, quiero comunicaros la buena noticia que os
anuncié, la que aceptasteis y mantenéis, la que os salva…” (1Cor
15, 1)
Hay veces en que soy un agonías. Y sospecho que hay que
quitarle un poco de hierro a las preocupaciones, los agobios, las
prisas o los problemas… No quiere decir que sean falsos... Tal vez
tendré que plantarles cara, y tocará, de vez en cuando, batirse en
duelo con alguna que otra incertidumbre. Pero sin perder la
posibilidad de sonreír por lo que de verdad importa.
Porque el Amor toca muchas vidas. Porque hay bienaventuranza
prometida a los más rotos. Porque hay gente buena, que busca.
Porque hay mucho bien en torno
TAL VEZ NO ERA PENSAR
Tal vez no era pensar, la fórmula, el secreto,
sino darse y tomar perdida, ingenuamente,
tal vez pude elegir, o necesariamente,
tenía que pedir sentido a toda cosa.
Tal vez no fue vivir este estar silenciosa
y despiadadamente al borde de la angustia
y este terco sentir debajo de su música
un silencio de muerte, de abismo a cada cosa.
Tal vez debí quedarme en los amores quietos
que podrían llenar mi vida con un nombre
en vez de buscar al evadido del hombre,
despojado, sin alma, ser puro, esqueleto.
Tal vez no era pensar, la fórmula, el secreto.
sino amarse y amar, perdida, ingenuamente.
Tal vez pude subir como una flor ardiente
o tener un profundo destino de semilla
en vez de esta terrible lucidez amarilla
y de este estar de estatua con los ojos vacíos.
Tal vez pude doblar este destino mío
en música inefable. O necesariamente
Idea Vilariño
27. La edad de las posibilidades
Los que, en la vida, tenemos la oportunidad de elegir, tomar unas sendas y no otras,
probar algunas experiencias, escoger en qué gastar las horas… podemos vivirlo
desde la gratitud, y desde la responsabilidad. Porque tenemos a mano muchas
oportunidades.
Hay quien piensa que eso queda para los más jóvenes, y que luego simplemente te
vas cerrando puertas y ya está. Pero esa es una mirada muy plana. Porque en
todas las edades, muchos momentos y bastantes situaciones suponen para cada
uno de nosotros la posibilidad de elegir la vida, el Evangelio, a las personas y la
forma de interpretar y entender lo que nos pasa.
1. Es posible...
“Si Dios está con nosotros, ¿quién contra nosotros?” (Rom 8,31)
No siempre es evidente. Y tal vez, en ocasiones, ni siquiera es
probable. Pero siempre es posible… pararme y rezar un rato.
Buscar, y tal vez comprender Tu palabra. Compartir un café, unas
charlas, ilusiones, heridas, anhelos, proyectos, sueños con gente
querida.
Encontrarme de verdad con otros. Cantar sobre las cosas que
pasan dentro y fuera de uno. Escuchar las historias de otras
personas, y que haya encuentro. Imaginar posibilidades para sanar
las heridas que golpean tantas vidas. Y tratar de ponerse manos a
la obra.
¿Soy capaz de percibir todo el bien que es posible en mi vida? ¿Y todo el bien
que está a mi alcance hacer?
LA EDAD DE LAS POSIBILIDADES
Es posible que llueva y que escampe,
o que el sol apriete y se anhele la sombra.
Es posible que acierte una vez,
y que falle otras muchas.
Es posible que me llames y responda,
o que solo te devuelva silencio.
Es posible que te llame y te encuentre,
o que me hagas salir a buscarte.
Es posible la risa o el sollozo,
28. la pasión y la desgana,
el delirio y la locura,
la rutina y la sorpresa.
Posible es el hambre, y posible la hartura.
Es posible que el miedo nos congele, ateridos,
o nos empuje a bailar, frenéticos
dibujando figuras fugaces.
El amor, la muerte y la Vida… eso es seguro.
José María Rodríguez Olaizola
2. Que no me roben la risa
“Ahora, hermanos, quiero comunicaros la buena noticia que os
anuncié, la que aceptasteis y mantenéis, la que os salva…” (1Cor
15, 1)
Hay veces en que soy un agonías. Y sospecho que hay que
quitarle un poco de hierro a las preocupaciones, los agobios, las
prisas o los problemas… No quiere decir que sean falsos... Tal vez
tendré que plantarles cara, y tocará, de vez en cuando, batirse en
duelo con alguna que otra incertidumbre. Pero sin perder la
posibilidad de sonreír por lo que de verdad importa.
Porque el Amor toca muchas vidas. Porque hay bienaventuranza
prometida a los más rotos. Porque hay gente buena, que busca.
Porque hay mucho bien en torno
TAL VEZ NO ERA PENSAR
Tal vez no era pensar, la fórmula, el secreto,
sino darse y tomar perdida, ingenuamente,
tal vez pude elegir, o necesariamente,
tenía que pedir sentido a toda cosa.
Tal vez no fue vivir este estar silenciosa
y despiadadamente al borde de la angustia
y este terco sentir debajo de su música
un silencio de muerte, de abismo a cada cosa.
Tal vez debí quedarme en los amores quietos
que podrían llenar mi vida con un nombre
en vez de buscar al evadido del hombre,
despojado, sin alma, ser puro, esqueleto.
Tal vez no era pensar, la fórmula, el secreto.
sino amarse y amar, perdida, ingenuamente.
Tal vez pude subir como una flor ardiente
o tener un profundo destino de semilla
en vez de esta terrible lucidez amarilla
y de este estar de estatua con los ojos vacíos.
Tal vez pude doblar este destino mío
en música inefable. O necesariamente
Idea Vilariño
29. La edad de las posibilidades
Los que, en la vida, tenemos la oportunidad de elegir, tomar unas sendas y no otras,
probar algunas experiencias, escoger en qué gastar las horas… podemos vivirlo
desde la gratitud, y desde la responsabilidad. Porque tenemos a mano muchas
oportunidades.
Hay quien piensa que eso queda para los más jóvenes, y que luego simplemente te
vas cerrando puertas y ya está. Pero esa es una mirada muy plana. Porque en
todas las edades, muchos momentos y bastantes situaciones suponen para cada
uno de nosotros la posibilidad de elegir la vida, el Evangelio, a las personas y la
forma de interpretar y entender lo que nos pasa.
1. Es posible...
“Si Dios está con nosotros, ¿quién contra nosotros?” (Rom 8,31)
No siempre es evidente. Y tal vez, en ocasiones, ni siquiera es
probable. Pero siempre es posible… pararme y rezar un rato.
Buscar, y tal vez comprender Tu palabra. Compartir un café, unas
charlas, ilusiones, heridas, anhelos, proyectos, sueños con gente
querida.
Encontrarme de verdad con otros. Cantar sobre las cosas que
pasan dentro y fuera de uno. Escuchar las historias de otras
personas, y que haya encuentro. Imaginar posibilidades para sanar
las heridas que golpean tantas vidas. Y tratar de ponerse manos a
la obra.
¿Soy capaz de percibir todo el bien que es posible en mi vida? ¿Y todo el bien
que está a mi alcance hacer?
LA EDAD DE LAS POSIBILIDADES
Es posible que llueva y que escampe,
o que el sol apriete y se anhele la sombra.
Es posible que acierte una vez,
y que falle otras muchas.
Es posible que me llames y responda,
o que solo te devuelva silencio.
Es posible que te llame y te encuentre,
o que me hagas salir a buscarte.
Es posible la risa o el sollozo,
30. la pasión y la desgana,
el delirio y la locura,
la rutina y la sorpresa.
Posible es el hambre, y posible la hartura.
Es posible que el miedo nos congele, ateridos,
o nos empuje a bailar, frenéticos
dibujando figuras fugaces.
El amor, la muerte y la Vida… eso es seguro.
José María Rodríguez Olaizola
2. Que no me roben la risa
“Ahora, hermanos, quiero comunicaros la buena noticia que os
anuncié, la que aceptasteis y mantenéis, la que os salva…” (1Cor
15, 1)
Hay veces en que soy un agonías. Y sospecho que hay que
quitarle un poco de hierro a las preocupaciones, los agobios, las
prisas o los problemas… No quiere decir que sean falsos... Tal vez
tendré que plantarles cara, y tocará, de vez en cuando, batirse en
duelo con alguna que otra incertidumbre. Pero sin perder la
posibilidad de sonreír por lo que de verdad importa.
Porque el Amor toca muchas vidas. Porque hay bienaventuranza
prometida a los más rotos. Porque hay gente buena, que busca.
Porque hay mucho bien en torno
TAL VEZ NO ERA PENSAR
Tal vez no era pensar, la fórmula, el secreto,
sino darse y tomar perdida, ingenuamente,
tal vez pude elegir, o necesariamente,
tenía que pedir sentido a toda cosa.
Tal vez no fue vivir este estar silenciosa
y despiadadamente al borde de la angustia
y este terco sentir debajo de su música
un silencio de muerte, de abismo a cada cosa.
Tal vez debí quedarme en los amores quietos
que podrían llenar mi vida con un nombre
en vez de buscar al evadido del hombre,
despojado, sin alma, ser puro, esqueleto.
Tal vez no era pensar, la fórmula, el secreto.
sino amarse y amar, perdida, ingenuamente.
Tal vez pude subir como una flor ardiente
o tener un profundo destino de semilla
en vez de esta terrible lucidez amarilla
y de este estar de estatua con los ojos vacíos.
Tal vez pude doblar este destino mío
en música inefable. O necesariamente
Idea Vilariño
31. La edad de las posibilidades
Los que, en la vida, tenemos la oportunidad de elegir, tomar unas sendas y no otras,
probar algunas experiencias, escoger en qué gastar las horas… podemos vivirlo
desde la gratitud, y desde la responsabilidad. Porque tenemos a mano muchas
oportunidades.
Hay quien piensa que eso queda para los más jóvenes, y que luego simplemente te
vas cerrando puertas y ya está. Pero esa es una mirada muy plana. Porque en
todas las edades, muchos momentos y bastantes situaciones suponen para cada
uno de nosotros la posibilidad de elegir la vida, el Evangelio, a las personas y la
forma de interpretar y entender lo que nos pasa.
1. Es posible...
“Si Dios está con nosotros, ¿quién contra nosotros?” (Rom 8,31)
No siempre es evidente. Y tal vez, en ocasiones, ni siquiera es
probable. Pero siempre es posible… pararme y rezar un rato.
Buscar, y tal vez comprender Tu palabra. Compartir un café, unas
charlas, ilusiones, heridas, anhelos, proyectos, sueños con gente
querida.
Encontrarme de verdad con otros. Cantar sobre las cosas que
pasan dentro y fuera de uno. Escuchar las historias de otras
personas, y que haya encuentro. Imaginar posibilidades para sanar
las heridas que golpean tantas vidas. Y tratar de ponerse manos a
la obra.
¿Soy capaz de percibir todo el bien que es posible en mi vida? ¿Y todo el bien
que está a mi alcance hacer?
LA EDAD DE LAS POSIBILIDADES
Es posible que llueva y que escampe,
o que el sol apriete y se anhele la sombra.
Es posible que acierte una vez,
y que falle otras muchas.
Es posible que me llames y responda,
o que solo te devuelva silencio.
Es posible que te llame y te encuentre,
o que me hagas salir a buscarte.
Es posible la risa o el sollozo,
32. la pasión y la desgana,
el delirio y la locura,
la rutina y la sorpresa.
Posible es el hambre, y posible la hartura.
Es posible que el miedo nos congele, ateridos,
o nos empuje a bailar, frenéticos
dibujando figuras fugaces.
El amor, la muerte y la Vida… eso es seguro.
José María Rodríguez Olaizola
2. Que no me roben la risa
“Ahora, hermanos, quiero comunicaros la buena noticia que os
anuncié, la que aceptasteis y mantenéis, la que os salva…” (1Cor
15, 1)
Hay veces en que soy un agonías. Y sospecho que hay que
quitarle un poco de hierro a las preocupaciones, los agobios, las
prisas o los problemas… No quiere decir que sean falsos... Tal vez
tendré que plantarles cara, y tocará, de vez en cuando, batirse en
duelo con alguna que otra incertidumbre. Pero sin perder la
posibilidad de sonreír por lo que de verdad importa.
Porque el Amor toca muchas vidas. Porque hay bienaventuranza
prometida a los más rotos. Porque hay gente buena, que busca.
Porque hay mucho bien en torno
TAL VEZ NO ERA PENSAR
Tal vez no era pensar, la fórmula, el secreto,
sino darse y tomar perdida, ingenuamente,
tal vez pude elegir, o necesariamente,
tenía que pedir sentido a toda cosa.
Tal vez no fue vivir este estar silenciosa
y despiadadamente al borde de la angustia
y este terco sentir debajo de su música
un silencio de muerte, de abismo a cada cosa.
Tal vez debí quedarme en los amores quietos
que podrían llenar mi vida con un nombre
en vez de buscar al evadido del hombre,
despojado, sin alma, ser puro, esqueleto.
Tal vez no era pensar, la fórmula, el secreto.
sino amarse y amar, perdida, ingenuamente.
Tal vez pude subir como una flor ardiente
o tener un profundo destino de semilla
en vez de esta terrible lucidez amarilla
y de este estar de estatua con los ojos vacíos.
Tal vez pude doblar este destino mío
en música inefable. O necesariamente
Idea Vilariño
33. La edad de las posibilidades
Los que, en la vida, tenemos la oportunidad de elegir, tomar unas sendas y no otras,
probar algunas experiencias, escoger en qué gastar las horas… podemos vivirlo
desde la gratitud, y desde la responsabilidad. Porque tenemos a mano muchas
oportunidades.
Hay quien piensa que eso queda para los más jóvenes, y que luego simplemente te
vas cerrando puertas y ya está. Pero esa es una mirada muy plana. Porque en
todas las edades, muchos momentos y bastantes situaciones suponen para cada
uno de nosotros la posibilidad de elegir la vida, el Evangelio, a las personas y la
forma de interpretar y entender lo que nos pasa.
1. Es posible...
“Si Dios está con nosotros, ¿quién contra nosotros?” (Rom 8,31)
No siempre es evidente. Y tal vez, en ocasiones, ni siquiera es
probable. Pero siempre es posible… pararme y rezar un rato.
Buscar, y tal vez comprender Tu palabra. Compartir un café, unas
charlas, ilusiones, heridas, anhelos, proyectos, sueños con gente
querida.
Encontrarme de verdad con otros. Cantar sobre las cosas que
pasan dentro y fuera de uno. Escuchar las historias de otras
personas, y que haya encuentro. Imaginar posibilidades para sanar
las heridas que golpean tantas vidas. Y tratar de ponerse manos a
la obra.
¿Soy capaz de percibir todo el bien que es posible en mi vida? ¿Y todo el bien
que está a mi alcance hacer?
LA EDAD DE LAS POSIBILIDADES
Es posible que llueva y que escampe,
o que el sol apriete y se anhele la sombra.
Es posible que acierte una vez,
y que falle otras muchas.
Es posible que me llames y responda,
o que solo te devuelva silencio.
Es posible que te llame y te encuentre,
o que me hagas salir a buscarte.
Es posible la risa o el sollozo,
34. la pasión y la desgana,
el delirio y la locura,
la rutina y la sorpresa.
Posible es el hambre, y posible la hartura.
Es posible que el miedo nos congele, ateridos,
o nos empuje a bailar, frenéticos
dibujando figuras fugaces.
El amor, la muerte y la Vida… eso es seguro.
José María Rodríguez Olaizola
2. Que no me roben la risa
“Ahora, hermanos, quiero comunicaros la buena noticia que os
anuncié, la que aceptasteis y mantenéis, la que os salva…” (1Cor
15, 1)
Hay veces en que soy un agonías. Y sospecho que hay que
quitarle un poco de hierro a las preocupaciones, los agobios, las
prisas o los problemas… No quiere decir que sean falsos... Tal vez
tendré que plantarles cara, y tocará, de vez en cuando, batirse en
duelo con alguna que otra incertidumbre. Pero sin perder la
posibilidad de sonreír por lo que de verdad importa.
Porque el Amor toca muchas vidas. Porque hay bienaventuranza
prometida a los más rotos. Porque hay gente buena, que busca.
Porque hay mucho bien en torno
TAL VEZ NO ERA PENSAR
Tal vez no era pensar, la fórmula, el secreto,
sino darse y tomar perdida, ingenuamente,
tal vez pude elegir, o necesariamente,
tenía que pedir sentido a toda cosa.
Tal vez no fue vivir este estar silenciosa
y despiadadamente al borde de la angustia
y este terco sentir debajo de su música
un silencio de muerte, de abismo a cada cosa.
Tal vez debí quedarme en los amores quietos
que podrían llenar mi vida con un nombre
en vez de buscar al evadido del hombre,
despojado, sin alma, ser puro, esqueleto.
Tal vez no era pensar, la fórmula, el secreto.
sino amarse y amar, perdida, ingenuamente.
Tal vez pude subir como una flor ardiente
o tener un profundo destino de semilla
en vez de esta terrible lucidez amarilla
y de este estar de estatua con los ojos vacíos.
Tal vez pude doblar este destino mío
en música inefable. O necesariamente
Idea Vilariño
35. La edad de las posibilidades
Los que, en la vida, tenemos la oportunidad de elegir, tomar unas sendas y no otras,
probar algunas experiencias, escoger en qué gastar las horas… podemos vivirlo
desde la gratitud, y desde la responsabilidad. Porque tenemos a mano muchas
oportunidades.
Hay quien piensa que eso queda para los más jóvenes, y que luego simplemente te
vas cerrando puertas y ya está. Pero esa es una mirada muy plana. Porque en
todas las edades, muchos momentos y bastantes situaciones suponen para cada
uno de nosotros la posibilidad de elegir la vida, el Evangelio, a las personas y la
forma de interpretar y entender lo que nos pasa.
1. Es posible...
“Si Dios está con nosotros, ¿quién contra nosotros?” (Rom 8,31)
No siempre es evidente. Y tal vez, en ocasiones, ni siquiera es
probable. Pero siempre es posible… pararme y rezar un rato.
Buscar, y tal vez comprender Tu palabra. Compartir un café, unas
charlas, ilusiones, heridas, anhelos, proyectos, sueños con gente
querida.
Encontrarme de verdad con otros. Cantar sobre las cosas que
pasan dentro y fuera de uno. Escuchar las historias de otras
personas, y que haya encuentro. Imaginar posibilidades para sanar
las heridas que golpean tantas vidas. Y tratar de ponerse manos a
la obra.
¿Soy capaz de percibir todo el bien que es posible en mi vida? ¿Y todo el bien
que está a mi alcance hacer?
LA EDAD DE LAS POSIBILIDADES
Es posible que llueva y que escampe,
o que el sol apriete y se anhele la sombra.
Es posible que acierte una vez,
y que falle otras muchas.
Es posible que me llames y responda,
o que solo te devuelva silencio.
Es posible que te llame y te encuentre,
o que me hagas salir a buscarte.
Es posible la risa o el sollozo,
36. la pasión y la desgana,
el delirio y la locura,
la rutina y la sorpresa.
Posible es el hambre, y posible la hartura.
Es posible que el miedo nos congele, ateridos,
o nos empuje a bailar, frenéticos
dibujando figuras fugaces.
El amor, la muerte y la Vida… eso es seguro.
José María Rodríguez Olaizola
2. Que no me roben la risa
“Ahora, hermanos, quiero comunicaros la buena noticia que os
anuncié, la que aceptasteis y mantenéis, la que os salva…” (1Cor
15, 1)
Hay veces en que soy un agonías. Y sospecho que hay que
quitarle un poco de hierro a las preocupaciones, los agobios, las
prisas o los problemas… No quiere decir que sean falsos... Tal vez
tendré que plantarles cara, y tocará, de vez en cuando, batirse en
duelo con alguna que otra incertidumbre. Pero sin perder la
posibilidad de sonreír por lo que de verdad importa.
Porque el Amor toca muchas vidas. Porque hay bienaventuranza
prometida a los más rotos. Porque hay gente buena, que busca.
Porque hay mucho bien en torno
TAL VEZ NO ERA PENSAR
Tal vez no era pensar, la fórmula, el secreto,
sino darse y tomar perdida, ingenuamente,
tal vez pude elegir, o necesariamente,
tenía que pedir sentido a toda cosa.
Tal vez no fue vivir este estar silenciosa
y despiadadamente al borde de la angustia
y este terco sentir debajo de su música
un silencio de muerte, de abismo a cada cosa.
Tal vez debí quedarme en los amores quietos
que podrían llenar mi vida con un nombre
en vez de buscar al evadido del hombre,
despojado, sin alma, ser puro, esqueleto.
Tal vez no era pensar, la fórmula, el secreto.
sino amarse y amar, perdida, ingenuamente.
Tal vez pude subir como una flor ardiente
o tener un profundo destino de semilla
en vez de esta terrible lucidez amarilla
y de este estar de estatua con los ojos vacíos.
Tal vez pude doblar este destino mío
en música inefable. O necesariamente
Idea Vilariño
37. La edad de las posibilidades
Los que, en la vida, tenemos la oportunidad de elegir, tomar unas sendas y no otras,
probar algunas experiencias, escoger en qué gastar las horas… podemos vivirlo
desde la gratitud, y desde la responsabilidad. Porque tenemos a mano muchas
oportunidades.
Hay quien piensa que eso queda para los más jóvenes, y que luego simplemente te
vas cerrando puertas y ya está. Pero esa es una mirada muy plana. Porque en
todas las edades, muchos momentos y bastantes situaciones suponen para cada
uno de nosotros la posibilidad de elegir la vida, el Evangelio, a las personas y la
forma de interpretar y entender lo que nos pasa.
1. Es posible...
“Si Dios está con nosotros, ¿quién contra nosotros?” (Rom 8,31)
No siempre es evidente. Y tal vez, en ocasiones, ni siquiera es
probable. Pero siempre es posible… pararme y rezar un rato.
Buscar, y tal vez comprender Tu palabra. Compartir un café, unas
charlas, ilusiones, heridas, anhelos, proyectos, sueños con gente
querida.
Encontrarme de verdad con otros. Cantar sobre las cosas que
pasan dentro y fuera de uno. Escuchar las historias de otras
personas, y que haya encuentro. Imaginar posibilidades para sanar
las heridas que golpean tantas vidas. Y tratar de ponerse manos a
la obra.
¿Soy capaz de percibir todo el bien que es posible en mi vida? ¿Y todo el bien
que está a mi alcance hacer?
LA EDAD DE LAS POSIBILIDADES
Es posible que llueva y que escampe,
o que el sol apriete y se anhele la sombra.
Es posible que acierte una vez,
y que falle otras muchas.
Es posible que me llames y responda,
o que solo te devuelva silencio.
Es posible que te llame y te encuentre,
o que me hagas salir a buscarte.
Es posible la risa o el sollozo,
38. la pasión y la desgana,
el delirio y la locura,
la rutina y la sorpresa.
Posible es el hambre, y posible la hartura.
Es posible que el miedo nos congele, ateridos,
o nos empuje a bailar, frenéticos
dibujando figuras fugaces.
El amor, la muerte y la Vida… eso es seguro.
José María Rodríguez Olaizola
2. Que no me roben la risa
“Ahora, hermanos, quiero comunicaros la buena noticia que os
anuncié, la que aceptasteis y mantenéis, la que os salva…” (1Cor
15, 1)
Hay veces en que soy un agonías. Y sospecho que hay que
quitarle un poco de hierro a las preocupaciones, los agobios, las
prisas o los problemas… No quiere decir que sean falsos... Tal vez
tendré que plantarles cara, y tocará, de vez en cuando, batirse en
duelo con alguna que otra incertidumbre. Pero sin perder la
posibilidad de sonreír por lo que de verdad importa.
Porque el Amor toca muchas vidas. Porque hay bienaventuranza
prometida a los más rotos. Porque hay gente buena, que busca.
Porque hay mucho bien en torno
TAL VEZ NO ERA PENSAR
Tal vez no era pensar, la fórmula, el secreto,
sino darse y tomar perdida, ingenuamente,
tal vez pude elegir, o necesariamente,
tenía que pedir sentido a toda cosa.
Tal vez no fue vivir este estar silenciosa
y despiadadamente al borde de la angustia
y este terco sentir debajo de su música
un silencio de muerte, de abismo a cada cosa.
Tal vez debí quedarme en los amores quietos
que podrían llenar mi vida con un nombre
en vez de buscar al evadido del hombre,
despojado, sin alma, ser puro, esqueleto.
Tal vez no era pensar, la fórmula, el secreto.
sino amarse y amar, perdida, ingenuamente.
Tal vez pude subir como una flor ardiente
o tener un profundo destino de semilla
en vez de esta terrible lucidez amarilla
y de este estar de estatua con los ojos vacíos.
Tal vez pude doblar este destino mío
en música inefable. O necesariamente
Idea Vilariño
39. La edad de las posibilidades
Los que, en la vida, tenemos la oportunidad de elegir, tomar unas sendas y no otras,
probar algunas experiencias, escoger en qué gastar las horas… podemos vivirlo
desde la gratitud, y desde la responsabilidad. Porque tenemos a mano muchas
oportunidades.
Hay quien piensa que eso queda para los más jóvenes, y que luego simplemente te
vas cerrando puertas y ya está. Pero esa es una mirada muy plana. Porque en
todas las edades, muchos momentos y bastantes situaciones suponen para cada
uno de nosotros la posibilidad de elegir la vida, el Evangelio, a las personas y la
forma de interpretar y entender lo que nos pasa.
1. Es posible...
“Si Dios está con nosotros, ¿quién contra nosotros?” (Rom 8,31)
No siempre es evidente. Y tal vez, en ocasiones, ni siquiera es
probable. Pero siempre es posible… pararme y rezar un rato.
Buscar, y tal vez comprender Tu palabra. Compartir un café, unas
charlas, ilusiones, heridas, anhelos, proyectos, sueños con gente
querida.
Encontrarme de verdad con otros. Cantar sobre las cosas que
pasan dentro y fuera de uno. Escuchar las historias de otras
personas, y que haya encuentro. Imaginar posibilidades para sanar
las heridas que golpean tantas vidas. Y tratar de ponerse manos a
la obra.
¿Soy capaz de percibir todo el bien que es posible en mi vida? ¿Y todo el bien
que está a mi alcance hacer?
LA EDAD DE LAS POSIBILIDADES
Es posible que llueva y que escampe,
o que el sol apriete y se anhele la sombra.
Es posible que acierte una vez,
y que falle otras muchas.
Es posible que me llames y responda,
o que solo te devuelva silencio.
Es posible que te llame y te encuentre,
o que me hagas salir a buscarte.
Es posible la risa o el sollozo,
40. la pasión y la desgana,
el delirio y la locura,
la rutina y la sorpresa.
Posible es el hambre, y posible la hartura.
Es posible que el miedo nos congele, ateridos,
o nos empuje a bailar, frenéticos
dibujando figuras fugaces.
El amor, la muerte y la Vida… eso es seguro.
José María Rodríguez Olaizola
2. Que no me roben la risa
“Ahora, hermanos, quiero comunicaros la buena noticia que os
anuncié, la que aceptasteis y mantenéis, la que os salva…” (1Cor
15, 1)
Hay veces en que soy un agonías. Y sospecho que hay que
quitarle un poco de hierro a las preocupaciones, los agobios, las
prisas o los problemas… No quiere decir que sean falsos... Tal vez
tendré que plantarles cara, y tocará, de vez en cuando, batirse en
duelo con alguna que otra incertidumbre. Pero sin perder la
posibilidad de sonreír por lo que de verdad importa.
Porque el Amor toca muchas vidas. Porque hay bienaventuranza
prometida a los más rotos. Porque hay gente buena, que busca.
Porque hay mucho bien en torno
TAL VEZ NO ERA PENSAR
Tal vez no era pensar, la fórmula, el secreto,
sino darse y tomar perdida, ingenuamente,
tal vez pude elegir, o necesariamente,
tenía que pedir sentido a toda cosa.
Tal vez no fue vivir este estar silenciosa
y despiadadamente al borde de la angustia
y este terco sentir debajo de su música
un silencio de muerte, de abismo a cada cosa.
Tal vez debí quedarme en los amores quietos
que podrían llenar mi vida con un nombre
en vez de buscar al evadido del hombre,
despojado, sin alma, ser puro, esqueleto.
Tal vez no era pensar, la fórmula, el secreto.
sino amarse y amar, perdida, ingenuamente.
Tal vez pude subir como una flor ardiente
o tener un profundo destino de semilla
en vez de esta terrible lucidez amarilla
y de este estar de estatua con los ojos vacíos.
Tal vez pude doblar este destino mío
en música inefable. O necesariamente
Idea Vilariño