1. UN GRITO PAUSADO Y SIN
ECO
Fuera de todo prefiero que quede en blanco, dentro de nada hay mucho que
se puede ver.
Nuestro dentro se vuelve de carnada, deleitable al agobio de tantos o de
unos cuantos.
Simplemente…
A veces las miradas se esquivan queriendo decir todo, pero un vistazo dice
más, puede confundirse con algo sombrío que complica y aturde el
pensamiento, de repente se torna en un grito ahogado queriendo decir que no
fue nada… solo fue un descuido.
Aberrante.
Mal de ojo.
Escape a dar una pausa, una de tantas indelebles que cuestionan y dejan olor,
solo que ahora nadie dio
razón.
Se abatió el instante, un hato de canes que lujuriosos olfatean en la niebla,
defendían el suelo proponiendo
aparearse
una
tregua…
No me interesa, solo que sorprendió la resaca de palabras que como siempre
silenciosas arrebataban el aliento.
Tengo memoria corta… instantánea, desechable y ausente.
2. Tal vez una receta contra la indiferencia, la vejez, el orgullo y por si acaso hay
abandono por la rasquera.
Paso demasiado, tantos respiros que casi los párpados se
petrifican.
Mecíamos entre oníricos sueños a la vuelta de la
esquina,
velaba el polvo por
nosotros
la partícula de la serenidad ansiosa de adherirse a la
pestaña
tu espora carcomiéndome los deseos
descuidándonos,
dejadez.
Eso seguramente dio un presagio que ahora lamento pues marchó la noche
sin cielo, y nos dejaron aturdidos por sus gemidos sin
aliento…
banal,
lamento de amor.
El desvelo al amanecer, suelo ser sucia y terrosa que confundo, no doy
sentido.
¿Quien se envuelve en estos
caminos?
Pero yo, por si no los
hay,
3. no es ni será la cueva, mas sin embargo tengo
caparazón.
Como cangrejo sin tenazas se despoja el silencio, divulgando la
impaciencia,
batalla por
dentro.
Cuando dejan en tenor la tercera puerta se desquebraja el temor, desnudo e
incapaz.
Si solo fueran unas cuantas letras, y en ellas encontrara un final, la puerta
estaría abierta y el crepúsculo renaciendo a mi lado, todo se torna inefable,
encontrar en ello ese final.
Declive de respuestas, de la mente.
Qué forma tan meticulosa de ver las cosas, se extiende a lo tedio y penetra lo
infalible, sencillamente desperté en la confusión, el momento del desconcierto
para la
realidad.
Hoy he padecido de más dolores que hace menos de ellos, una alteración,
reflujo de pesadez repentina, se quiebra la emoción, me desgrava la tristeza,
dolor en las costillas de penas y
recuerdos.
Por horas y hasta días es todo lo contrario, una sonrisa, carcajada
acompañada con flujos excitantes, besos corpulentos y cosquillosos. Esos días
me llamo como quiera y hasta mi quijada se entraña en la armonía, sonidos
como sea, y ni se diga los tan parlanchines suspiros que estremece hasta al mas
vagabundo.
Sobrenatural, cruzo de estribor los marcos astillados, me apolillo a ellos que
camuflaje se asemejan a la entrepierna.
Entre tantos me atrapan, me llaman como deseen, al gusto, al
antojo.
4. Destilado de costras entre risas, pero mudas e inmaduras subrayadas a la
sordera de mi
sol.
Evasiva de augurios, me conjuro a
subsistir.
HE vuelto, no del todo, ligeramente subyacente, el ojo íntimo a la
introspectiva, independiente a rescatarme de
flaquezas.
Onomatopeya inexistente al
viento
vertidas las huellas de la almohada.
Todo se ha tornado
escurridizo,
todo ante las manos sobre la noche que no deja sopesar la
palabra.
Quiero, tajante aquel
sabor,
rebanadas de mal olor a madrugada.
Ha pasado todo menos de más.
Viendo bien ha sido más de lo que creía, y todo acentuado como el café que
dejé por las cortas
horas,
profundo y
vano,
5. dulce pero frío.
Di la cuenta de la tarde y qué tedioso es esperar, pues nadie sabe de la uña
rota que hice perdediza, fue una tarde noche dedicada a una banca, una
simple y larga espera donde mi paciencia vomitó, y todo fue por un profeta
que no supo su
destino.
Irónico escupo de
hojas,
sarcasmo,
trémulo fierro mordaz.
Casi la una y ya sin titubear, solo son inciertas como un fugaz
delirio.
Quiero pasar unas cuantas líneas atrás donde mi silencio fugitivo era
libertad,
la una ya… no hay líneas de más.
Seremos prófugos, de eso no hay duda, y aquella albura queda
indeleble,
débil e imprevisible sin haber dentro por
fuera.
La ambrosia será como el sepia de tus
ojos,
antología de tus dedos disipando los
segundos.
Mientras se que el tiempo se agota, creo que la eternidad se
acaba
nada me
detiene
todo me detiene.
6. Ahora mas ha pasado, pues el sol recorre conmigo lo que no recorre mi
sombra, creo ya despojarme de ella, aunque a veces me busca y me sorprende
porque no puede parecer más que libertad, aun así me acongoja, pálida se
encontraba, y destilaba su óbito a mi lado, sinceramente no creo en ella.
Dicha
soledad.
Me encantaría que no solo fuese el
sol,
quiero la noche, quiero la luna, lo añoro que tan cerca me despierta y tan lejos
me desprende, y que tal ser del sol, sin perturbar mi sombra.
Hay muchas cosas con sentido y bastantes de ellas me dejan al desconcierto,
pero adecuadamente excitándome en albedrío, ¿o sea posible que halla una
explicación tan sublime como mis letras?
Sencillamente no pretendo
entenderlas,
comerlas y digerir su sentido sería lo adecuado, narrar lo excéntrico de la
locura es embarrarme en mi propia existencia, un respiro hacia los segundos
apagados de una
decadencia.
Confesemos ya, el momento de los santos días perdidos.
Ahora me acercaba al destino, pasos de millas encarnadas en
concreto…
cemento de mis ojos, vista encantada al
pensamiento.
Ya que lo recuerdo, la metamorfosis del gusano no fue en vano, solo
que
tanto tardo por buscar lunares en el núcleo de su sangre, ya contaba con olfato
y un foco enredado en su médula espiral.
7. Olfato para
ver
foco para admirar.
Simplemente ahí está, por donde pueda parecer mas caótico que lo demás.
No hay
palabras
en blanco
carmesí,
vorágine
no es de
aquí
es de
allá.
Y así inicio casi en el final, pues nunca hubo un comienzo, solo tuvo la
desgracia de ser un grito pausado y sin eco.