Impacto ambiental generado por basura electrónica a nivel mundial
1.
2. a estimación del impacto ambiental debe basarse no sólo en una etapa del producto sino en el
ciclo de vida completo, desde la extracción y producción de los materiales hasta las operaciones
a realizar al finalizar la vida del producto. Además, deben considerarse diferentes aspectos, no
sólo la energía. Así, deben tenerse en cuenta la prevención del calentamiento global, acidificación del
medio, la eficiente utilización de recursos, la utilización de materiales no tóxicos, etc.
Fase de fabricación
En la fase de fabricación una parte muy importante del impacto ambiental se debe a la energía
necesaria para fabricar el wafer.
El proceso de producción de dispositivos semiconductores exige un alto consumo de energía. La
explicación es termodinámica: se parte de materiales de alta entropía para llegar a producir estructuras
altamente organizadas, de extremadamente baja entropía.
¿Sabías que...?
En la producción de un ordenador implica un consumo intensivo de materiales y de energía. Para
fabricar un PC de sobremesa con un tubo de rayos catódicos de 17", se precisan al menos 240 Kg de
combustibles fósiles, 22 Kg de productos químicos y 1.500 Kg de agua. En consecuencia, el peso de
combustibles fósiles que se precisa es unas 10 veces el peso del ordenador, mientras que en el caso
de productos de tecnologías tradicionales, dicha proporción es mucho menor; de sólo dos veces en el
caso de un automóvil o un frigorífico. En consecuencia, a la vista de la gran cantidad de materiales
secundarios necesaria para producirlos, aparece como errónea la extendida creencia de que los
dispositivos semiconductores son sinónimos de desmaterialización, creencia basada en simplemente
el pequeño tamaño final de dichos dispositivos.
Para producir un chip de 2 gramos se hace precisa la utilización de 1.600 gramos de combustibles
fósiles, 72 gramos de productos químicos, 32.000 gramos de agua y 700 gramos de gases.
Desechar sin más, al cabo sólo de unos pocos años, millones de ordenadores aún funcionantes, en
cada uno de los cuales se ha consumido tan gran cantidad de energía y de materiales, supone un
despilfarro, es un disparate desde el punto de vista medioambiental. La reutilización permite, alargando
su periodo de uso, hacer más “rentable” el impacto ambiental a que su fabricación dio lugar.
Fase de utilización
Corto periodo de uso que le dan sus usuarios:
Los equipos de alta tecnología, dada la rapidez de evolución de la misma, van siendo considerados
como obsoletos por los usuarios y dejados de utilizar en períodos de tiempo cada vez más breves. Así,
por ejemplo, y de acuerdo con RetroSystems Inc., el tiempo de vida de la CPU de un PC es tanto
menor cuanto más reciente sea su año de fabricación, estimándose que esta vida se estabilizará
alrededor de los dos años a partir del año 2.005. Un estudio similar llevado a cabo en Japón, revela
que el 15,6% de los usuarios profesionales reemplazaron sus ordenadores en menos de 2 años y el
45,0% cada 3 años.
Este corto período de tiempo de uso hace que el notable consumo de energía empleado en su
fabricación sea proporcionalmente muy relevante.
De aquí la gran importancia que tiene utilizar los ordenadores tanto tiempo como sea posible.
L
3. Consumo en espera (stand by):
"Un importante tema en la industria electrónica es el consumo en espera (stand-by). Aunque el
consumo de un aparato particular sea muy pequeño, la suma sí que importa. En Alemania, p. ej., se
estima en torno al 2,7% de todo el consumo eléctrico el consumo en espera de todos los aparatos de
tecnología de comunicaciones e información así como de electrónica recreativa. No se trata sólo de
una cuestión de consumo y costes, sino también de una cuestión de protección climática". (Desarrollo
sostenible,...más allá del reciclado, Ignacio Campino, RELEC’04)
Cuando se desechan
El reciclado de los AEE de alta tecnología es un proceso difícil, costoso, contaminante y de baja
rentabilidad, ya que generalmente son estructuras compactas, constituidas por diferentes pequeños
componentes, frecuentemente conteniendo sustancias nocivas.
Los equipos que no son de alta tecnología (tales como lavadoras, lavavajillas, etc.) suelen contener
una buena cantidad de materiales valorizables (principalmente metales), son más fáciles de
desmontar, están constituidos mayoritariamente por pocos tipos de plásticos, etc.
La repercusión de estos inconvenientes de los equipos de alta tecnología se ve incrementada por el
hecho de la gran cantidad de unidades existentes, por el enorme parque actual.
Se venden
se venden cada año en el mundo unos 180 millones de PCs;
Ordenadores que dentro de 3 años serán sustituidos por otros más nuevos, más bonitos y más
rápidos, pasando entonces aquéllos a ser basura tecnológica.
Se desechan:
14 kilogramos/año/ciudadano europeo.
Casi el 5% de los residuos urbanos.
Entre 200.000 y 300.000 toneladas de RAEE.
Previsión para 2007: recogida de 7 kg.
El imperativo medioambiental
.
La transición de una economía industrial a una economía basada en la información parece prometer la
reducción del consumo de recursos y de la generación de residuos. Pero encierra también peligros. En
algunos casos podemos reducir los materiales –desmaterializar- por unidad de producto. Por ejemplo,
un teléfono móvil es mucho más ligero que su equivalente de hace diez años. Pero, al mismo tiempo
que más ligeros, también los productos son más baratos, lo cual significa que se venden –y por lo
tanto se producen- en mucha mayor cantidad. Lo cual resulta en un incremento en la cantidad de
materiales utilizados y en último término en los residuos que se generan cuando se desechan.
Y no conviene olvidar que es limitada la cantidad de recursos que puede ofrecer la tierra, así como
también limitada cantidad de residuos que puede absorber. Un estudio reciente de World Resources
4. Institute estima que en los próximos 50 años la actividad económica mundial probablemente se
incrementará en un factor de 5, al mismo tiempo que el consumo se triplicará.
En consecuencia, pese a la mencionada desmaterialización por equipo, globalmente el crecimiento en
la utilización de materiales planteará un grave problema para el entorno.
El desafío para las próximas décadas consistirá en asegurar el crecimiento económico, al mismo
tiempo que preserva los recursos de la tierra y la salud pública. Y ello no es probable que ocurra sin
que ocurran grandes cambios en el modo que usamos los materiales.
¿Cómo se reciclan?
Hoy en día prácticamente todos los materiales se pueden reciclar, pero muchas veces por el
desconocimiento de la posibilidades que ofrece el reciclado o por la creencia de que los residuos
carecen de valor, terminan en vertederos. Sin embargo, existen empresas que se dedican a reciclar los
diferentes componentes de los aparatos electrónicos para posteriormente comercializarlos. Incluso
asesoran a las compañías para que cada vez sean menos los componentes que tiran y que certifiquen
su política medioambiental en este ámbito.
En este sentido se han puesto en marcha interesantes iniciativas sin animós de lucro a nivel
internacional como la Plataforma RELAC, que busca soluciones a los residuos electrónicos de
ordenadores de Latinoamérica y el Caribe. Desde esta plataforma se pretende armonizar la gestión de
residuos electrónicos en todo el continente. Es una iniciativa interesante que permitirá beneficiarse de
prácticas respetuosas con el medio ambiente a todos los países latinoamericanos.
Y recuerda: antes de desechar un aparato que dejo de funcionar comprueba primero si se puede
reparar. Otra opción es acudir a organizaciones que se encargan de rescatar las piezas que pueden
seguir siendo de utilidad para actuaciones en países subdesarrollados o proyectos educativos como la
Fundación Bip Bip en España.
¿Cómo se reutiliza?
Los datos señalan que en 2010, Estados Unidos generó 258,2 millones de unidades usadas de
computadoras, televisores y teléfonos móviles, y muchos de ellos fueron a parar a Latinoamérica. En el
caso de los teléfonos celulares, los destinos habituales fueron Paraguay, Guatemala, Panamá, Perú y
Colombia. El estudio indica que dos tercios de las unidades utilizadas fueron recogidas para ser
reutilizadas y recicladas y que el 8,5 % de los aparatos fueron exportados como unidades enteras. En
el caso de los televisores o monitores, los principales destinos fueron México, Venezuela y Paraguay.
El informe pone de relieve los grandes desafíos actuales que presenta la recolección de información
certera acerca de la clasificación y etiquetado de productos usados y de sus componentes, debido a
una supervisión reguladora mínima y acuerdos internacionales muy limitados, respecto de las
definiciones de los usos finales (es decir, reutilizar versus reciclaje).
Entre varias recomendaciones, se pone énfasis en la necesidad de crear códigos comerciales para los
electrónicos con uso, mayor acceso a los datos comerciales para permitir un análisis más preciso de
los flujos de exportación, así como mejor información sobre los destinos de reexportación.